El técnico que estudió "para segundo entrenador"

Con la sonrisa siempre acompañándole, Antonio Álvarez Giráldez (Marchena, 10-04-55) es posiblemente el técnico de la casa que más deseaba una oportunidad como la que se le presenta. Bromista casi por sistema, el tiempo le ha ayudado a cumplir un rol dentro de los grupos de dirección de equipos en los que al tener menos responsabilidad, unía a través del buen humor y creaba buen ambiente en las plantillas. Por eso la opinión de los jugadores ha pesado mucho en la decisión tomada por el club de apuntar a él en vez de hacerlo a un entrenador de fuera en un abanico que además es muy reducido.

El ex jugador fue mano derecha de casi todos los entrenadores que han pasado por el Sevilla durante catorce años. Desde que en 1995 subió con Juan Carlos Álvarez y Orellana para sustituir al portugués Toni, ha sido la sombra de muchos técnicos, del mencionado asturiano en sus tres etapas, de Marcos Alonso, de Joaquín Caparrós, de Juande Ramos y hasta de Jiménez hasta que una decisión achacable al de Arahal pero en la que tuvo más que ver Del Nido, lo ubicó en la parcela en la que hasta ayer desempeñaba su labor, la secretaría técnica. A fuerza de ser siempre el hombre de atrás, incluso la afición dudaba de que tuviera el título de entrenador nacional. Antonio siempre bromeó diciendo que cuando estaba en el curso con el resto de alumnos, él ya se sacaba otro carné, "el de segundo entrenador". Sólo una vez dirigió un partido, un Sevilla-Rayo Vallecano disputado en Almendralejo por la ausencia de Juan Carlos Álvarez.

Ahora, ese punto bromista y cómplice con el grupo, aun manteniéndolo para elevar la moral del equipo, deberá cambiar para mandar el mensaje idóneo, darse a respetar. Cuentan que ya ayer puso dos veces los puntos sobre las íes.