Un ritmo imposible en la categoría

Betis | córdoba · informe técnico

Mel ordena una presión muy adelantada y en sendas recuperaciones en campo contrario llegarían los dos primeros goles · Con Beñat, el Betis tiene más el balón y Salva Sevilla se libera y asiste al tridente

Un ritmo imposible en la categoría
Un ritmo imposible en la categoría
Samuel Silva / Sevilla

12 de diciembre 2010 - 05:02

Los números indican que el Betis es el mejor equipo de la categoría y tras 16 jornadas que el equipo sume 36 puntos y sea el líder indiscutible de la no es fruto de la casualidad. Salvo en algunos partidos puntuales, el Betis impone un ritmo de juego imposible para la mayor parte de los rivales de la categoría. Si Lucas Alcaraz, que tomaría nota el miércoles cuando se personó en Heliópolis, trató de dormir el partido, Pepe Mel respondió ordenando una presión que comenzaba muy arriba y que permitió que el Betis recuperase la pelota en zona de ataque y así llegarían los dos primeros goles. Con la lesión de Miguel Lopes, Mel no dudó en colocar al tridente, con la entrada de Jorge Molina, y eso sólo provocó que el Betis aumentase su presencia en ataque. Un mensaje de ambición desde el banquillo que encontró respuesta en el césped.

Defensa

No fue el encuentro con más trabajo para los centrales pero su ayuda sí fue importante para que el equipo presionara en campo contrario. Los centrales tiraron la defensa muy arriba e incluso en una recuperación de Dorado se origina el primer gol, una de las claves del triunfo. El único lunar partió en el gol del Córdoba, con la pérdida de Nacho tras un saque de esquina en corto y el posterior contragolpe rival que no se pudo frenar. Los laterales, sobre todo Isidoro, pisaron con peligro el área contraria.

Ataque

Con Beñat sobre el césped, el Betis se adueña del balón y lo combina con mucha más velocidad. Además, Salva Sevilla se libera de las tareas defensivas y saca a relucir su excelente visión de juego. El virgitano acabó gustándose, además de elevar su número de asistencias de gol de la temporada. El tridente, con una ubicación distinta pues sólo Rubén Castro ocupó la banda derecha y Emana y Jorge Molina se quedaron arriba, comenzó la presión y recuperó multitud de balones. Además, el Betis ya suma 38 goles a favor, 25 con el sello del tridente.

Virtudes

El ritmo alto con y sin balón, lo que permitió romper el anodino del rival. Y, ayer sí, la pegada.

Talón de aquiles

La pérdida en el saque de esquina que costó el gol y metió miedo durante unos minutos.

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