Un presidente para continuar la línea de Gordillo

Miguel Guillén se ha ganado las simpatías con su trabajo en el Betis.

Foto: Antonio Pizarro
Foto: Antonio Pizarro
S. Silva / Sevilla

30 de junio 2011 - 05:02

Sonreía y no dejaba de sonreír cuando se le interpelaba como presidente a Miguel Guillén Vallejo (Sevilla, 1968), un licenciado en Económicas con especialidad en dirección de empresas por la Universidad de Lambuth (Tennesse) y que domina el francés y el inglés, que saltó a la esfera pública el pasado 13 de diciembre cuando fue nombrado consejero de ese nuevo Betis que tenía a Rafael Gordillo como principal cabeza visible. Desde un primer momento su nombre apareció vinculado a la actualidad del equipo verdiblanco, tanto por su presencia en la mayoría de los desplazamientos del equipo -lo que le ha generado una buena amistad tanto con el entrenador como con muchos de los jugadores- como por su aportación al área de marketing de la que asumió el mando.

El nombre de Miguel Guillén ha aparecido como fundamental en los meses más duros de ese consejo surgido en la Junta del pasado 13 de diciembre, cuando las dificultades económicas amenazaban a la entidad. Su buen hacer para encontrar patrocinios y para renegociar contratos que ya estaban firmados permitieron hallar una vía de escape y que el Betis respirase en esos delicados momentos.

Su nombre apareció desde casi un primer momento en las quinielas de presidenciables y después de que José Antonio Bosch se encontrara con varias negativas por distintos motivos, su figura empezó a considerarse como el presidente que sustituiría a Gordillo. En las últimas semanas, Guillén, que incluso ha realizado un viaje a Nueva York, ni confirmaba ni desmentía su posible acceso a la presidencia, algo que ya era un secreto a voces en el entorno del club verdiblanco.

Su directísima relación con Gordillo, que se convertirá ahora en su mano derecha desde la nueva posición que adquiera en el Betis, ofrecerá una línea continuista a la presidencia, aunque también tendrá que luchar con el estigma de convertirse en un presidente de paja que depende del apoyo accionarial de Bosch.

Su don de gentes, lo que le ha generado las simpatías de todos lo que trabajan en el día a día del club, augura que el consenso alcanzado con Gordillo se mantendrá bajo su mando. Su preparación le convierte en el hombre idóneo para representar al Betis e incluso sus buenas relaciones con el Sevilla ya han sido vislumbradas en algunos actos en los que acudió como consejero de la entidad. A Miguel Guillén le llega la hora de convertirse en una de las cabezas visibles del Betis, para lo que trabajará codo a codo con el nuevo consejo.

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