Sin presión y presionando lo justo

betis - athletic · informe técnico

Sin el peso de las exigencias y sin la pelota de salida, el Betis al fin lleva un partido a su terreno al saber esperar su momento. Supo dosificar los esfuerzos y recuperó... a Rubén.

Juan Antonio Solís

09 de enero 2014 - 05:02

La historia de la Copa está trufada de partidos como el que ayer se vio en el Villamarín, con guiones que saltan hechos añicos. Porque los equipos que parten como víctimas teóricas por sus apuros en la Liga suelen agradecer la descompresión de ese torneo alternativo, en el que el fracaso es mucho menos trascendente: los entrenadores en la pizarra, primero, y los jugadores luego, ya sobre la hierba, se atreven a salir de los corsés y se desinhiben en mayor medida que en la Liga. Fue lo que le pasó ayer al Betis, al fin convincente bajo la mano de Garrido.

Defensa

A veces, en casa, conviene renunciar a llevar el peso del partido, la iniciativa. Por qué no cuando asoma un rival superior sobre el papel y además las particularidades de tu equipo inicial invitan a ello. Y eso hizo el Betis de Garrido ayer. El Athletic Club se hizo con la pelota porque los verdiblancos no tuvieron reparo alguno en dársela, pertrecharse en el campo propio y aguardar acontecimientos. Fue una defensa de posicionarse y esperar, con un desgaste relativo por una presión casi inexistente. Con Nono esta vez en el cierre -Reyes reservado para la batalla ante Osasuna- más Salva Sevilla algo más cerca de sus terrenos que Verdú.

No se vio seguro al Betis bajo ese patrón y con esos jugadores. El Athletic encontró a Kike Sola con demasiada facilidad. Pero los vascos no apuntillaron y, poco a poco, los béticos se fueron asentando bajo una solidaridad que fue a más.

Con el 1-0, la fe incitó a los verdiblancos a apretar más arriba en determinadas fases de la segunda parte. Sirvió para que el Athletic se sintiera cada vez más incómodo y apurado en su búsqueda de ese gol que lo hubiera cambiado todo. Lo tuvo casi al final, porque Kike Sola jamás estuvo bien sujeto, pero hasta el aire viró esta vez a favor de los locales. Desde luego, hicieron más méritos que los vascos.

Ataque

Desde la hojilla de alineaciones ya se vio que la mente está en ese partido importantísimo ante Osasuna del próximo domingo, pero la falta de presión podía abrir un pasillo insospechado por el que hacer daño a los leones. Y se abrió con la luz especial de Rubén Castro, el que encauzó esos ataques que se buscó el Betis al recuperar la pelota arriba. Ha vuelto el canario para guiar a los suyos. El Betis podrá seguir adelante o no en su aventura copera cuando visite Bilbao, pero ayer encontró un motivo para recordar que la esperanza viste de verde. Y que hay métodos que funcionan.

Virtudes

El mensaje está claro: el método de ayer, al contragolpe, con solidaridad y esfuerzo colectivo para defender, morder y salir rápido a la contra, puede resultar eficaz cuando asomen por Heliópolis en la Liga equipos con más capacidad técnica. Y no serán pocos. Si además Rubén Castro confirma que ha vuelto, no cabe mejor fichaje invernal para la delantera.

Talón de Aquiles

Kike Sola, que reaparecía después de una dilatada baja, no tuvo su noche. Por eso queda en segundo plano la debilidad defensiva a la hora de cerrar el último pase del rival, tanto por dentro como desde los extremos.

Uno por uno

Andersen Al principio, un peligroso despeje al medio. Luego, buenas decisiones.

Juanfran Jamás se sintió seguro atrás porque no es lateral, pero esta vez sí se engulló la banda hasta la línea de fondo. Gran centro a Rubén en el gol.

Caro Valiente y concentrado, aprobó una difícil papeleta.

Jordi Mejor por arriba que en la anticipación o los cruces ante Kike Sola.

Nacho Sobriedad y aplomo.

Nono De menos a más por delante de la zaga.

Salva Sevilla Otro que se fue activando con los minutos, restando en la derecha cuando Cedrick se fue del campo y dando salida a los ataques con su innegable clase.

Chuli Al menos, el chaval tuvo personalidad para no venirse abajo e insistir en sus diagonales desde la derecha.

Verdú Implicado y más activo.

Cedrick Su aparatoso fallo en el remate con la portería para él no lo descentró, siguió erre que erre y acabó desbordando.

Rubén Castro Apenas la tocó en la primera media hora, pero el regalo de Susaeta pulsó el on. Y volvió: definición de cabeza marca de la casa y luego, maniobras afiladas por dentro o desde la izquierda.

Jorge Molina Nadie se asocia con Rubén como él.

Reyes A cortar el tráfico.

Abeledo El primero de muchos partidos.

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