Una revolución con tirón
El sevillismo aprueba los avanzados pasos de la planificación del equipo pese al traspaso de Jesús Navas y el casi seguro de Negredo. La complicada guinda de Gameiro ilusiona.
El pasado 4 de junio, recién concluida la Liga con el Sevilla noveno, José María del Nido realizó el balance más crítico que se le recuerda. Entonces anunció un borrón y cuenta nueva, un proyecto completamente reciclado, con un giro sustancial en el modelo de la planificación en el que debían primar los hombres sobre los nombres. Un mes y pico después, ese giro radical ha supuesto la salida de Luis Alberto, Luna, Campaña, Spahic, Bernardo, Manu del Moral, Stevanovic (estos dos últimos como cedidos)... y Jesús Navas y Negredo. Lo del vallecano todavía no está hecho pero es simple cuestión de dejar que caiga la fruta madura. En teoría, el traspaso del palaciego unido al simple rumor de la posible venta del vallecano debía haber producido un gran desencanto en el sevillismo. Pero las sensaciones en la calle son de aprobación de los avanzados pasos que están dando Del Nido y Monchi. Y esta aprobación está teniendo refrendo en el número de carnés renovados, muy superiores a estas alturas (un 50%) a los del curso pasado, en parte por el abaratamiento y en parte por la política de fichajes.
El principal foco de esta ilusión está siendo Carlos Bacca, que está siendo sorprendido por la enorme expectación que levanta durante la concentración del equipo en Costa Ballena. El delantero colombiano, un futbolista poco conocido en España que ha despuntado en la liga belga, atrae la atención de los aficionados que siguen cada paso del equipo quizá por exótico. Pero desde la distancia, el aficionado menos pasional también valora los fichajes de Marko Marin y Nico Pareja, aunque del primero sólo pueda disfrutar de un año al tratarse de una cesión sin posibilidad alguna de prórroga. Un fichaje de un perfil menos brillante, Vitolo, también contribuye a esa ilusión por ser un futbolista en franco crecimiento que lleva dos años despuntando muchísimo en Segunda División. Menos garantías les ofrecen a priori a los aficionados dos jugadores que llegan para hacer plantilla, Jairo y Rusescu, precisamente los dos primeros refuerzos antes de que Monchi desencadenase esta revolución con tanto tirón entre finales de junio y principios de julio. Carriço también está en este último grupo, ya que el luso, cuya cesión con opción de compra puede concretarse hoy oficialmente, llega para ofrecer fondo de armario en el eje defensivo.
En total, han salido ocho jugadores, nueve con Negredo, y han llegado siete, ocho si se incluye su sustituyo y nueve si se cuenta la inesperada renovación de Fazio. El balance es positivo y la principal crítica, además de la opinable venta de Campaña, es que aún hay seis descartes por colocar: Javi Varas, Botía, Alexis, Maduro, Javi Hervás y Babá.
A mitad de pretemporada, justo cuando en Francia conmemoran su 14 de julio, el Sevilla prácticamente ha concretado una revolución a la que sólo le falta la guinda, como a todas las revoluciones. Y ésta podría llegar de Francia.
Desde que Marko Marin le dio el sí a Monchi, el director deportivo recuperó el entusiasmo por su labor y su capacidad de convicción a grandes estrellas y eso lo anima a hacer un esfuerzo extra por Gameiro. El propio Monchi ha reconocido que no se creía que Marin, que costó un buen montante de millones al Chelsea, pudiera dar el plácet a su desembarco en Sevilla. Ahora, la situación con el delantero internacional francés del PSG es similar.
Gameiro presiona para salir y desde el PSG también hacen su labor al filtrar que hay muchos equipos de nivel interesados. Pero el futbolista ya ha reconocido que prefiere la Liga y que está en contacto con el Sevilla. Pero antes del traspaso de Negredo, que sigue en su fase de negociación y que no está descartado que viaje a Sudamérica esta semana, no podrá dar Del Nido el plácet a una operación que requerirá un gran esfuerzo económico y que completará el círculo de esta revolución.
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