Unos 1.500 sevillistas a la Plaza Mayor

"Hace dos semanas me hubiera pensado venir, la verdad. El equipo no estaba bien, pero ahora hay otra ilusión", comentaba un aficionado, Pablo Iglesias, que esperaba la llegada de los jugadores en la estación de Santa Justa. Mientras, animación, aunque sosegada. Casi se cruzan José María del Nido y el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, que no viaja para ver al Sevilla, pero que vuelve a Madrid tras el acto en memoria de Alberto Jiménez Becerril, quien fue directivo del club nervionense en la junta de Gabriel Rojas.

El cambio de imagen del equipo con Unai Emery ha tenido su respuesta en la afición, que se ha movilizado para vivir con intensidad un partido que puede allanar mucho el camino a la final. Hay ganas de recordar momentos pasados en desplazamientos cargados de ilusión y, así, se espera que hoy estén apoyando al equipo en Madrid entre 1.500 y 2.000 seguidores según las previsiones del club, que se guía por la animación en taquilla.

En el AVE que este miércoles desplazaba al equipo hasta la capital de España viaja un grupo de aficionados como avanzadilla de lo que se espera para hoy. Anoche partían hasta ocho autobuses organizados por las peñas y para hoy el trasiego en Santa Justa está garantizado hasta primera hora de la tarde.

Pese a la crisis económica y que se trata de un día laborable, el apoyo que el sevillismo brindará al equipo es considerable. El mejor termómetro estará a partir de mediodía en la Plaza Mayor, donde las peñas han organizado una concentración desde la que los aficionados se desplazarán hacia el estadio Vicente Calderón con la escolta de la Policía: unos veinte minutos de cánticos sevillistas.

El objetivo es que el AVE de vuelta fletado por el Sevilla tras el partido sea una fiesta. Un tren íntegro de sevillismo que espera ser un aperitivo a la fiesta. "Con dejar la portería a cero bastaría para quemar el tren de vuelta", bromea un sevillista. Una prueba de cómo ha cambiado el cuento desde la última semifinal de Copa que el Sevilla ganó. Aquella noche, también en Madrid, Getafe concretamente, había sevillistas enojados.