El trozo de carne del que depende una carrera
Un trozo de carne que viaja de España a Francia, un cocinero que se retrasa en freírla y un análisis inoportuno con rastros de clembuterol: esos son los ingredientes de la extraña historia que puede hacer caer la carrera del mejor ciclista del mundo.
El propio Alberto Contador admitió que su historia puede generar dudas, pero apeló a la ingestión de una carne contaminada para justificar su positivo, una explicación utilizada sin éxito por otros.
La historia empieza un día antes del 21 de julio, fecha en la que fue sometido al control antidopaje en el que dio positivo por clembuterol en la ronda francesa. Justo antes de viajar al Tour, su amigo José Luis López Cerrón, director de la Vuelta a Castilla y León, le llevó una buena carne. Una vez en Francia, el día 20 por la noche, el cocinero del Astana frió la carne, pero sólo la tomó una parte del equipo. Vinokourov, Grivko, Jesús Hernández e Iglinsky habían bajado antes a cenar y se quedaron sin el suculento bocado. "La carne llegó tarde porque se cocinó en el autobús del equipo. A nuestro cocinero no le dejaron entrar en la cocina del hotel. Incluso Vinokourov se enfadó, porque ellos comieron una carne malísima", relató Contador.
Al día siguiente, día de descanso antes de la dura subida al Tourmalet, el español volvió a comerla pese a que en las jornadas en las que no hay competición, advirtió, no suele ingerirse carne "para no subir peso". El único compañero que fue sometido a controles antidopaje en el Astana esos días fue también Vinokourov, por lo que el español no puede apelar a los resultados del kazako para apoyar su tesis. Para eso recurrió a un experto en clembuterol, el bioquímico Douwe de Boer, del laboratorio de Maastricht, que en un informe presentado ante la UCI explica que la concentración encontrada en la orina del español es muy baja, bastante menos de lo que se supone dopaje.
Hay, sin embargo, otras teorías. "Si la fecha es correcta, es más probable que haya hecho un Landis, es decir, que ha recibido una transfusión sanguínea con su propia sangre, cuando usó el clembuterol que ahora su cuerpo ha recibido de nuevo", señaló Rasmus Damsgaard, ex jefe del programa antidopaje del Saxo Bank.
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