La propuesta del salmón infatigable

Juan Moreno, el crítico más feroz contra Lopera desde el 92, pide una suscripción popular de acciones para los abonados de la temporada 09-10 · Amenazado en su día, desconfía ahora de la oposición actual

Juan Moreno se dispone a mostrar unos documentos relacionados con las cuentas del Betis.
Jesús Alba / Sevilla

21 de junio 2009 - 05:02

"La última vez que lo vi fue en La Isla. Estaba con unos amigos béticos y él entró a comer con su sobrino y su secretaria. Me saludó y subieron al comedor. Le dije a Manolo el Gitano (algo más que un camarero) que tenía intención de invitarle, que le pidiera permiso. Y así fue. Le pagué la comida y ya no lo he vuelto a ver". Quien rescata el episodio es un hombre que ha recibido amenazas (por teléfono, por carta...) por no pensar como el bético al uso. "Es que no se podía hablar".

Juan Moreno Ramos es un algecireño de 80 años que, sin embargo, se siente mitad jerezano mitad sevillano. Su historia pasa por ser el mayor opositor a Lopera, por ir siempre en contra de la corriente cuando todos, "incluidos los que ahora van al frente de las manifestaciones", entonaban convencidos aquello de lo que diga don Manué. "El primero, Alfonso Jaramillo, que escribió una carta publicada en todos los diarios en la que le decía: ¡jamás nadie ha demostrado ser tan bético como lo es usted!". Fue fundador en los años setenta junto a José María de la Concha de la Agrupación Alcázar, un núcleo de béticos muy activo con los que viajó con el equipo y pagó primas a los jugadores. "Una vez, contra la Real Sociedad, hasta pagué media pese a que el Betis perdió, un hecho insólito". Luego, cuando explotó el Betis al principio de los noventa y Lopera empezó a dejar su huella representó a un grupo, el de Antiguos Socios/Accionistas Minoritarios no admiradores de don Manuel. No obstante, jamás fue directivo y desde la llegada de Lopera dejó de ser socio del Betis renunciando a lo que hoy podría ser, uno de los números más bajos. "Menos del 50, seguro. Mi hijo es el 239", explica.

Desde la tertulia taurino-bética que mantiene a diario en la Bodega El Portón, asiste perplejo a los cambios que se avecinan en el Betis. Recela de la oposición actual, "de la que conozco a muy pocos, al cincuenta por ciento, ni de vista" y asegura que no le gustaría que "el Betis cayera en manos de los políticos, porque estoy viendo aparecer a muchos ahora".

Siempre ha luchado por un Betis de los béticos y afirma que hace tres años le presentó a Pepe León una propuesta para que se la hiciese llegar a Lopera consistente en una venta de sus acciones, una a una, a los socios. "Tenía hasta un acuerdo con Cajasol para que los béticos pudieran financiar el pago". Aquello se enfrió. Lopera no contestó y ahora, mientras escucha cómo se habla de ofertas y de grupos y fundaciones de béticos, ha vuelto a idear una propuesta de suscripción popular para que el Betis vuelva a los béticos y no caiga en manos de grupos externos o de dudosos intereses. "Lo que primero debería hacer la Fundación Heliópolis es nombrar un contable o auditor que, en unión con un representante del Betis, SAD, elabore un balance general para saber el valor real de la sociedad y determinar cuánto vale cada acción". No obstante, Moreno sugiere que antes los representantes de tal Fundación especificaran sus números de socio y el número de acciones que poseen. Su propuesta es que las acciones se ofrezcan a los socios al sacar el carné de la temporada 09-10 de la siguiente forma: "Los que ya son accionistas comprarían una sola acción al 50 por ciento de su precio para premiar su fidelidad y los que no lo son la comprarían a su precio real. El resto, lo que no se suscriba, lo podrían comprar los grupos de béticos que lo deseen al precio real".

Claro que lo siguiente sería la dimisión de Lopera "de todos sus cargos", tras lo que la dirección correría a cargo de un tándem compuesto "por Pepe León y una persona que nombraría la Fundación". Ya en septiembre, se celebraría "un referéndum entre los socios y accionistas para elegir presidente, pudiendo presentarse todo aquel que tenga un mínimo de 1.000 acciones suyas o representadas".

Ahí queda la propuesta de este ex director de banca -como su abuelo, su padre y su hijo- con alma de salmón. Subir el río mientras todos lo bajan no lo ha desgastado aún lo suficiente. No se rinde.

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