Alegría en Dos Hermanas: "Los 20 euros que llevaba en el bolsillo me los gasté anoche en el décimo de Lotería"
La administración El Rocío de Dos Hermanas reparte 2,7 millones de euros de un quinto premio, la mayoría entre trabajadores y vecinos del barrio
El lotero, Jesús Cabanillas, que sucedió a su padre al frente del establecimiento, lleva un décimo a medias con su tía
La Lotería de Navidad, en directo
Ana María es una vecina de Dos Hermanas que trabaja de limpiadora. Llega eufórica a la administración de lotería de la calle Virgen de los Desamparados de esta ciudad. En la puerta le espera su marido, José Antonio, trabajador del servicio de limpieza del Ayuntamiento nazareno. Viene con el uniforme amarillo fosforito. Ambos se funden en un abrazo. Ella está pletórica, él emocionado. Ana María compró el décimo anoche, cuando salió de trabajar. "Llevaba 20 euros en el bolsillo y los gasté en el décimo", dice, saltando de alegría.
La mujer no ha podido esperar a salir del trabajo para comprobar si su décimo era uno de los agraciados con el quinto premio del sorteo extroardinario de Lotería de Navidad, el 88979, buena parte del cual se ha vendido en la administración de Lotería El Rocío, de Dos Hermanas. El establecimiento se llama igual que el barrio, El Rocío, precisamente el nombre de la Virgen que hoy se ha repuesto al culto en Almonte.
"Me ha llegado por grupos de WhatsApp que había tocado un quinto en Dos Hermanas. No podía esperar. He llamado a mi marido y le he dicho que se acercara a casa y le hiciera una foto al décimo para ver si el premiado", explica Ana María. "Nos va a servir para tapar algunos agujeros, no muy grandes, tenemos una hipoteca de dos años sólo pero nos va a venir muy bien", dice el matrimonio, en la puerta de la administración. El lunes es el cumpleaños de Ana María. "Y el 25 que nos vamos a pegar va a ser de lujo", apunta el marido.
El lotero es Jesús Cabanillas, de 33 años, que regenta desde hace seis el negocio que abrió su padre, Andrés, en 1987. Nunca habían dado un premio de Navidad. Andrés sí dio en 1992 un segundo premio de la lotería de Navidad. "Fueron 240 millones de pesetas", recuerda el padre. El hijo está también pletórico. Además, él lleva un décimo a medias con su tía. "Pasan tantos números por nuestras manos que al final compramos muchos y hoy nos ha sonreído la suerte", dice Jesús, que acaba de colocar en su local los carteles anunciando el premio.
Ha vendido 2,7 millones de euros. Son 45 series de uno de los quintos premios. La mayoría le ha tocado a gente del barrio, casi todos trabajadores. El lotero explica que varios décimos fueron devueltos por un hombre cuyo padre falleció, y se vendieron todos, algunos de ellos, como el de Ana María y José Antonio, anoche.
También compró uno anoche María, trabajadora de la empresa Oonix, dedicada a la limpieza de comunidades de vecinos. Lo jugaban diez trabajadores, así que el premio será de 600 euros para cada uno. María acude este viernes a la administración con David, uno de los compañeros agraciados. "De momento nos ha arreglado ya los Reyes", dicen ambos, muy sonrientes.
Rafael Vega es otro de los premiados. Se dedica al marisco y al pescado y trabaja en el cocedero Vetamar, situado muy cerca de la administración de lotería. "Imagínense cómo estamos de trabajo en estas fechas, a tope. Este es un barrio de trabajadores y va a venir muy bien este premio, claro que sí". Los periodistas le preguntan por sus productos, que ahora podrá disfrutar más aún. "¿Que si me voy a comer unas buenas gambas? Jajajaja, me las iba a comer aunque no hubiera tocado, figúrense ahora".
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