El reto de ser fiel a sí mismo
Leganés - Sevilla · la previa
El Sevilla busca afianzarse en la zona alta rompiendo su maleficio a domicilio en una plaza propicia.
Nada menos que 23 partidos seguidos sin ganar a domicilio lleva el Sevilla en la Liga. Unos dígitos a todas luces impropios de un equipo, de un club, que se considera ya un grande de Europa y que aspira a mantenerse en la élite española y que acaba de inscribir su nombre en el Libro Guinness de los récords. Y evitar seguir marcando un récord negativo es lo que pretende Jorge Sampaoli y el grupo de jugadores en una plaza que parece, aunque en el fútbol las apariencias tantas veces fueran engañosas, sólo parece propicia. Y para ello, para romper ese maleficio que acompaña al Sevilla desde su última victoria liguera fuera -en La Rosaleda el lejano 23 de mayo de 2015-, no hay que rezar a Nuestra Señora de Butarque, patrona de Leganés que da nombre a su estadio. No se trata de rezar, sino de ser fiel a sí mismo. Tan sencillo como eso.
Por una razón o por otra, y entre ésta o aquélla pesa mucho el tramo que hay de jugar como local a hacerlo de visitante, el Sevilla de Sampaoli no terminó de dar la misma imagen en Villarreal, Éibar y Bilbao (tampoco en Turín) que ante Espanyol, Las Palmas, Betis y Alavés (o Lyon). Muchas veces ha quedado escrito que no es lo mismo vestirse de futbolista y acomodarse para la alta competición en tu propia taquilla, ante las baldosas y la ducha que tan bien conoces, que en corral ajeno, donde lo inesperado se convierte en celada e inopinada emboscada a la menor distracción. Como no es lo mismo jugar escuchando el runrún de unos cánticos, o unos murmullos, tan familiares que ya son parte de tu cotidianidad que hacerlo en un ambiente ruidoso por extraño y agrio. Son factores, quizá menores para equipos verdaderamente grandes, que afectan a la mayoría de los colectivos futbolísticos.
Circunstancias que están detrás de la habitual diferencia estadística entre los partidos en casa y los partidos fuera. Otra cosa es que el Sevilla haya convertido el Sánchez-Pizjuán en un fortín temible hasta para los grandes de Europa y, en contrapartida, sea una especie de borreguito que es llevado al ara del sacrificio cuando juega sin el amparo del precioso mosaico de Santiago del Campo.
Con Sampaoli, a decir verdad, salvo el esperpento de Ipurúa en el que el equipo se descompuso con superioridad numérica, el Sevilla ha dejado ramalazos de lo que puede dar de sí lejos de Nervión. En San Mamés, Nasri enseñó el camino, pero pocos lo siguieron. En Villarreal, aun sin tirar a puerta, tuvo más posesión que el contrario y a ratos hasta buen manejo de la pelota. Pero esto ya es habitual en un equipo que siempre, siempre, hasta ahora, ha tenido mayores porcentajes de manejo que el rival, salvo la Juventus en Turín. Y en Butarque volverá a tener mucha mayor posesión. Si no llega al 75% que mostró ante el Alavés, lo rayará. Porque el Leganés recibirá al Sevilla otorgándole la condición de grande que se ha ganado. Es decir, le dará el balón y esperará esa emboscada propia de la guerra de guerrillas con la que los que van de David tratan de tumbar a los que van de Goliat. Lógica irrefutable.
La clave, así pues, podría ser traducir esa posesión en profundidad, seguir el camino marcado sobre todo ante Lyon y Alavés, acentuando la verticalidad y la llegada al área, en lugar del estéril manoseo de la pelota en tierra de nadie. Porque fuera de casa, con el rival jugando a favor de querencia, cualquier pérdida en esa zona de nadie sí que se convierte en oro puro para el contrario y en veneno para un Sevilla volcado al ataque.
Para mejorar ese aspecto le puede bastar al Sevilla ser fiel a sí mismo, a su mejor esencia, se entiende. Sampaoli ya advirtió ayer que su idea es repetir el equipo que tan buen resultado le dio antes del parón. Y que volverá a situar a Vietto junto a Ben Yedder. Lo lógico es que la rotación llegue en Zagreb. Y la única duda es el estado de Mercado después de acabar tocado en el Argentina-Paraguay y de haber tenido una vez más un largo viaje. El problema del técnico argentino es que apenas tiene como refresco de su compatriota a Kolodziejczak, que no ha mostrado su mejor cara en los tres partidos a domicilio en los que actuó, Villarrreal, Eibar y Athletic, si bien los tres los jugó como lateral.
Entrente estará un debutante, un ilusionado Leganés al que Asier Garitano le ha dado carácter guerrillero; en el que Mantovani, a sus 32 años, manda en la zaga y Rubén Pérez en un centro del campo batallador; en el que el ex sevillista Víctor Díaz tendrá el cosquilleo extra de verse frente a su ex equipo; en el que el argentino Szymanowski tratará de darle velocidad y pegada a las contras; y en el que todo el Leganés, tras el preceptivo regalo de la cesta de pepinos en recuerdo de su origen hortelano, saldrá supermotivado ante otro grande. No pudieron con Atlético, Barcelona ni Valencia. Y lo del Sevilla ya es para ellos como una cuestión de honor. Por la Virgen de Butarque, por Alburquerque o por Albucarque. Y contra esa motivación, qué mejor que mostrar lo mejor de sí mismo. He ahí el reto del Sevilla.
Rami y Carriço no llegan a la cita; David Soria estrena convocatoria
Carriço y Rami, finalmente, no llegan a la cita de hoy. Ambos han concluido la fase de recuperación de forma muy justa, y Jorge Sampaoli prefirió no arriesgar con ninguno de los dos. Así pues, la defensa sigue estando cogida con alfileres. Además, Kiyotake no debe estar pasándolo bien. El japonés lleva ya dos partidos seguidos en los que se queda fuera de la convocatoria. No fue citado para recibir al Alavés y tampoco lo fue ayer para viajar a Leganés. A esto se suma que en los partidos anteriores (Betis, Athletic, Lyon y Alavés) sí se vistió, pero permaneció en el banquillo. No juega desde Éibar. Otra novedad importante en la lista de 18 que ofreció el entrenador del Sevilla fue la inclusión por primera vez de David Soria, ya recuperado de su lesión. Hay que recordar que Sirigu cumple su segundo partido de sanción.
Medjani y Adrián Marín llegan sanos de sus selecciones
Asier Garitano tendrá que realizar hasta cuatro descartes por razones técnicas antes del partido de hoy. El entrenador del Leganés tiene a todos sus hombres disponibles, después de que sus dos internacionales, el central argelino Medjani, que jugó el domingo ante Camerún, y el lateral español sub 21 Andrián Marín regresaran ente
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