Una revolución en toda regla

Hacia una nueva selección

A la certeza del adiós de Iniesta y de Piqué, si cumple lo prometido, se suma la búsqueda de un seleccionador

La incógnita se mantiene sobre el futuro de Ramos, Busquets o Costa

El seleccionador español, Fernando Hierro, dando indicaciones durante el partido de octavos de final, en el que España no pudo con la anfitriona y se despidió del Mundial de Rusia.
El seleccionador español, Fernando Hierro, dando indicaciones durante el partido de octavos de final, en el que España no pudo con la anfitriona y se despidió del Mundial de Rusia. / Facundo Arrizabalaga / Efe
Alberto Bravo (Dpa)

03 de julio 2018 - 02:00

Krasnodar/ La revolución pendiente parece ya inaplazable y la Federación Española de Fútbol (RFEF) recibirá en los próximos días el encargo de emprender un nuevo camino. Un camino que incluya nuevo seleccionador y nuevos futbolistas que le den un vuelco al equipo.

Un resultado como el obtenido en Rusia -adiós en octavos de final ante un rival que ocupa en puesto 70 en el ránking de FIFA- resulta tan concluyente que empuja a adoptar una terapia de choque. A todos los niveles, incluida la propia federación. Y con decisiones impostergables.

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Lo primero será buscar nuevo seleccionador, el tercero en apenas un mes. El presidente de la RFEF, Luis Rubiales, destituyó a Julen Lopetegui a dos días del debut de España en el Mundial y nombró como sucesor a Fernando Hierro, quien ofreció más valentía al asumir el cargo que destreza para desempeñarlo. Nadie da nada por su continuidad.

"En las próximas semanas veremos lo qué es mejor para todos", señaló Rubiales tras el fracaso de Rusia. Lo primero será saber quién es el hombre que dirigirá la nave española en la recién creada Liga de Naciones, en la que España se medirá con Inglaterra el 8 de septiembre y tres días después jugará ante Croacia. Será el paso previo a la fase de clasificación para la Eurocopa 2020.

Para entonces, el nuevo seleccionador debería llevar semanas trabajando y el cásting ya comenzó con varios nombres. El favorito de la RFEF -o de Rubiales, que viene a ser lo mismo- es Quique Sánchez Flores, quien está libre tras ser despedido por el Espanyol en el mes de abril. Sin embargo, también es la opción más cara, pues no cobraría menos de tres millones de euros por aceptar el puesto.

Otro nombre, ya habitual en cada quiniela, es el de Míchel, quien tampoco tiene equipo después de ser destituido por el Málaga a mediados de la campaña pasada.

Y la siguiente apuesta sería la de Luis Enrique, quizá la más difícil por la alta cotización que tiene el ex técnico del Barcelona. Más allá de estos tres candidatos, no hay mucho más. Otra cosa sería una gran sorpresa.

La siguiente revolución será sobrevenida y llegará por la necesaria regeneración de un grupo con muchos futbolistas veteranos. Andrés Iniesta se va, como anunció tras la eliminación en Rusia.También lo hará Gerard Piqué, salvo si corrige la decisión que tomó meses antes del Mundial.

Mientras, quedan otros jugadores con el peso de los años, como son los casos de David Silva (32 años), Sergio Ramos (32), Sergio Busquets (30 en dos semanas) o Diego Costa (también cercano a los 30), entre otros. Y todos ellos fueron titulares en Rusia.

De la nueva generación, sólo Isco dio un claro paso adelante durante el torneo, siendo casi el único futbolista que se salvó del alud de críticas. Por contra, futbolistas como De Gea, Thiago Alcántara, Marco Asensio o Koke cumplieron un papel irrelevante, cada cual por motivos distintos.

Y quedaría una federación con una renovación también pendiente en todas sus estructuras tras 29 años bajo el gobierno de Ángel Villar. Su sucesor, el vehemente e impulsivo Rubiales, también deberá tomar decisiones al respecto por la necesidad imperiosa de mejorar arcaicos departamentos, como los de la dirección deportiva, márketing, relaciones institucionales y prensa. Es hora de que se imponga la profesionalización.

Tiempo de cambio para una España que, desde 2012, cuando levantó su segunda Eurocopa consecutiva dos años después de conquistar su primera Copa del Mundo en Sudáfrica, se sumió en la mediocridad más absoluta. Adiós en la primera fase en el Mundial de Brasil, adiós en octavos de final de la Eurocopa de Francia y vuelta a casa en la misma ronda en Rusia.

Se exigen medidas de choque y un proyecto ordenado que no se tuvo hasta ahora. Para empezar, la RFEF deberá encontrar el perfil de "otro Lopetegui", un entrenador que regenere en tiempo récord el entusiasmo de los aficionados y que reimpulse el desfigurado estilo de la selección.

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