España vuelve a la élite del continente (1-1)

Suiza - España | La crónica

Unai Simón detiene dos penas máximas y Oyarzabal marca el penalti definitivo para dar el pase a semifinales a la selección

El tiempo reglamentario acaba con empate (1-1) tras los tantos de Jordi Alba y Shaqiri

Suiza acabó con uno menos por la roja directa a Freuler

Así te hemos contado el partido en directo

Los jugadores españoles celebran el pase a semifinales.
Los jugadores españoles celebran el pase a semifinales. / Efe

España está de nuevo en la élite del fútbol continental. Después de un paréntesis en el certamen anterior, el doble campeón de Europa jugará otra vez las semifinales de la Eurocopa y lo hará gracias a la aportación de su guardameta, de un Unai Simón que estuvo providencial en la tanda desde el punto de penalti, algo que muchos denominan suerte y que es simplemente una especialidad más dentro de este deporte tanto para el que lanza como para el que defiende los tres palos. El cancerbero vasco estuvo acertadísimo con sendas paradas a Schär y Akanji y fueron los españoles quienes se quedaron con la plaza para Wembley.

Paradójico que Suiza le metiera los cinco lanzamientos desde los once metros al francés Lloris y que sólo fuera capaz de sobrepasar en una ocasión la resistencia de Unai Simón. Pero así es el fútbol de aleatorio, aunque todo puede llegar a ser trabajado, también ese tipo de disparos desde el se conoce como el punto fatídico. Pero sería tremendamente injusto quedarse sólo con esa faceta para explicar el triunfo de España, ya que fue sencillamente inexplicable que se tuviera que llegar a ese punto después de una prórroga con ocasiones clarísimas para que la escuadra de Luis Enrique no hubiera tenido que llegar a ese punto de emoción final.

Para ello fue fundamental la jugada clave de todo el encuentro. Minuto 77, Freuler le hace una entrada durísima a Gerard Moreno, pone en riesgo incluso la integridad física del delantero del Villarreal y el inglés Michael Oliver no tiene la menor duda. El color, indudablemente naranja de la tarjeta a enseña, tira hacia el rojo y Suiza se queda con un futbolista menos desde entonces y todo se decanta ya hacia el bando español.

Luis Enrique sólo hizo dos pequeños retoques en la defensa, una de ellas la vuelta de Jordi Alba, que fue el autor del gol con la ayuda del helvético Zakaria

El equilibrio que había existido hasta entonces concluye en ese preciso momento y desde ahí ya será un monólogo de España entre sustituciones complicadas de entender, pero con un dominio absoluto y también con ocasiones de gol meridianamente claras para que aquello no hubiera llegado a los lanzamientos desde el punto de penalti. Gerard Moreno tiene no menos de tres, Marcos Llorente también goza de una que saca en el último instante Ricardo Rodríguez, Dani Olmo dispone de otra y hasta Busquets inauguró el carrusel con un cabezazo en un saque de esquina.

Que Suiza llegara hasta esa suerte final de los penaltis ya había sido un milagro y los nubarrones ennegrecían del todo con el primer lanzamiento hispano, pues el capitán Busquets estrellaba el balón en el poste con Sommer mirando desde el otro lado mientras que Gavranovic anotaba el suyo. Más oscuro no podía estar el panorama, pero todo cambió con la gran actuación de Unai Simón al tabicar su portería hasta el punto de que Rubén Vargas también le iba a pegar en el cuarto tiro a las nubes.

España, con el marcador a favor desde el minuto 8, no pasó problemas, pero no llegó a estar cómoda ante la forma en la que Suiza ahogaba a Busquets

Oyarzabal se encargó de ponerle la rúbrica al pase y España estará en las semifinales de esta Eurocopa con todo merecimiento. Sí, fue justo, pues dentro de un partido mucho más gris que los dos últimos, los hombres de Luis Enrique sí hicieron mucho más para conquistar el triunfo que una Suiza que se ordenó perfectamente en el aspecto táctico, pero que apenas llegó a inquietar a Unai Simón más allá que en algunos remates en los saques de esquina que tan bien ponían desde los costados Shaqiri y Ricardo Rodríguez.

