Una trampa perfeccionada

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El Levante improvisa escenarios tácticos diferentes en dependencia del potencial de su rival. El contragolpe y la movilidad de Diop, sus armas.

Juanfran realiza un disparo durante un entrenamiento del Levante.
Juanfran realiza un disparo durante un entrenamiento del Levante.
Daniel Lagos

25 de enero 2014 - 05:02

Mismo punto de partida. Mismos argumentos para defender una nueva presencia en Primera División bajo la sombra de una mejoría obligada y una renovación constante. El Levante modificó su versión desde la salida de Luis García Plaza hasta el paso de Juan Ignacio Martínez. Ambos habían conseguido colocar al equipo en una posición que nadie esperaba en consonancia a las piezas existentes. Fue el turno de Joaquín Caparrós y su trabajo parece un reflejo de sus antecesores. Su brillantez táctica añade puntos a su casillero y cada elemento de la plantilla ejecuta a la perfección su rol para que la salvación sea un objetivo cada vez más cercano a la realidad.

La plantilla cambió. Llegaron jugadores nuevos y un técnico que trata de sacar el máximo fruto posible a un grupo que cree en sus posibilidades y que fue capaz de empatar ante el Barcelona el domingo pasado. Lo hizo enseñando su carta de presentación: once jugadores empeñados en ganarse un sitio bajo una organización casi milimétrica.

Sin balón

Sabe muy bien el Levante anticiparse a las circunstancias del encuentro. Si el rival toma la posesión, su repliegue se fundamenta en la fuerza de su medular y la presión de sus atacantes, aunque sin dejar espacios entre líneas y sí muchos metros por delante.

Diop es el catalizador perfecto. Convertido en un medio capaz de recuperar y llegar al ataque, es la pieza ideal para un técnico como Caparrós, que pretende dar más funciones a cada futbolista.

La zaga tiene experiencia. David Navarro es duro y expeditivo al tiempo que Vyntra mide sus pasos. Juanfran aporta su veteranía por el flanco zurdo, mientras que Pedro López suele ser el elegido para el diestro. Ambos miran más atrás que hacia delante, aunque nunca pierden la opción de llegar al contragolpe.

Karabelas y Simao Mate son otras opciones para la zona media, logrando equilibrar siempre el juego con la presencia de hombres capaces de defender y de llegar al área contraria.

Con balón

También gran parte del ataque pasa por los pies de Diop. La velocidad es el principal valor que posee el Levante cuando decide tomar la iniciativa o simplemente encontrar resquicios al contragolpe. Pedro Ríos o Xumetra son capaces de dar profundidad al equipo con verticalidad y velocidad en la banda, mientras que Ivanschitz o Sergio Pinto pueden aportar más toque y pausa para que los movimientos tácticos puedan producirse en el instante de las recuperaciones.

No es que la calidad prime por su ausencia, pero quizás el ataque sea su punto más débil. Los constructores hacen una labor precisa y siempre esperan un desmarque al hueco que dé verticalidad a la jugada. Rubén García es la pieza inteligente del esquema, capaz de ver un último pase, atreverse con un disparo lejano o incluso convertirse en el punta que realice el desmarque.

Barral está en racha y Caparrós confía en su potencia y lucha para hacer daño al rival. El Zhar es más vertical y menos trabajador.

Lo mejor

Se reinventa según el partido y el rival, siendo fiable en defensa.

Lo peor

No es capaz de llevar la iniciativa si su contrincante decide esperar y no conceder espacios.

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