La teoría de la manta y la recuperación de la solidez
El Sevilla continúa destapándose cuando se emplea a fondo en atacar a un contrario inferior.
El Sevilla de Marcelino visitará el sábado al Mallorca de Caparrós y, seguramente, volverá a dar una cara mucho menos generosa en cuanto a juego ofensivo que la ofrecida ante Racing y Granada. Al asturiano no le convence eso de taparse la cabeza para que se enfríen los pies y frente al máximo defensor de la teoría de la manta optará por guarecerse atrás y esperar alguna ocasión a la contra, mientras encuentra el deseado equilibrio. Aún no ha dado con la tecla y encima tendrá bajas importantes como para exponer al equipo así como así. Por ello, es más esperable una imagen, si no como la del Camp Nou, más parecida a la del Vicente Calderón o el Reyno de Navarra. Los pies calentitos y la cabeza fría.
Precisamente frialdad es una de las cualidades que se han echado en falta en estas últimas citas en un Sevilla que se ha topado, obcecado como un toro, primero con el meta Toño y luego con el meta Roberto. En los dos encuentros en los que el equipo de Marcelino ha mirado con más descaro a la portería contraria y, sobre todo ante el Granada, ha exhibido un mejor juego de ataque se ha quedado desnudo atrás y ha dilapidado todo el trabajo de cimentación acumulado en las ocho jornadas precedentes, en las que encajó los mismos goles, cuatro, que en estas dos últimas.
Por ahora, el Sevilla parece afrontar mucho mejor los partidos en los que sale concentrado en defender que aquellos en los que debe acometer a un rival inferior a priori. Aún le falta ese equilibrio para que no afloren esos errores del pasado que con tanto denuedo quiere desterrar Marcelino.
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