Nada que ver con la Eurocopa de 2008
Los pupilos de Del Bosque, pese al ánimo de revancha de la joven Alemania, ven un duelo distinto al de la final de Austria
España espera en las semifinales del Mundial a una Alemania completamente diferente a la de la final de la Eurocopa de 2008, donde los españoles lograron el título al imponerse por 1-0.
"No tiene nada que ver con 2008", dijo Iniesta tras lograr el pase a las semifinales. Alemania aplastó unas horas antes a Argentina en un partido en el que confirmó su candidatura al título. Después de vencer a Inglaterra en semifinales, los alemanes suman ocho goles en los últimos dos partidos. "Desde mi punto de vista, es el mejor equipo del Mundial", admitió el capitán de la selección española, Casillas. "Lo ha demostrado. Nuestro máximo respeto hacia ellos. No será un partido fácil. Supongo que además querrán la revancha después de la final de la Eurocopa. Pero nosotros vamos a plantarles cara".
Alemania está inmersa en un profundo cambio generacional y de modelo. La nueva filosofía de juego, más preocupada por el manejo de la pelota y la posesión, empezó a ser inculcada en el Mundial de 2006 por Jürgen Klinsmann. Tras el torneo jugado en casa, en el que cayeron en semifinales, su segundo, Joachim Löw, auténtico cerebro táctico del equipo, tomó el mando de las operaciones e inició un proceso de relevo que se hizo corpóreo en Sudáfrica.
La Alemania de la final de 2008 aún se parecía mucho a la del Mundial de 2006, pero la de 2010 es la más joven en los últimos 76 años. La media de edad del equipo alemán no supera los 25 años. Jugadores como Lehmann, Frings o Hitzlsperger han desaparecido del equipo.
Y además, la lesión de Ballack justo antes del inicio del torneo dio nuevas responsabilidades en el centro del campo a jugadores como Schweinsteiger (25), Özil (21) o Khedira (23). La aparición de Müller (20), que lleva cuatro goles, fue también fulgurante, aunque el delantero del Bayern Múnich no estará ante España por sanción.
"Alemania es un equipo muy fuerte. Yo creo que es el más fuerte del Mundial", manifestó Villa, máximo goleador del torneo con cinco goles. "Pero la final no es esa". "Es un momento para disfrutar", agregó Iniesta.
Pese a estar en el recuerdo, aquella final en Austria, tanto españoles como germanos coinciden en que será un compromiso distinto. No obstante, en el ambiente reina el ánimo de revancha de los pupilos de Löw, que esperan llegar a la final con su alegre estilo de fútbol. Aun así, saben que tendrán enfrente a España, un rival que tiene como objetivo conquistar el Mundial.
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