Un punto sobre el que edificar

Con la miel en los labios se quedó el Sevilla Femenino. Saboreó el triunfo ante el todopoderoso Atlético, vigente campeón de la máxima categoría del fútbol femenino nacional, lo tuvo contra las cuerdas, pero fue incapaz de asestar el golpe definitivo ante un rival que prometía mucho más sobre el papel en su visita a la ciudad deportiva sevillista.

Las de Cristian Toro suman de esta manera un punto importantísimo, por el equipo que tenían en frente, y sobre todo, para cortar una mala dinámica de dos derrotas consecutivas con las que llegaban al duelo correspondiente a la decimoséptima jornada de Liga. Una fecha, en la que además, las atléticas parecen haberse despedido de la posibilidad de revalidar título, puesto que quedan a nueve puntos ya del Barcelona, líder destacado.

Fraguaron un enorme partido las sevillistas, que lograron adelantarse hasta en dos ocasiones en el marcador. Sólo la buena actuación de Lola Gallardo bajo palos impidió que las locales se metieran el partido en el bolsillo. El primer tanto del equipo blanquirrojo llegó muy pronto. Olga Carmona puso un balón al área, Raquel Pinel lo remató y en el rechace, tras una brillante mano de la guardameta forastera, Menayo introdujo la pelota en su portería. Era el minuto cuatro y el partido se ponía muy de frente para el equipo local.

Se convirtió entonces el Sevilla Femenino en un equipo muy incómodo para el vigente campeón, que a pesar de tener la pelota, era incapaz de encontrar su mejor versión. Sin embargo, Leicy Santos, con un gran disparo desde la frontal del área, logró batir a Cata Col para poner el empate antes de la media hora.

Con el empate se marchó el partido a los vestuarios, pero no tardó mucho el equipo local en volver a ponerse por delante. Fue tras un córner, tres minutos después de la reanudación, cuando Isabella volvía a poner en ventaja al equipo local. Toni Payne, después, pudo dar la puntilla al Atlético, aunque falló en un mano a mano con Lola Gallardo. Perdonó el Sevilla y no lo hizo Sosa, en el ecuador del segundo acto, quien enganchó un testarazo tras un buen centro de Menayo para poner la definitiva igualada.