A releer la regla número 10

Los futbolistas, en general, no suelen leer las reglas del fútbol. El deporte rey está tan extendido en la cultura popular que cualquiera se permite jugarlo, explicarlo al profano o incluso enjuiciarlo sin haber leído jamás ni una sola regla. Sin embargo, a los jugadores del Sevilla les convendría hacerse de las Reglas de Juego de la FIFA y empaparse de algunas de ellas, al menos las básicas. Por ejemplo, la número 10, titulada el gol marcado. Este domingo el equipo de Míchel no sólo falló dos penaltis, sino que recayó en el gran problema del curso pasado, la eficacia ante el gol y en el área rival. Apenas llegó a 48 tantos y así terminó, noveno, en tierra de nadie.

"Se habrá marcado un gol cuando el balón haya atravesado completamente la línea de meta entre los postes y por debajo del travesaño, siempre que el equipo anotador no haya cometido previamente una infracción a las Reglas de Juego". Así reza la regla 10, que quizá sea la más importante, a tenor de la definición que el DRAE hace del vocablo fútbol: "Juego entre dos equipos de once jugadores cada uno, cuya finalidad es hacer entrar un balón por una portería conforme a reglas determinadas, de las que la más característica es que no puede ser tocado con las manos ni con los brazos".

El Sevilla jugó el mejor partido que se le recuerda en Vallecas, si el fútbol fuera un deporte que no se definiera por el gol, sino por el dominio del juego o por otros aspectos subjetivos, como la sensación de peligro en el área contraria y la de seguridad en la propia, o el número de faltas y saques de esquina a favor, o los uys exclamados por los aficionados propios, o el número de penaltis lanzados... El verdadero dato objetivo, el que vale en el fútbol, es el gol. Y sin él, todo lo demás es un ejercicio gratuito de estética vacua y superficial. Porque, si quedara alguna duda, la regla 10 tiene un epígrafe llamado equipo ganador: "El equipo que haya marcado el mayor número de goles durante un partido será el ganador". Y si noy hay goles, hay empate, que equivale a un punto en un torneo de regularidad. Es decir, que si un equipo no marcara ningún gol en la Liga sumaría 38 puntos. Aviso.

Lo que no pone el Reglamento de la FIFA es que hay empates que refuerzan la moral, como el del Sevilla en Granada, y empates que saben a derrota y que hacen preguntarse por la calidad de las plantillas, sobre todo si son producto de un error recurrente. Porque el grupo que tiene a sus órdenes Míchel es de los más inocentes ante el gol de toda la Liga y lo que es seguro es que cuenta con el futbolista en activo que más penaltis ha fallado, Negredo. Este domingo marró el séptimo de de los 20 que ha lanzado en la Liga, más de un tercio. Superó a Fernando Llorente e Iraola, que suman seis penaltis errados.

Éstos son datos objetivos. Más subjetivo es afirmar que Manu del Moral o Jesús Navas son tan profundos como inocuos en el área, pese a que el jiennense batiera su récord de goles el curso pasado, con diez tantos. ¿Cuántos fallaría?

Míchel, sin querer cargar las tintas con los suyos, se enfadó pensando en los puntos que volaron y les dejó caer que ellos también tienen que enfadarse de veras. No pueden pasearse por el área contraria repartiendo dádivas ni regalos, porque en el fútbol se trata de marcar goles. No hay más. Para eso les pagan un sueldo, y no bajo precisamente. Y si no les gusta la presión, que jueguen al futbolín: también hay que marcar goles, pero no hay penaltis.

Ocasiones falladas

7' Penalti al palo de Negredo. Al rechazo, Jesús Navas alto.

9' Paradón de Rubén a Manu.

14' Contra de Trochowski y disparo al lateral de Manu.

17' Manu remata solo a bocajarro un pase de Navas. Córner.

34' Rakitic, Manu, Negredo y Trochowski no definen en el área. Volea fuera del alemán.

44' Mano salvadora de Rubén ante un mal despeje de Piti.

49' Otra superioridad, Trochowski se escora: tiro forzado.

69' Robo de Negredo, Rakitic solo ante Rubén: penalti. Lo lanza fuera el suizo-croata.

78' Robo de Álex Rubio y centro-chut cruzado.

89' Botía, solo en el corazón del área, cabecea alto un córner