Una terapia con olor a césped

Pepe Mel tiene defectos, claro que sí, pero entre éstos no está el de esconderse. Y menos en las ruedas de prensa. Variará su humor, pero habla de todo, en este caso, del rival, de su situación, del mercado... Y lanza mensajes. El primero, ayer, fue explicar la terapia tras la debacle ante el Eibar. "Lo mejor es tener un partido ya, es una forma de resarcir a la gente y a nosotros mismos. Hice lo que tuve que hacer, autocrítica de los errores. El cuerpo técnico y la plantilla hablamos: no espero un cambio radical porque es difícil, pero sí confío en mis jugadores y en la capacidad que tienen, con la tranquilidad de haber hablado y verlos en disposición de mejorar", reconoció.

Y abundó en esa reunión: "Hablamos mucho tiempo y me fui muy contento y satisfecho. Por primera vez en mucho tiempo no fue un monólogo. Cuando es así, uno tiene la sensación de que hay gente que no acaba de escucharte. Un diálogo en el que todos quieren aportar es gratificante. Todos partieron de la autocrítica. Fue una reunión para hablar del futuro y del presente, jamás del pasado porque ya no tiene arreglo".

No quiso Mel mezclar la Liga con la Copa, porque son "competiciones distintas", pero sí dijo que este derbi "es un partido diferente en esta ciudad y hay que tratarlo como lo que es", amén de no referirse a las bajas ni a algún futbolista como Joaquín que llegará en estado algo precario: "No vamos a quejarnos de eso, somos muchos jugadores. La plantilla del Betis tiene que valer para estas cosas".

Lógicamente, con un derbi en Liga tan reciente, la pregunta de si es el modelo a seguir es obligada. "Sí en muchos aspectos, pero si hubiéramos tenido esa intensidad y transitado a ese ritmo defensa-ataque, el Eibar no hubiera ganado 0-4 ni muerto. Luego tenemos que hacer muchas más cosas, que es lo que hemos estado hablando".

¿Y las consecuencias de este partido? "Llegué al Betis en 2010 y estamos en 2016, eso significa que llevo mucho tiempo aquí. Sé que en este club se pasa con mucha facilidad del todo a la nada y de la nada al todo", resumió Mel, quien valora a la grada. "Es lo que yo les he dicho a los jugadores: cuando uno está en Primera y en un club tan grande como el Betis no te puedes motivar unos partidos sí y otros no. Esta camiseta y este escudo con sagrados. Tenemos que dar la imagen que nuestros seguidores demandan, ellos son espectadores y responden a lo que ven: aceptamos las críticas, agachamos la cabeza e intentamos mejorar".

Lógicamente, admite los cánticos en su contra. "Somos privilegiados en muchísimas cosas. No me voy a quejar de nada de lo que tiene el cargo de entrenador porque sería insultar al 95% de la población de este país y a los muchos que lo pasan muy mal para ganar 600 euros. Nuestra profesión es de tomar decisiones y hay que aceptarlo así: no puedes agradar a todo el mundo, eso es imposible y lo llevo con naturalidad, la única diferencia es que a este club lo siento como mío y me duele más", dice.

Se le inquiere por cómo espera al Sevilla. "Es cierto que son 180 minutos. Hay normas que hacen que todo que sea diferente, como el hecho de encajar gol o no, el saber que no tienes prisa. No me espero ningún Sevilla de ningún tipo, simplemente espero de mi equipo. Si hace lo que hizo en el derbi de Liga y mejora lo que tiene que mejorar, somos un equipo difícil para el Sevilla y para cualquiera. Si estamos al nivel del día del Eibar, el Sevilla nos mete más de cuatro. Lo tenemos clarísimo, lo hemos hablado y las cosas que hagamos bien ya las sabemos, nos importan las que hacemos mal", señaló Mel, quien no dio pistas sobre quién ocupará la portería: "Mañana empezaremos a tomar decisiones, tenemos a bastante gente en el alero. Westermann ha intentado entrenarse hoy y se ha retirado, veremos qué pasa mañana. Tenemos gente con dudas que hay que ver cómo están".

Volviendo a los cánticos, se le preguntó cómo le afectan. "Me lo quedo para mí. En lo profesional, el público reacciona respecto a lo que ve y si no le está gustando, tienen que protestar hacia el máximo responsable. Si voy al cine a ver Star Wars y no me gusta, diré que George Lucas es muy malo. El público es sagrado, nunca diré nada en contra. Si antes reaccionaba de una forma y ahora de otra, seguro que el culpable soy yo y tendré que mejorar", se analizó.

Para apostillar, Mel habla de las bajas, de las que repite que no se queja, y de posibles fichajes. "No he dicho que lo de las bajas sea mala suerte. Es algo inherente al fútbol y normal cuando se compite. El mercado se abrió el día 2. Cuanto antes lleguen los fichajes, si es que tiene que venir alguien, mejor para todos, para la aclimatación y conocer a los compañeros y al cuerpo técnico. Estamos esperando a ver qué puede pasar, ya hay equipos que han movido ficha y se han reforzado", puntualizó.