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Si por algo en el club cruzan los dedos para que todo salga bien en la noche del 27 del presente mes con motivo de la visita del Atlético en la vuelta de la semifinal de Copa es porque en la competición liguera las dudas de que el equipo de Emery llegue al final a la meta son lógicas, ya que necesitaría un esfuerzo muy grande.
Analizando la situación actual en la tabla que vive el Sevilla, las jornadas que quedan para que acabe el campeonato y los números que ha protagonizado el equipo nervionense a final de campaña en las últimas cinco temporadas, se extrae que para que los blancos logren su objetivo de entrar en competición europea por la vía de la Liga tendrían que repetir los finales de campaña del Sevilla de la mejor época. Está claro que los 31 puntos que sumó en la 07-08 con Manolo Jiménez de la jornada 24 a la 38 serían suficientes, o los 29 que totalizó en ese mismo segmento de partidos en un curso posterior.
Pero nada tiene que ver aquel Sevilla con el de ahora. Será tarea de Emery, por tanto, que su equipo se parezca más a aquel que era un equipo fuerte y habitual en Europa que al de, por ejemplo, la campaña pasada, cuando sólo sumó a las órdenes de Míchel 21 puntos (6 victorias, 3 empates y 6 derrotas) en las últimas quince jornadas. Entonces, curiosamente, el Sevilla estaba a estas alturas de la Liga idénticamente clasificado que ahora, es decir, undécimo en la tabla con 29 puntos. Tuvo al final una reacción que hizo pensar en que se podía meter, pero al final, sobre todo tras las derrotas -en ambas se puso por delante con gol de Negredo- ante Getafe (5-1) y Betis (1-2), fue insuficiente. El Sevilla terminó la Liga con 50 puntos, a cinco del Levante, que fue sexto.
Teniendo en cuenta que este año después de recibir al Deportivo, el Sevilla debe visitar al imparable Barcelona en el Camp Nou, el grupo de Emery no puede dar ningún paso en falso. Habría que ver que si una reacción como la que tuvo con Manzano en los últimos quince encuentros de la temporada 10-11 le daría para llegar a la sexta plaza. Entonces, aun con cierta irregularidad en los resultados, el Sevilla sumó 27 puntos (8 victorias, 3 empates y 4 derrotas) que lo alzaron de la octava plaza en la 23 a la quinta en la 38.
Lo de hace tres años (09-10) supuso una situación diferente. En esa serie de encuentros se produjo la destitución de Jiménez y la llegada de Antonio Álvarez, que dirigió al equipo desde el Domingo de Ramos las once últimas jornadas. El bagaje de puntos fue pobre, 21, como en la temporada pasada con Míchel, pero las sensaciones finales fueron totalmente distintas en un mes de mayo mágico con aquel gol de Rodri en Almería que metía al Sevilla en la Champions -sí, en la Champions- y el título de Copa alzado en el Camp Nou ante el Atlético. Al Sevilla le bastaron esos 21 puntos para acabar cuarto en la Liga, pero partía de una situación diferente, pues en tal semana como la de ahora sumaba 42 puntos y era octavo, nada que ver con los 29 y el undécimo puesto actuales.
Llegar a Europa por la vía de la Liga en esta temporada requiere un esfuerzo mayor y habría que repetir los números que hicieron posible una serie de jugadores que ya no están (Luis Fabiano, Kanoute, Renato, Adriano...).
La pregunta está en la mente de todos: ¿puede esta plantilla ganar 10 partidos de 15 -con 1 empate y 4 derrotas- como hizo el Sevilla en el final de la 07-08?, ¿o las 9 victorias, con 2 empates y también 4 derrotas del ejercicio posterior? Estamos hablando de un equipo que luchaba por no ser cuarto y sí tercero con una gran presión externa.
Si no, todos los esfuerzos deben centrarse en el partido del día 27 ante el Atlético y llegar en la Liga hasta donde llegue.
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