Un hombre mata a cuchilladas a su mujer y luego se suicida en Dos Hermanas
Crimen Machista
La investigación de los dos cadáveres hallados este miércoles apunta a un posible crimen machista, el segundo en lo que va de año en Sevilla
Ambos podían llevar al menos cuatro días muertos y ella tenía heridas por arma blanca en la espalda y el tórax
Dicen los forenses que no hay ningún olor similar al del cuerpo humano en descomposición. Es ese hedor tan característico de la muerte el que preside la calle Fornet Domínguez de Dos Hermanas la mañana de este miércoles. Es ese mismo olor a podredumbre es el que ha llevado a un vecino de esta pequeña vía próxima a la avenida de Andalucía, en la zona sur de la ciudad, a llamar al 091 para advertir de que llevaba días sin ver a los vecinos del número 4, la casa de la que salía la peste.
Sobre las nueve de la mañana, varias patrullas de la Policía Nacional acudieron al lugar indicado. La puerta estaba cerrada y requirieron la ayuda de los Bomberos para poder abrirla. Una vez dentro, se encontraron un panorama dantesco. La vivienda, una casa de una sola planta con una fachada de azulejos, era un auténtico desastre, con todas sus estancias repletas de basura y objetos acumulados sin orden alguno.
En el dormitorio principal, los policías encontraron los cadáveres de dos personas. Una mujer desnuda yacía en el suelo, completamente hinchada por los gases de la descomposición, con aparentes signos de violencia. Tenía varias heridas inciso contusas, probablemente causadas por un cuchillo, tanto en el tórax como en la espalda. En el suelo había una gran cantidad de sangre, esparcida junto a objetos como una zapatilla, una botella de agua, la tapa de una cacerola, un viejo ventilador, una manta y un cojín empapado de sangre.
En una mesita cercana había una pequeña olla y una sartén, junto a una silla de estilo antiguo. En la cama estaba el cuerpo de un hombre, éste sin signos de violencia externos. De la boca le salía una espuma blanquecina, que podría ser un indicio de una sobredosis por ingesta de fármacos o drogas. Este extremo tendrá que confirmarse después, una vez que se le practique la autopsia.
De hecho, junto al cuerpo se halló metadona y otras sustancias. Los dos cadáveres corresponden a una pareja de toxicómanos de Dos Hermanas, que solían buscarse la vida pidiendo y entre los que eran frecuentes las peleas y los gritos, según algunos vecinos que los veían con frecuencia por la calle. Ambos eran usuarios de la red de Cáritas, con la que la Policía estaba haciendo gestiones este miércoles para comprobar cuándo fue la última vez que fueron. Un vecino aseguró que vio a ella el viernes.
Los cadáveres presentaban un avanzado estado de descomposición, por lo que se cree que pudieran llevar al menos cuatro días en el interior de la casa. Esto correspondería con el testimonio del vecino que vio a la mujer el pasado viernes. La vivienda tenía además agujeros en el techo, por los que podía pasar el aire y hacía corriente, lo que podría haber acelerado la degradación de los cuerpos.
Las primeras hipótesis que maneja la Policía Nacional apuntan a que el hombre mató a la mujer acuchillándola y luego se quitó la vida. Avala esta teoría el hecho de que no hubiera nada forzado en la casa, que las puertas y ventanas estuvieran cerradas, y por tanto no existan indicios de un robo o la entrada de una persona ajena a la pareja. De confirmarse este asunto, se trataría de un crimen machista, el segundo que ocurre en la provincia de Sevilla después de que la semana pasada se hallase el cuerpo de Virginia G. T. en el río Guadalquivir, donde la arrojó su ex pareja casi dos meses atrás.
Una vez hallados los cuerpos, la comisión judicial se desplazó al lugar de los hechos. La juez, la fiscal, la letrada de la administración de Justicia y la forense estuvieron examinando ambos cuerpos junto con agentes de la Policía Científica y del Grupo 1 de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la comisaría de Dos Hermanas, que se encargan de la investigación del caso. Son el mismo grupo que resolvió un asesinato de un hombre por su mujer y su amante hace unos meses, y que en los últimos años ha esclarecido todos los homicidios ocurridos en Dos Hermanas. Junto a ellos estaban tanto el jefe de esta sede policial, el comisario Francisco Vidal, como su segundo, el inspector jefe Luis Villaverde.
Las personas que entraban y salían de la vivienda se colocaban todos sus mascarillas, para tratar de soportar mejor el intenso hedor. Algunos de los policías e integrantes de la comisión judicial llevaban incluso dos mascarillas. Todos con las manos protegidas con guantes de nitrilo y los zapatos envueltos en bolsas de plástico. Sobre el mediodía se levantó el primero de los cuerpos, el de ella, al que los policías protegieron las manos con unos sobres para poder luego extraerle las huellas dactilares y así identificarla formalmente. Poco después se ordenó también el levantamiento del cadáver del varón.
Los dos cuerpos fueron introducidos en el furgón del Tanatorio Nervión, que se encarga de estos trabajos cada vez que hay una muerte violenta, y después fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Sevilla, en San Jerónimo, donde en las próximas horas se les practicarán las autopsias. Ambas pruebas forenses serán claves para determinar las causas de las muertes.
La Policía intervino también un cuchillo, que podría ser el arma del crimen, y que será analizado para comprobar si las lesiones se corresponden con las que podría haber causado la hoja del mismo. La víctima presentaba múltiples heridas. A falta de la identificación oficial, todo apunta a que los dos fallecidos son la pareja de toxicómanos que residía en la casa. Ambos tenían unos cincuenta años y contaban con antecedentes policiales. El varón tenía una denuncia por malos tratos de la víctima, de hace más de una década, pero fue absuelto y la pareja siguió conviviendo. Habían ocupado la casa en la que sucedieron los hechos.
En plena inspección ocular, una mujer se acercó para avisar a la Policía de que en una calle próxima había un perro encerrado dentro de un coche, con el calor que hacía, y que el animal no paraba de ladrar. El comisario dio aviso a la Policía Local para que se encargara del asunto. A unos metros de la vivienda en la que se produjo el crimen, un pintor pintaba unas rejas de un edificio cercano. En la azotea del mismo se asomaba una mujer. "Señora, métase usted para dentro", le pidió un policía. El pintor siguió con su trabajo, sin arnés ni casco, subido a una escalera a unos cinco metros de altura.
Pasada la una de la tarde, finalizó la inspección ocular. La casa quedó precintada por si fuera necesario practicar alguna nueva prueba en los próximos días. La Policía cortó la calle mientras se retiraban los restos mortales de ambos, mientras que algunos viandantes trataban de interesarse por lo ocurrido. "¿Qué ha pasado, hija?", preguntaban dos señoras mayores a la fiscal, aprovechando que un coche les impedía el paso. "Aún no sabemos nada", respondía ésta. "Pasen, señoras, si viene otro coche yo lo paro", intercedía, rápido, un policía nacional.
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