Una revolución por las bravas

real sociedad - sevilla · la previa

Míchel soluciona el primer problema que se encuentra antes de debutar con una decisión salomónica, dejando en Sevilla a Medel y Spahic tras un enfrentamiento. La baja del chileno condiciona el plan en Anoeta.

Reyes y Jesús Navas tratan de llegar al autobús seguidos por aficionadas.
Reyes y Jesús Navas tratan de llegar al autobús seguidos por aficionadas.
Eduardo Florido / San Sebastián

13 de febrero 2012 - 05:02

Míchel ha llegado con mano firme al Sevilla. O al menos ésta es la sensación que quiso transmitir ayer a su nueva plantilla con una decisión salomónica que condiciona el plan ensayado para su debut en el banquillo sevillista en un partido de especial trascendencia por la situación del equipo y por tratarse de su reestreno como entrenador. Habrá quien opine que el propio técnico le ha dado más trascendencia de la necesaria a una trifulca entre Medel y Spahic que no llegó a mayores por la intercesión de varios compañeros que los separaron. Y habrá quien entienda que con este golpe de autoridad, pese a que afecte a la columna vertebral del equipo en la fría noche de San Sebastián, el madrileño ha llevado a los hechos su mensaje de responsabilidad de los futbolistas durante la semana. Lo cierto es que, de entrada, la esperada puesta en escena de Míchel como entrenador del Sevilla tiene su toque de guasa, porque su decisión será valorada positiva o negativamente según el resultado del encuentro. Una vez más, la pelota manda.

Los hechos acaecieron en el último entrenamiento del equipo, durante la mañana de ayer. Durante un partidillo, Spahic realizó una entrada que no gustó a Medel y posteriormente, ambos fueron a un balón dividido con todo y tras su choque, se enzarzaron. El chileno se avalanzó al bosnio y éste no se quedó quieto. Inmediatamente, los compañeros que estaban alrededor, Trochowski, Kanoute, Rakitic, Coke, Manu del Moral..., se lanzaron a separar a ambos futbolistas para evitar que se agredieran tras agarrarse. Y Míchel cortó por lo sano mandando a ambos futbolistas a la ducha antes de concluir el ensayo y, posteriormente, dejándolos fuera de la convocatoria. Está claro que sus palabras sobre la responsabilidad de los futbolistas y el exceso de protección que estaban teniendo iban en serio.

El problema que debe solventar ahora el técnico madrileño, que reconoció hace varios días que ya tenía claro su primer equipo titular, será buscar una solución ante la falta de un futbolista específico para sustituir a Medel, el único medio de cierre de garantías de una plantilla a la que le faltan efectivos de ese perfil en el eje. De entrada, Míchel incluyó en la convocatoria a Guarente año y pico después de su última comparecencia y a Alexis, desterrado del equipo por Marcelino después de haber jugado solamente en Villarreal, gol incluido.

A partir de ahí, las incógnitas sobre el once titular para intentar ganar a la Real Sociedad en Anoeta se abren como un abanico, instrumento nada recomendable en la fría noche cantábrica de hoy. Seguramente, Trochowski hará las veces de Medel, porque, ante las baja obligada de Escudé por sanción y de Spahic por su altercado, situar ahí a Fazio, como hacía Marcelino cuando faltaba el chileno, sería desvestir un santo para no terminar de vestir a otro. Es más, el argentino, pese a que ha estado renqueante del tobillo izquierdo durante la semana, tiene todas las papeletas para ser central izquierdo. ¿Con Alexis o con Cala? Ésa es otra duda que debe resolver Míchel, quien seguramente le iba a dar a Spahic el otro puesto en el centro de la retaguardia sevillista.

Seguramente, el técnico sevillista optará por reforzar la medular con más futbolistas ahí de los previstos y no sería extraño ver a Trochowski, Rakitic y Campaña en la línea de tres, para lo que tendría que volcar a Reyes a la banda izquierda. Pero sería extraño no ver a un futbolista como Manu, que goza de la confianza de Míchel, en la izquierda y además el plan ensayado durante toda la semana contaba con el utrerano como organizador con libertad de movimientos por el centro. Jesús Navas y Negredo sí tienen plaza fija en los otros puestos de ataque, a no ser que la revolución de Míchel ataña también al puesto de delantero centro y Kanoute parta como titular para ser relevado posteriormente por Negredo. No es descartable esta opción.

A todo esto, enfrente hay un rival que, dentro de su irregularidad, está en un buen momento y juega a favor de querencia. Philippe Montanier, tras ver amenazado su puesto, ha logrado levantar a la Real Sociedad, que concatenaba cuatro partidos sin perder, dos victorias y dos empates, antes de vender muy cara su derrota en el Camp Nou, que terminó pidiendo la hora (2-1). Además, el francés contará con futbolistas clave para su equipo que eran dudosos, como Elustondo o Griezmann.

Pero Míchel se preocupa más de la respuesta de su equipo que del rival. El madrileño asegura que cada vez que se levanta se acuerda de la grave lesión de rodilla que sufrió en Anoeta. Quizá ello ha contribuido a endurecer su carácter y explica por qué envió el nítido mensaje de seriedad a su plantilla con su salomónica decisión: se acabaron la condescendencia, la comprensión y las excusas. Ahora sólo falta que el balón ratifique la voluntad de firmeza del madrileño, porque el Sevilla, no se olvide, puede verse metido en un lío gordo si no empieza a ganar. Ahí está la clasificación.

stats