No hay quinto malo

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El Sevilla culmina un 'mal' año entre los cinco mejores y siendo semifinalista de Copa · Del Nido ya tiene su frase hecha

No hay quinto malo
No hay quinto malo
Eduardo Florido

22 de mayo 2011 - 05:02

Al Sevilla le tocaba este año terminar tercero, según la secuencia del último lustro. En 2006 quedó quinto; en 2007, tercero; en 2008, quinto; en 2009, tercero; en 2010, cuarto... Pero había demasiados males de fondo como para que esa encomiable progresión, de la que no pueden presumir muchos, tuviera una solución de continuidad tan positiva. Quintos, y gracias. En los seis últimos años, el Sevilla ha terminado siempre entre los cinco primeros. Ahí es nada.

En un año que muchos tildarán de malo, aunque en realidad tire a regular, el Sevilla ha sido quinto y semifinalista de la Copa del Rey, de la que lo echó el campeón. Y de la Liga Europa también cayó a manos del campeón, el Oporto. Ítem más: fue eliminado de la previa de la Liga de Campeones, aquel palo que condicionó el curso, por un desconocido que se ha entretenido en ser subcampeón de la otrora UEFA.

José María del Nido ya tiene su frase hecha y a buen seguro que la utilizará en el carrusel de presentaciones que a partir de mañana mismo puede ir sucediéndose, desde Trochowski o Manu del Moral hasta el entrenador, ese enigma que parece tan bien guardado y que tanto apunta a Marcelo Bielsa. La solución al laberinto del técnico, ese quebradero con el que ha tenido que convivir Gregorio Manzano, está a punto de solventarse. La frase tiene un origen taurino: no hay quinto malo.

El propio Manzano, tan aficionado a los toros, reivindicó ayer que, en su palmarés, se lleva un logro particular: por segundo año consecutivo deja a su equipo quinto. Alguno pensará que sí hay quinto malo, porque para el Sevilla es poco ya quedar en esa posición que seca el maná de la Liga de Campeones.

El jiennense se va del Sevilla dejando un extraño sabor, el de la indiferencia, algo que no había ocurrido con sus predecesores. Antonio Álvarez conserva el cariño de haber sido un hombre querido dentro del vestuario y por la mayoría de la afición. Manolo Jiménez siempre será recordado como el que provocó el mayor cisma que se recuerda por Nervión, entre detractores y defensores que casi salían a tortas en cada partido. Y Juande Ramos siempre mantendrá el marchamo de haber sido el mejor entrenador de su historia, el de los cinco títulos, y también el de la traición de las libras esterlinas.

De Manzano, poco se dirá. Si acaso que no le echó cuenta a la cantera y que desaprovechó a Luis Alberto. La afición ya lo despidió con silencio, esa dura sentencia de la indiferencia con que la Maestranza, a la que tan aficionado se ha hecho, puede dedicar a un torero. Su faena fue de aliño. Un aliño milagroso, porque es difícil entender que un equipo que encaja ¡61 goles! vaya a Europa. Sólo la Real Sociedad (66), el Málaga (68) y el Almería (70) han encajado más goles que el Sevilla. Los goles de Negredo, con su récord particular de 26 entre todas las competiciones y como máximo goleador español de la Liga, con 20, obraron el milagro.

Y Kanoute. El franco-malí, en el que pudo haber sido su último partido como sevillista, enseñó el camino del compromiso a esos que se caen extrañamente de las convocatorias. ¿Por qué no estuvo Zokora en Cornellà? Si hay un haber en el trabajo de Manzano ha sido lidiar con un vestuario complicadísimo. A eso se refería cuando hablaba de muchos inconvenientes. Del Nido y Monchi tratarán de que no se repita. Con mucho adelantado, afrontan el nuevo curso con energía renovada. Nuevo entrenador y aire fresco en el vestuario. ¿Estará o no estará en él Kanoute?

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