Cerro Blanco, supermercado de la heroína

Tres operaciones policiales recientes confirman el papel de esta barriada nazarena como uno de los puntos calientes de esta droga en España

El negocio del caballo ha cambiado, es una droga casi residual y las cantidades intervenidas son muy pequeñas en comparación con las de antaño

Policías nacionales, en una operación anterior en Cerro Blanco.
Policías nacionales, en una operación anterior en Cerro Blanco. / Juan Carlos Muñoz

Cerro Blanco es desde hace muchos años uno de los puntos calientes del negocio de la heroína en España. Ha sido escenario de múltiples operaciones policiales en las últimas dos décadas y su nombre saltó a las cadenas de televisión nacionales en septiembre de 2017, cuando la Policía halló en una casa de este barrio los cadáveres de tres personas (una de ellas una niña de seis años) que habían sido ejecutadas por una deuda de droga.

Tres operaciones policiales recientes confirman que sigue teniendo el papel protagonista en la venta y distribución de esta sustancia, a pesar de la caída de la demanda de la misma. Muchos clanes de otras provincias andaluzas se desplazan habitualmente hasta Cerro Blanco para comprar heroína (y de paso cocaína) y luego venderla en sus municipios de origen.

Antes del triple asesinato, uno de los sucesos más brutales ocurridos en la historia criminal reciente de Sevilla, el barrio ya era muy conocido en el submundo de la droga. Y en concreto de la heroína, de la que se había convertido en un referente nacional. Allí residen especialistas en la cocción de esta droga, que hay que rebajar mezclándola con otras sustancias como cafeína o paracetamol, en un proceso no es nada sencillo de elaborar. Hace unos años, una fuente de lucha contra el narcotráfico aseguró que en Dos Hermanas vivía el Walter White de la heroína, en referencia al protagonista de la serie Breaking Bad, que narra la experiencia de un profesor de química que se convierte en el mayor fabricante de cristal del sur de EEUU.

Fuera de la ficción, lo cierto es que algunos de los principales cocineros de la heroína de España residen en este pequeño barrio situado al sur de Dos Hermanas, cuyo nombre oficial es el de Ibarburu pero que es más conocido fuera de esta ciudad por el nombre de una de sus calles principales, Cerro Blanco. Es, desde luego, uno de los puntos calientes de esta droga, que suele proceder de Turquía y llegar a España por carretera. Turco era el narcotraficante al que mataron en 2017, junto con su mujer y la hija de ésta.

El consumo de caballo ha ido disminuyendo en los últimos años hasta el punto de convertirse en una sustancia casi residual. En Sevilla es raro que se consuma sola y suele hacerse mezclada con cocaína, en lo que se conoce como el rebujito o el liaillo. Lo más común es que se tome por vía inhalada.

Un indicador del ocaso de la heroína es la continua bajada de las cantidades incautadas. Difícilmente en la actualidad se podrán intervenir alijos como los de antaño, que casi siempre tenían como escenario las calles de Dos Hermanas. Cerro Blanco tomó el relevo de las Tres Mil en el tráfico de jaco, después del golpe al clan de los Casianos en la operación Mercedes, en 1995, que se saldó con 40 kilos decomisados. En 2001, un camión cargado con 26 kilos en la N-IV. En 2005, una entregada pactada de diez kilos en un hotel de la Motilla. En 2006 hubo dos golpes importantes, uno de 44 kilos al clan de los Pellejos y otro de 93 kilos que un narcotraficante de Dos Hermanas guardaba en una pedanía de Las Cabezas de San Juan. En 2007 se aprehendieron otros 24 kilos.

A partir de ahí, las cantidades bajaron considerablemente. En 2009 se decomisaron sólo nueve kilos de heroína. En 2011 hubo dos operaciones importantes, una de diez kilos a una banda asentada en las Tres Mil Viviendas y en Los Montecillos, y otra de cuatro kilos intervenidos en una furgoneta en el puente del Centenario, que también pertenecían a una red de Dos Hermanas. Para entonces, un alijo de cuatro kilos era tan importante como uno de 30 diez años atrás, ya que las cantidades que se movían eran muy inferiores.

En los últimos años, la tendencia ha sido la misma. En 2019, último año con datos disponibles, se incautaron 11,2 kilos de heroína en la provincia Sevilla, según figura en la Estadística anual sobre Drogas que elabora el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), organismo dependiente del Ministerio del Interior.

A pesar de que las cantidades sean menores y exista una escasa demanda, los consumidores suelen ser de larga duración, dado el poder de adicción que tiene. Así, es normal que el perfil medio del toxicómano adicto a la heroína sea una persona ya de cierta edad, que lleve décadas tomando esta sustancia (muchos se engancharon en los años ochenta) y que, como consecuencia de ello, haya sufrido un notable deterioro físico.

Es esta clientela la que ahora los señores de la heroína tratan de seguir abasteciendo, junto con algunos jóvenes que buscan el efecto depresor de la heroína para compensar el subidón de la cocaína. Por eso, el mercado sigue funcionando y, cómo no, Dos Hermanas sigue siendo un referente del caballo en toda la zona Sur de España.

Así lo han puesto de manifiesto tres operaciones policiales recientes. Dos de ellas han tenido lugar en Ronda (Málaga), con la colaboración del Grupo de Policía Judicial de la comisaría de Dos Hermanas. La otra se produjo en las misma calles de Ibarburu. En el caso de las de Ronda, la Policía Nacional ha detenido en las últimas dos semanas a cuatro traficantes que se habían desplazado desde Ronda hasta Cerro Blanco para comprar droga. A finales de noviembre, un patrullero de la Policía Nacional identificó en este barrio nazareno a dos personas, que llevaban mil euros encima.

La comisaría de Dos Hermanas dio aviso a la de Ronda, lugar de origen de los sospechosos. Allí se les hizo una espera, ante la certeza de que habían utilizado el dinero que llevaban para comprar droga. A la vuelta, llevaban unos 20 gramos de cocaína y la misma cantidad de heroína. Fueron detenidos como presuntos autores de un delito contra la salud pública.

Unos diez días después, se produjo otra intervención similar. De nuevo un patrullero identificó a unos presuntos compradores, que eran también de Ronda. Y a la vuelta volvieron a ser capturados con cocaína y heroína por los agentes de esta ciudad malagueña.

La tercera intervención ocurrió la tarde del miércoles 8 de diciembre en las calles de la barriada nazarena. Sobre las seis de la tarde de ese día festivo, según publicó ayer el diario local Cadena DH, un dispositivo de la Policía Local dio el alto en la calle Estepona a un vehículo de alta gama. En vez de pararse, el conductor se dio a la fuga y se inició una persecución. A la vez que huían, los sospechosos arrojaban la droga por las ventanillas.

Finalmente, los agentes consiguieron inteceptar el vehículo en la calle Gordal. Dentro del coche iban dos varones vecinos de Olvera (Cádiz), que se habían desplazado hasta Cerro Blanco para comprar heroína para venderla luego en su pueblo. La Policía recuperó gran parte de la sustancia que fue arrojada en marcha del vehículo.

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