En la senda de la costumbre

Apenas tres años ha tardado el Sevilla en recuperar la senda victoriosa de los títulos y, más concretamente, de éste de Copa que ayer alzó por quinta vez en su más que centenaria historia. Si cuando el 23 de junio de 2007 venció en el Santiago Bernabéu al Getafe, rompió una sequía copera que se prolongaba por casi sesenta años, esta vez la cita con el segundo trofeo de España ha sido casi inminente.

Además, por primera vez el Sevilla derrota en una final a uno de los llamados grandes de nuestro balompié, puesto que las anteriores, aun ganadas con todo merecimiento y con eliminatorias por medio complicadas, fueron frente a rivales como Sabadell, Racing de Ferrol, Celta y Getafe. Ahora no, ayer en el Camp Nou, el mejor escenario del país, cayó el Atlético de Madrid, el tercer club de España. Antes, lo habían hecho Barcelona, Deportivo y Getafe. Casi nada. Y al olvido esas dos finales perdidas frente a Athletic y Real Madrid.

La Copa del Rey, que nunca se le había dado bien al Sevilla, ya que lo más cerca que estuvo de ella fue en las dos semifinales ante el Real Madrid (1979 y 2004) y la del Sporting de Gijón (1981), ya figura por dos veces en su palmarés junto a esas dos Copas del Generalísimo y ese Torneo Presidente de la República que gozan de la misma distinción que el trofeo alzado ayer por Andrés Palop, que tomó el testigo de Javi Navarro, el capitán aquel 23 de junio en el Santiago Bernabéu, quien a su vez sucedió a Joaquín, el capitán que alzó este trofeo en 1948, de las manos del general Francisco Franco.

Anteriormente, se produjeron los campeonatos de 1935, primer título nacional del club, durante la II República, y de 1939, segundo éxito del equipo y primera Copa del Generalísimo, en el primer torneo tras la Guerra Civil. Con la Copa del Rey, el Sevilla ya tiene este trofeo en todos sus formatos, a excepción de aquella Copa de la España Libre que ganó el Levante en 1937, en plena guerra, y que nunca fue reconocida por la Real Federación Española de Fútbol.

Yendo por orden cronológico, el estreno del palmarés nacional se produjo en Chamartín el 30 de junio de 1935, con Pedro Escartín como árbitro de la contienda. El conjunto que adiestraba Moncho Encinas se impuso por 3-0 al Sabadell. Por el camino habían caído Real Madrid, Atlético y Osasuna y aquella tarde de verano formaron Eizaguirre; Euskalduna, Deva; Alcázar, Segura, Fede; López, Torróntegui, Campanal, Tache y Bracero. Campanal el Gordo marcó en los minutos 36 y 76 y Bracero redondeó el marcador en el 87.

Cuatro años después, el Sevilla vuelve a proclamarse campeón, ya de la Copa del Generalísimo, en Montjuïc. Fue el 25 de junio de 1939 y el Racing de Ferrol sucumbió por 6-2 ante el equipo de Pepe Brand, que alineó a Bueno; Cayuso, Villalonga; Torróntegui, Félix, Leoncito; López, Pepillo, Campanal, Raimundo y Berrocal, es decir, la delantera Stuka.

La última Copa llega un tardío 4 de julio de 1948 y vuelve a jugarse en Chamartín, con Franco en el palco de honor. Ante 60.000 espectadores, 5.000 de ellos sevillistas, el Sevilla de Patricio Caicedo derrota al Celta de Ricardo Zamora, que contaba en sus filas con Miguel Muñoz. Busto; Joaquín, Belmonte; Alconero, Antúnez, Eguiluz; Pineda, Arza, Mariano, Doménech y Campos formaron el equipo que ganó por 4-1.

Desde entonces, no volvió a levantar un trofeo el Sevilla hasta la noche mágica de Eindhoven, el 16 de mayo de 2006. Atrás quedaron aquellas frustraciones en las finales coperas de 1955, cuando perdió ante el Athletic por un apretado 1-0, aún en el viejo Chamartín, y de 1962, ya en el flamante Santiago Bernabéu. Aquel 8 de julio los capitanes fueron Marcelo Campanal y Paco Gento y el Madrid de Di Stéfano, Puskas, Del Sol y compañía venció por 2-1. Entonces, los sevillistas lamentaron el penalti marrado con 1-1 en el minuto 80 por Mateos, que vio frustrada su intención de amargar a su ex equipo.

En 2007, Gimnástica Segoviana, Rayo Vallecano, Betis y Deportivo, antes del Getafe en la final (1-0, gol de Kanoute), fueron los eascalones hacia el título.