Tras el telón siempre está Lopera
Los principales accionistas, excepto Castaño, suavizarán su postura con el consejo actual para no fortalecer al "enemigo" común Abstención en las cuentas por la falta de detalles de éstas
Manuel Ruiz de Lopera se ha convertido en el principal aliado de José Antonio Bosch de cara a la Junta General de Accionistas del próximo 21 de diciembre. El máximo accionista de la entidad, señalado por las principales fuerzas vivas del beticismo como el "enemigo común", va a obrar como bálsamo para que la asamblea no se convierta en una encrucijada para el hombre que representa hoy su capital por mandato judicial y, por extensión, para su consejo de administración.
Todo se articula en la reunión mantenida la noche del pasado miércoles en la clínica Infanta Luisa de Triana, propiedad en gran parte del ex presidente Hugo Galera, miembro destacado de Béticos por el Villamarín (BxV) y uno de los asistentes. Destacados miembros de esta asociación, de Por Nuestro Betis (PNB) -el día antes había celebrado su propia asamblea-, de la Liga de Juristas (LJ) y de la Fundación Heliópolis (FH), a la que pertenece el mismísimo Miguel Guillén, debatieron cómo afrontar la asamblea y, sobre todo, alguno de los puntos que observan con más recelo.
Ninguno de los acuerdos fue vinculante, ya que la plataforma PNB, por ejemplo, sí se veía ya obligada tras su asamblea a cumplir lo acordado, pero lo más llamativo fue que incluso los más receptivos a la labor del consejo, personas que influyeron de alguna manera en el nombramiento de Bosch como administrador judicial, dieron la impresión de alejarse progresivamente de la línea marcada en el club.
Hubo dos puntos indefendibles para todos los asistentes, la partida abultada y sin detallar de gastos por servicios exteriores, de 4.974.488,89 euros, a los que añadir 1.373.452,48 de otros gastos de gestión corriente, y la propuesta para nombrar a Francisco Rubiales como nuevo consejero de la entidad.
Con todo, el miedo a fortalecer a Manuel Ruiz de Lopera e incluso a tender una posible alfombra que pudiese ser camino abonado para el okupa Luis Oliver prevaleció en la reunión, que llegó al pacto tácito, que no escrito, de abstenerse al aprobar las cuentas y la entrada de Rubiales, sin el rejón que supondría para el consejo el voto en contra, aunque tuviera el mismo efecto al representar Bosch el 51,34% del capital.
Básicamente, todo muy parecido a lo acordado el día antes, el martes, en el Puesto de Los Monos, por los asambleístas de PNB. Aunque hubo muchas voces contrarias y críticas contra Bosch, incluso de los directivos, éstos, que no participan en la votación, acataron la decisión de la mayoría, auspiciada principalmente por los directivos de la Peña Bética Rafael Gordillo, la que mayor parte del capital representa.
La teoría de éstos, compartida por otros, es que no se puede votar en contra de una gestión económica que a 30 de junio de 2013 arroja un superávit de unos 12 millones de euros y que, encima, tenía al equipo clasificado para la disputa de la Liga Europa.
Estos argumentos prevalecieron sobre los que opinaron que la gestión deportiva no es correcta, que el dinero debería estar sobre el césped y que el "ocultismo" en la partida reseñada no era de recibo. Incluso, alguno valoró que a Lopera sí se le hubiesen votado en contra esas cuentas.
Aun así, los directivos de PNB no acaban de estar convencidos y ayer mismo iban a solicitar al consejo de administración información por escrito sobre ese gasto en servicios exteriores y otros gastos de gestión, que, sumados, ascienden a 6,3 millones de euros. Finalmente, acordaron trasladarlo a la Junta Extraordinaria que solicitarán para esclarecer el papel de la Fundación del club.
Paralelamente, Francisco Rubiales trató sin éxito de reunirse con miembros de PNB para darse a conocer y fue remitido por éstos a después de la Junta. Empero, hay sectores más críticos con la figura del hoy asesor del consejo y, aunque en principio no votarán en contra su nombramiento, aseguran que se harán oír el 21 de diciembre.
La principal conclusión que la mayoría de los presentes extrajo tras la reunión de la clínica Infanta Luisa no es otra que la obligación moral para no lesionar al actual consejo con su rechazo mayoritario al principal punto del orden del día, la aprobación de las cuentas. Coligieron que es mejor abstenerse que ofrecer la sensación de que están en contra de la gestión de los actuales mandatarios o, más concretamente, de la forma de proceder de éstos en algunos puntos.
Según aseguran, eso hoy sería peligroso para el Betis porque colocaría una valiosa arma en manos de Lopera. Quien, lógicamente, sí votará en contra es Manuel Castaño, máximo accionista a título individual tras Lopera, y algún otro de forma independiente.
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