El récord de Rakitic no basta en este Sevilla

Ivan Rakitic logró ante la Real Sociedad el octavo gol de la presente temporada con el Sevilla, todos ellos marcados en la Liga. Con este buen registro anotador, el internacional croata consiguió batir la marca de 7 goles que atesoraba desde su paso por el Schalke 04. Desde su desembarco en la élite del fútbol europeo, Rakitic tenía esta cifra lograda en el equipo de Gelsenkirchen en la campaña 09-10 como su mejor marca, si bien es cierto que en su segunda campaña en el Basilea, en el campeonato suizo, llegó a 11 dianas en 33 partidos, en la campaña 06-07.

A sus 25 años, Rakitic se ha confirmado como el líder del ataque del Sevilla por su aportación en las asistencias y en la dirección, tanto en juego como a balón parado, y a ello ha aportado su mejor registro goleador en una gran liga europea. Sin embargo, esto no basta para cumplir con los objetivos de un equipo que sigue evidenciando una carencia importante en la faceta goleadora por el escaso reparto de la responsabilidad anotadora.

Negredo sigue liderando a los escasos goleadores sevillistas con 20 tantos, uno menos que el máximo nacional, Soldado, con 21. El segundo es Rakitic con los susodichos ocho tantos, y el tercero es Medel con seis. En cambio, Reyes sólo acumula cuatro, mientras que otros mediapuntas como Jesús Navas y Perotti no se han estrenado en Liga -sí lo hizo el palaciego en la Copa frente al Atlético- . Dos defensas como Fazio y Coke llevan tres, respectivamente. Por detrás ya sólo aparece Trochowski con dos tantos. Su lesión de cartílago frustró lo que parecía como un nuevo filón en la aportación goleadora de la segunda línea.

Emery no ha conseguido, a falta de dos jornadas, que Jesús Navas rompa con el gol y recupere registros de anteriores campañas, en las que llegó al tope de cinco goles el curso pasado, tras haber alcanzado la cifra de cuatro goles en tres campañas precedentes, la 07-08, 08-09 y 09-10.

Al margen de otros males que han lastrado al Sevilla, como los problemas de su centro del campo para controlar los partidos, la carencia de efectivos de garantías en la defensa, la ausencia de un banquillo digno de ser llamado tal y los clamorosos errores arbitrales en partidos clave, el Sevilla, con Míchel y con Emery, ha mostrado una alarmante ineficacia ante la portería y un escaso reparto de la responsabilidad goleadora.