Fue el único punto de inquietud para una España que se había puesto por delante muy pronto, tal vez demasiado para mantener la tensión competitiva durante el resto del litigio. Con Luis Enrique manteniendo el bloque para introducir sólo las novedades de Pau Torres y Jordi Alba respecto al equipo que derrotara a Croacia, fue precisamente el veterano lateral izquierdo del Barcelona el que se iba a encargar de poner por delante a los suyos con un disparo en el minuto 8. La colaboración del suizo Zakaria fue fundamental para ello.

La paridad llegó en un error de la pareja de centrales, un rebote en Pau Torres, pero se vio siempre que la selección es mucho mejor con Laporte en la izquierda

España había colocado todo cuesta abajo para tener un discurrir mucho más tranquilo que en los octavos de final, pero el fútbol jamás ofrece dos caminos semejantes. Suiza no se descompuso, siguió con su plan de ahogar a Busquets, para lo que cambió su defensa de cinco por una línea de cuatro que apretaba para ayudar a Shaqiri en su defensa al capitán español. La selección española no se sintió cómoda jamás y fue incapaz de leer las circunstancias del juego para aprovechar la ventaja que tenía en el marcador.

El hecho de jugar con dos centrales zurdos, como ya se vio ante Suecia en el debut, es una solución mucho peor que cuando hacen pareja Eric García y Laporte, que se convierten en organizadores desde la zona más atrasada, pero cabe suponer que el zaguero recién fichado por el Barcelona tendría algún problema físico. De lo contrario, punto negativo para Luis Enrique en su planteamiento inicial.

La selección, por tanto, se sintió ahogada en lo que más le gusta, que es la elaboración desde atrás y jamás aprovechó que Suiza debía correr más riesgos. Tampoco los helvéticos lo hicieron, se limitaron a dejar pasar el tiempo en busca de alguna acción de estrategia o de un fallo español, cosa que sucedió en un cruce entre Laporte y Pau Torres. Un corte del primero, un balón rebotado en el segundo y Freuler le dio la pelota con ventaja a Shaqiri para que igualara.

La justa expulsión de Freuler convirtió el litigio en un monólogo para el combinado español, que no debió llegar siquiera a la tanda final de haber acertado

Desde entonces ya todo fue un monólogo del equipo de Luis Enrique entre permutas de futbolistas que tampoco tenían mucha explicación lógica. Hasta que se produjo la expulsión de Freuler y ya la única duda era si España sería capaz de finiquitar aquello antes de llegar a los lanzamientos desde el punto de penalti, algo que era lo único a lo que se agarraban los suizos en su afán por tener alguna opción para alcanzar las semifinales.

Lo consiguieron gracias a las intervenciones de Sommer y a que España no acertó en las numerosas llegadas que provocó en superioridad. Pero así es el fútbol y pese al error inicial de Busquets, será la selección española quien estará en Londres en las semifinales. Dentro de un juego mucho más gris, la luz se hizo en el momento justo en la bella San Petersburgo, la posibilidad de recordar tiempos de gloria recientes vuelve a estar presente para esta España, así que no queda otra que seguir aplaudiendo a Luis Enrique y los suyos.

Ficha técnica

1 (1) - Suiza: Sommer; Elveldi, Akanji, Ricardo Rodríguez; Widmer (Mbabu, min.101), Freuler, Zakaria (Scharr, min.101), Zuber (Fassnacht, min.92); Shaqiri (Sow, min.81), Seferovic (Gavranovic, min.82) y Embolo (Vargas, min.23).

1 (3) - España: Unai Simón; Azpilicueta, Laporte, Pau Torres, Jordi Alba; Busquets, Koke (min.91), Pedri; Sarabia (Dani Olmo, min.46), Morata (Gerard Moreno, min.54) y Ferrán Torres (Oyarzabal, min.91).

Goles: 0-1, min. 8: Zakaria, en propia puerta. 1-1, min: 68: Shaqiri.

Penaltis: Busquets: fallo (0-0). Gavranovic: gol (1-0). Olmo: gol (1-1). Schar: fallo (1-1). Rodri: fallo (1-1). Akanji: fallo (1-1). Gerard Moreno: gol (1-2). Vargas: fallo (1-2). Oyarzabal: gol (1-3)

Árbitro: Michael Oliver (ENG). Amonestó a Widmer (min.67), Laporte (min.93) y expulsó a Freuler (min.77)

Incidencias: partido correspondiente a los cuartos de final de la Eurocopa disputado en el estadio Krestovski ante más de 26.000 espectadores.

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