Visto y Oído
Francisco Andrés Gallardo
Emperatriz
Hasta con el mismísimo Juande Ramos costó que la grada del Sánchez-Pizjuán coreara el nombre del entrenador con el que el Sevilla ganó cinco títulos en un año y medio. De hecho, en un parido no se llegaría a producir ninguna muestra de cariño, aunque sí en las celebraciones de los títulos. Luego llegaría la espantada del de Pedro Muñoz, pero mientras el idilio futbolístico entre la afición y un equipo que hizo historia duró, los cánticos fueron siempre hacia los ídolos de la hierba, Luis Fabiano, Kanoute, Palop, Daniel Alves, Javi Navarro...
El pasado miércoles en la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey ante el Granada, el día que Unai Emery cumplió dos años al frente del primer equipo sevillista, el día que igualó la marca del entrenador manchego enlazando 22 partidos sin conocer la derrota en Nervión, cuando acumula unos números en la Liga equiparables a los mejores de la historia deportiva de la entidad... escuchó por primera vez el de Fuenterrabía cánticos con su nombre por parte de la hinchada sevillista. Los entrenadores, y el propio Emery lo ha advertido en varias entrevistas, otorgan la justa importancia a estas cuestiones que tienen más que ver con el ego, un fantasma para los encargados de gestionar un grupo de profesionales, pero a todo el mundo le gusta que le regalen el oído.
¿Quiere esto decir que la afición del Sevilla ha despejado las dudas que tenía con la labor del técnico vasco en el Sevilla? Puede que sí y puede que no o, más bien, no tiene nada que ver. El técnico, mientras, sigue su camino y continúa empeñado en seguir haciendo historia en el Sevilla, pero el sector más crítico de la afición sin duda aprovechará que vuelva el mínimo momento de duda para discutir cualquier decisión del técnico que ha rescatado de la mediocridad a un club que tocó el cielo en la era más dorada de su historia.
Curiosamente, Emery ha escuchado su nombre coreado por el estadio nervionense estando enfrente el entrenador que fue la sombra tanto de Juande en sus inicios como la suya propia. El actual preparador sevillista llegó a pronunciar en una rueda de prensa el nombre del todavía técnico del Granada. "Entiendo que en esta ciudad se hable de Joaquín Caparrós, pero yo tengo que poner mis cinco sentidos en el trabajo y preparar el próximo partido", vino a decir públicamente Emery hace solamente un año, en febrero de 2014, cuando los rumores también tocaban incluso a José Castro, que catalogó como una "barbaridad" mencionar al utrerano.
La renovación del vizcaíno se gestó en Almería y desde entonces Emery no sólo ha ganado peso de cara al sevillismo, sino a nivel internacional. El Milan lo buscó tras conseguir un título europeo para el Sevilla en la final de la Europa League ante el Benfica, pero ni siquiera ello fue suficiente para meterse definitivamente y en plenitud a la afición en el banquillo.
Paradójicamente, con Caparrós en el momento más crítico de su carrera como entrenador, los cánticos de la afición sevillista (quizá ante la constatación de la caída del que seguía siendo un mito para un sector aún aferrado a la peculiar filosofía del utrerano) rompen una dinámica que parecía inamovible pese a lo espectacular de los resultados obtenidos por Emery.
Éste sale reforzado y recibe una buena dosis de energía positivaque, sin duda, le servirá para no frenar, aunque el nivel de exigencia no se apartará del cemento del Sánchez-Pizjuán, así como de las tertulias en la calle y en las redes sociales.
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