En contra de la postura más fácil

Preparadores físicos acreditados como Marcos Álvarez, Ramón Orellana y Dani Pastor defienden el trabajo de Sergio Domínguez y Moisés del Hoyo.

Unai Emery, con Sergio Domínguez a su espalda.
Jesús Alba / Sevilla

16 de octubre 2013 - 05:02

No es nada nuevo. Hay dos situaciones en las que los dedos acusadores giran hacia los preparadores físicos. Una es cuando hay rachas de malos resultados y otra, cuando coinciden en el tiempo un número elevado de lesiones. Si a esto se le añade el extraño episodio que la planificación del Sevilla vivió a un día sólo de comenzar la pretemporada al romperse el acuerdo con Bernardo Requena, el debate y el morbo están servidos.

Sergio Domínguez y Moisés del Hoyo se encuentran en el ojo del huracán desde hace tiempo, así que la nueva lesión de Marko Marin no hace sino echar más leña al fuego a un tópico tan antiguo como el propio fútbol. Tres preparadores físicos acreditados en la élite valoran el trabajo de los actuales técnicos del Sevilla. Ramón Orellana, Dani Pastor, que tuvieron contactos ambos con el club que no llegaron a buen puerto, y Marcos Álvarez dan su opinión sobre un asunto con tanto eco en las redes sociales.

Orellana conoce la casa y conoce a Domínguez y Del Hoyo. Y entiende que es un recurso habitual culpar a la preparación física de estas rachas de lesiones. "A Sergio lo conozco bien, lo he tenido a mi cargo, ha trabajado como recuperador en el primer equipo y anteriormente en los escalafones inferiores. Moisés es profesor de la Universidad. Son gente preparada y cuando el club y Emery han considerado que son los idóneos no hay por qué dudar de ellos", dice Orellana, quien cree que habría que profundizar mucho.

"Hay muchos factores que habría que estudiar, como la llegada de muchos jugadores nuevos, que además se han incorporado escalonadamente, que vienen de hacer un trabajo con profesionales distintos, la presencia de tres competiciones, la necesidad de tener que llegar a un punto de forma para el play off de la Europa League...", relata el técnico, que lamenta que "la salida más fácil" es señalar a los responsables de la parcela física.

Y entre ellas también está el componente suerte. Habitualmente es fácil escuchar que las lesiones traumáticas (roturas, torceduras...) son lesiones fortuitas que no se pueden prever ni evitar y que las musculares son por causa de una sobrecarga o una mala planificación. "Aunque hay menos porcentaje no es siempre así, ya que hay veces que una torsión, un mal movimiento, una frenada o el inicio de un sprint sin el músculo preparado provocan una lesión". Tampoco culpa Orellana la coincidencia de lesiones a la llegada de los preparadores un día antes del inicio del trabajo en Costa Ballena. "No creo que sea un problema".

Con Dani Pastor el Sevilla contactó a mitad de la temporada pasada, tras la marcha de Míchel y después de un primer intento con Requena que recibió la negativa de éste. Y, como a su sucesor en el Zaragoza, no le sorprenden las críticas de ahora. "El otro día le escuché a Monchi una frase muy acertada que lleva oyendo desde que era futbolista: que cuando se pierde la preparación física es deficiente y cuando se gana el equipo está muy rápido. Es algo que lo tenemos asumido. Tenemos una parte de responsabilidad, pero siempre se habla desde el desconocimiento. Suele ser cuando se juntan lesiones y malos resultados. En el caso del Sevilla, aunque se han enderezado éstos, han coincidido, pero estoy seguro de que se están haciendo las cosas bien con una buena coordinación en el plano físico y médico. Conozco la casa y se estudia y se controla todo", dice el técnico, que considera que Sergio Domínguez y Moisés del Hoyo son "grandes profesionales".

"Los conozco personal y profesionalmente y si han decidido que son los idóneos no cabe duda de que van a obtener buenos resultados. El club y el cuerpo técnico, con Emery a la cabeza, los han elegido y ellos son los que tienen los mejores datos", añade, al tiempo que recuerda que por su trabajo de recuperación en años anteriores conoce muy bien la estructura de cada futbolista. "Tiene una experiencia como readaptador muy importante, así como en trabajo de campo. Está cualificado y capacitado, al igual que Moisés".

Por último, constata que tuvo contactos con el club que no fructificaron, pero no por ello pone en duda las decisiones tomadas. "No tengo mucho que decir sobre eso. Hubo contactos conmigo, igual que con otros, pero el club y el cuerpo técnico tomaron otra decisión pensando que era lo mejor para el equipo. No existe rencor y sigo siendo igual de sevillista".

Marcos Álvarez, desde Ucrania, también defiende el trabajo de Domínguez. "Le tengo el máximo respeto y está muy preparado", explica, al tiempo que recuerda que "fue clave con Kanoute" en el trabajo de prevención de lesiones. La mano derecha de Juande Ramos y un hombre básico en la conquista de 5 títulos, ve clave dos aspectos fundamentales: "La comunicación y la libertad para trabajar en el cuerpo técnico. El responsable final es el entrenador, pues los demás somos ayudantes. Y otra clave para mí es que el futbolista esté aislado de cualquier problema y sólo piense en el fútbol. En un club grande hay responsabilidad y la tensión, si no la enfocas de manera positiva, aperece en lesiones. Los clubes grandes tienen asistentes que facilitan la adaptación".

Álvarez cree que es un tema reconducible. "Cuando llegamos al Madrid había 7 u 8 lesionados, Robben roto... en poco tiempo todos estaban bien. Y en el Tottenham igual y en cuatro meses ganamos la Carling con prórroga y con todos a muy buen nivel".

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