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Tour 2024
El próximo 29 de junio arranca en Italia la edición 111 del Tour de Francia. Si sorprende su inicio en este país, más lo hace su final, en Niza, en lugar de en los tradicionales Campos Elíseos, donde ha terminado siempre. La organización de los Juegos Olímpicos es la causa de este cambio tan llamativo, responsable también de que la ronda gala se adelante una semana en su calendario habitual.
El planteamiento, no obstante, es parecido al del año pasado: dos contrarreloj, etapas menos extensas en cuanto a kilometraje, lo que viene siendo ya un estándar en todas las grandes citas, Tour, Giro y Vuelta, en los últimos años y menos montaña, dosificada a lo largo de toda la carrera, pero bastante exigente. Analizamos a continuación cada etapa a través de sus perfiles.
Arranque inédito con una etapa de media montaña entre Florencia y Rimini. Son 206 kilómetros donde se sucederán subidas a puertos de segunda y tercera categoría en el bellísimo entorno de Toscana y Emilia-Romaña. Destaca el ascenso último a Côte de San San Marino, con 7,1 kilómetros a un 4,8% de desnivel.
La etapa, también de media montaña, discurre totalmente en suelo italiano. Se espera que su primera mitad tenga un desarrollo tranquilo. Las subidas aparecerán al final, con un doble ascenso al Santuario de San Luca (1,9 kilómetros al 10,6% de desnivel).
Tercera jornada que discurre en suelo italiano en su totalidad, la primera etapa llana de la ronda francesa y también la de mayor longitud de toda la carrera. Será la primera oportunidad para que los velocistas demuestren sus intenciones de hacerse con el triunfo, pues es complicado que una escapada prospere en un perfil como éste.
Primer gran día para la montaña, con tres picos míticos del ciclismo. En su cuarta jornada, el Tour acogerá una de las subidas más emblemáticas del ciclismo internacional, el Col du Galibier, a 2.642 metros de altitud y con 23 kilómetros al 5,1% de desnivel. Será la primera prueba de fuerza para los favoritos, pues se esperan batallas por situarse arriba en la general. El Galibier no defrauda nunca y puede abrir huecos en la general, pues antes de este ascenso, el pelotón habrá tenido que llegar a la estación de Sestrières (39,9 kilómetros al 3,7%), una subida bastante larga, y al Col de Montgenèvre (8,3 kilómetros al 5,9%).
Etapa llana, que discurre ya en suelo francés, que ayudará a descargar piernas tras la montaña anterior. Tras dos subidas de cuarta categoría, Côte du Cheval Blanc y Côte de Lhuis, este último a 34 kilómetros de meta, es previsible que cualquier intento de fuga acabe neutralizado y el final se dispute al sprint.
Segunda etapa llana consecutiva que puede propiciar fugas. Nuevo día para que los esprínteres disputen los últimos metros de la jornada.
El pelotón afrontará la primera contrarreloj del Tour de Francia 2024 en un idílico paisaje de viñedos que no debería alterar, sustancialmente, la clasificación general.
Considerada una etapa llana, su perfil de diente de sierra la hace especialmente dura. Son 176 kilómetros de recorrido que tendrán cinco subidas a puertos, nada desdeñables.
El sterrato vuelve al Tour en esta etapa de media montaña, es decir, el pelotón atravesará caminos de tierra y piedras en su recorrido. En total, habrá 14 tramos de este tipo durante el total de 199 kilómetros que tiene la etapa, seis de ellos, en la parte final; serán un total de 32 kilómetros de sterrato.
Tras la primera jornada de descanso, llega una jornada de final no previsible. La décima es una etapa llana en la que el pelotón recorrerá 187 kilómetros de carretera muy expuesta al viento. Las posibilidades de que se formen abanicos son muy altas, al igual de que el final se dispute al esprint.
Bonita etapa de montaña con 3.450 metros de desnivel positivo, otra de las grandes jornadas del Tour de 2024. Discurre por el Macizo Central en un recorrido de gran exigencia, pues las subidas se suceden una detrás de otra, especialmente en los últimos 50 kilómetros: Col de Néronne, Puy Mary Pas de Peyrol, Col de Pertus, Col de Font de Cère y ascenso final a Le Lioran.
Etapa llana pero de perfil quebrado. Son 204 kilómetros en total con subida al Rocamadour. Nada más que por ver el paso del pelotón por esta bellísima localidad francesa y su entorno, merece la pena estar pendiente de esta etapa desde el inicio. Eso sí, de producirse fugas, es muy posible que la jornada acabe con victoria al esprint.
Son 171 kilómetros los que discurren entre Agen y Pau. Esta etapa llana parece, a priori, de final al sprint, pero el tramo último de su recorrido es bastante accidentado. Las subidas a Blachon y Simacourbe podrían ponérselo complicado a los más rápidos del pelotón.
Primera etapa de montaña en los Pirineos. Tras pasar por Lourdes, el pelotón afrontará tres grandes cimas que dejarán sentenciada la jornada: el Tourmalet, con sus 19 kilómetros al 7,4% de desnivel, en primer lugar; después, el Hourquette d’Ancizan, de segunda categoría, 8,2 kilómetros al 5,1%, y la llegada en alto de Soulan Pla d’Adet, con 10,6 kilómetros al 7,9%.
Otra de las grandes jornadas de montaña del Tour 2024, que tal vez pueda influir, determinantemente, en la general desde esta etapa y hasta el final de la ronda gala. Son 4.850 metros de desnivel positivo a lo largo de 198 kilómetros, muy duros y complicados desde el instante mismo de la salida en la falda del Col de Peyresourde (6,9 kilómetros a 7,8%). Le continúan el Portet-d'Aspet, el Col d'Agnes y la llegada final en alto al Plateau de Beille (15,8 kilómetros al 7.9%), todos seguidos, sin descanso y hasta la línea de meta.
Nueva etapa llana ideal para velocistas, salvo que las condiciones meteorológicas abran abanicos y fragmenten el pelotón.
Vuelve la montaña en una etapa con varias subidas en sus últimos 40 kilómetros, que condicionaran la victoria final: Col Bayard (6,8 kilómetros al 7,5% de desnivel), Col du Noyer (7,5 kilómetros a un 8,4%) y la subida final a la estación de Superdévoluy (3,8 kilómetros al 5,9%).
Cinco puertos de tercera categoría se suceden en esta etapa de media montaña. Las subidas finales de Saint-Apollinaire y Demoiselles Coiffées pueden ayudar a abrir hueco entre los de arriba de la general.
Vuelve el Tour a tener final en Isola 2000 (16,1 kilómetros al 7,1%) en otra jornada grande de montaña. En menos de 150 kilómetros, el pelotón subirá tres veces por encima de los 2.000 metros y escalará hasta la cima de la Bonette (22,9 kilómetros al 6,9%) por la carretera situada a mayor altitud de Francia (2.802 metros).
La etapa en la que la montaña se despide de este Tour no es larga en extensión, 133 kilómetros, pero puede propiciar fugas desde el principio, con la subida al Col de Braus (10 kilómetros al 6,8%), de segunda categoría, y Turini (20,7 kilómetros al 5,7%), Colmiane (7,5 kilómetros al 7,1%) y Couillole, de primera, éste último con final en alto: 15,7 kilómetros al 7,1% que pueden ser determinantes.
El Tour finaliza lejos de París por primera vez en su historia debido a los Juegos Olímpicos y lo hace en Niza con una contrarreloj de 34 hilómetros que aportará incertidumbre y emoción hasta el último segundo de carrera.
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