La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Más allá de la voz de la Laura Gallego
Eurocup
El Cajasol se abona al sueño. No quiere despertar hasta llegar a Treviso. Escribir la historia está en su cabeza, en sus manos, después de un intenso partido en el que, como decía el técnico Joan Plaza, los jugadores pelearon por cada "puñetero balón" porque cada balón valía su peso en oro en una eliminatoria a doble partido que cada punto cuenta. El esfuerzo y la pelea tuvieron su premio al final, en un último cuarto que hizo explotar a un San Pablo abarrotado con un 24-12 que pone la clasificación a su alcance tras lograr 18 puntos de botín: 67-49. Un tesoro para soñar bien despiertos.
Pero sólo está hecha la mitad del trabajo. Quedan otros intensos 40 minutos en Ucrania en los que, como ayer, hay que salir a ganar. A morder por cada balón y a no pensar en la ventaja cosechada en Sevilla. Los grandes equipos siempre salen a vencer.
Y este Cajasol es grande y se hace cada vez mayor a medida que avanza en una competición que puede cambiar el futuro del club. La emoción mandó al inicio, tanto que para los cajistas fue incluso difícil controlarla. Comprensible. Al cuadro local le costó templar los nervios. No ajustaba bien la defensa y permitía al rival jugar demasiado cómodo en ataque. Hasta seis puntos de ventaja llegaron a tener los ucranianos (5-11), pero pronto pondrían los locales las cosas en su sitio. Se pusieron el mono de trabajo y comenzaron a jugar en equipo, a morir por cada balón atrás, a pelearse con cada rival, ya fuese Satoransky en las ayudas con el gigantón Betts o Katelynas, muy trabajador, corriendo detrás del veloz Keys.
El mayor fondo de banquillo sevillano se notó y, cuando Wilson fue sustituido tras cometer la segunda personal, el ataque visitante bajó enteros. Tantos que desde un dos más uno de su base hasta que Spencer, ya en el segundo cuarto, metió otros dos puntos desde la personal pasaron más de seis minutos. El problema fue que en ese tiempo tampoco el conjunto de Plaza anduvo fino en ataque. Bullock, que jugó infiltrado, lo intentó, pero no era su día. Sin embargo, ahí estaban Davis y Katelynas para pelearse con todos bajo los aros y dominar el rebote, y un excepcional Sastre que dio minutos de calidad mientras Kirksay se tomaba un respiro. El bloque funcionaba.
El atasco ofensivo de los de Berrocal permitió a los cajistas darle la vuelta al marcador con un derroche de pelea y esfuerzo digno de mencionar. Un tiro libre de Davis ponía por fin a los hispalenses al mando del choque (17-16) para no dejarlo más. Atrás nadie en el Cajasol desfallecía y al Budivelnik le costaba un mundo encontrar el camino a la canasta, pero tampoco el cuadro ucraniano estaba dispuesto a bajar los brazos. Si no podía anotar, el objetivo era hacer sudar al contrario en ataque y el choque entró en una espiral de errores y pérdidas que impidieron que ninguno se destacase. La vuelta en Dnipropetrovsk decidiría el billete para la Final Four de Treviso. O no.
Un 11-1 de parcial entre el final del segundo acto y el inicio del tercero, culminado con una gran entrada a canasta de Satoransky, dejaba un ilusionante 34-24. Y es que para viajar a la fría Ucrania, donde se espera una encerrona, había que sacar la máxima renta posible. Con todo, el encuentro no acababa de romperse. El Cajasol fallaba demasiado en ataque, quizá precipitado por querer dar dos pasos antes que el primero, y dio vida a un Budivelnik luchador, pero limitado. Después de errar nueve ataques, los de Berrocal se estrenaron en este periodo para firmar un 0-7 (34-31) que dejaba todo en un pañuelo.
Con Bullock bajo mínimos (0/7 en tiros de campo), fueron Kirksay, Katelynas y Urtasun, sobrado de garra, los que se echaron el equipo a su espalda en el acto final. El decisivo. Decía el escolta navarro en la previa que cinco minutos buenos o malos podían decidir la eliminatoria. ¡Y vaya cinco minutos se marcó el Cajasol en el último cuarto! En poco más de uno firmó un parcial de 9-0 (54-39) que desquició a un Budivelnik que entonces destapó todas sus carencias. Katelynas con un triple levantó a los 7.000 seguidores de sus asientos poniendo a los suyos 16 puntos arriba en pleno vendaval azulón y sólo algún destello de los americanos del rival impedían que la renta creciese más. Los sevillanos se lanzaban al suelo por cada balón, Kirksay se marcó dos robos espectaculares y un triple para llevar el tesoro hasta los 20 puntos (67-47), aunque se quedó en 18 (67-49). Treviso está un poco más cerca, pero no hay que confiarse.
- Ficha técnica:
67 - Cajasol (14+16+13+24): Triguero (2), Urtasun (15), Katelynas (14), Kirksay (11), Calloway (9) -cinco inicial-, Cabanas (-), Satoransky (5), Burjanadze (-), Sastre (3), Bullock (2), Davis (6) e Ivanov (0).
49 - Budivelnik (16+8+13+12): Keys (11), Morley (10), Wilson (11), Zabirchenko (3), Betts (4) -cinco inicial-, Kobzystyi (-), Ikovlev (2), Stefanyshyn (0), Lukashov (2), Spencer (4), Anisimov (2) y Agafonov (0).
Árbitros: Facchini (ITA), Mattioli (ITA) y Bissang (FRA). Eliminaron por cinco faltas personales a Paul Davis (m.36)
Incidencias: Partido de ida de los cuartos de final de la Eurocopa de baloncesto, disputado en el pabellón San Pablo de Sevilla ante 7.500 espectadores.
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