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En el polo positivo (4-0)

Sevilla - Zaragoza · la crónica

El Sevilla suma otra vez los tres puntos al calor de los suyos al golear a un Zaragoza que nada pudo hacer para detenerlo. Los hombres de Emery vuelven a mostrar su cara buena.

Foto: A. Pizarro
Francisco José Ortega / Sevilla

17 de marzo 2013 - 18:55

El Sevilla sigue con su particular cotidianidad. Gana los partidos de casa con solvencia y no es capaz de confirmar esa imagen cuando se desplaza lejos de Nervión. Ayer le tocaba jugar al calor de los suyos, a la muy futbolera hora de las cinco de la tarde, y la tropa de Unai Emery volvió a sumar un nuevo triunfo, otro más y también con goleada al adversario. El Zaragoza de Manolo Jiménez recibió cuatro goles en su visita al Ramón Sánchez-Pizjuán igual que pudo encajar algunos más, pero tampoco era cuestión de hacer sangre y bien hicieron los blancos en guardarse algún tanto para la visita al Levante en el epílogo de la Semana Santa.

Está claro, pues, que al Sevilla le tocaba funcionar esta vez con la preponderancia de su polo positivo y eso, precisamente eso, fue lo que hizo para sumar un cómodo triunfo en un litigio que se solventaba en apenas un par de minutos, exactamente los que transcurrieron desde que Coke anotaba su primer gol como futbolista de Primera División hasta que Babovic veía de manera harto ingenua su segunda cartulina amarilla por un agarrón en zona de nadie a Kondogbia. Se circulaba apenas por la media hora de partido y ahí quedó todo definido para desesperación de un Manolo Jiménez que no sabía cómo enderezar el rumbo de un equipo más que mediocre y solaz de todos los que sienten la fe futbolística sevillista.

El choque se había resuelto en un par de jugadas, pero hay que puntualizar que la propuesta de Unai Emery volvía a ser atractiva en el planteamiento inicial. El vasco optaba de nuevo por meter a Fernando Navarro como defensa central para buscar la profundidad por la banda izquierda a través de Alberto Moreno, quien empujaba a Reyes hacia el centro para que éste se sintiera más cómodo en posiciones interiores. Más o menos era la misma idea que contra el Celta en la anterior comparecencia casera, con la salvedad de que Reyes estaba por Manu del Moral y esto incluía a Rakitic por el centro en el lote para que todo fuera mucho más coherente. La prueba fue el nulo sufrimiento de la defensa en esta ocasión, lo que demuestra que el problema no estaba en la posición de Fernando Navarro en el centro de la misma. Además, anótese que Medel esta vez sí apoyaba a sus dos defensas centrales y siempre estaba por esa zona, tanto que llegó a provocar un susto mayúsculo en una ocasión al resbalarse ante Helder Postiga y simular éste un penalti.

El choque se había resuelto en un par de jugadas, pero hay que puntualizar que la propuesta de Unai Emery volvía a ser atractiva en el planteamiento inicial. El vasco optaba de nuevo por meter a Fernando Navarro como defensa central para buscar la profundidad por la banda izquierda a través de Alberto Moreno, quien empujaba a Reyes hacia el centro para que éste se sintiera más cómodo en posiciones interiores. Más o menos era la misma idea que contra el Celta en la anterior comparecencia casera, con la salvedad de que Reyes estaba por Manu del Moral y esto incluía a Rakitic por el centro en el lote para que todo fuera mucho más coherente. La prueba fue el nulo sufrimiento de la defensa en esta ocasión, lo que demuestra que el problema no estaba en la posición de Fernando Navarro en el centro de la misma. Además, anótese que Medel esta vez sí apoyaba a sus dos defensas centrales y siempre estaba por esa zona, tanto que llegó a provocar un susto mayúsculo en una ocasión al resbalarse ante Helder Postiga y simular éste un penalti.

El campo, después de la lluvia que había caído desde un par de horas antes del arranque del juego, estaba bastante rápido y eso iba a beneficiar a la larga a un Sevilla con una calidad técnica bastante mayor. Los blancos, sin hacer un fútbol exquisito en ese arranque, sí llegaron con peligro en varias ocasiones, sobre todo en una contra de tres contra dos que no fueron capaces de resolver por un mal pase de Negredo hacia Reyes o en una falta directa lanzada por Rakitic. Pero quien sí acertó fue Coke en una falta estratégicamente planeada por Rakitic y Negredo. El rechazo fue al lateral y éste definió dentro del área como un killer de los buenos. Inmediatamente tendría Jesús Navas otra opción clarísima antes de la expulsión de Babovic. El partido estaba resuelto para el Sevilla y sólo podía ponerlo en peligro una segunda tarjeta, por inexperiencia más que nada, a Alberto Moreno.

Afortunadamente para los locales, llegó el descanso para que Emery pusiera las ideas en orden y el Sevilla comenzó a salir a la contra con clara ventaja de efectivos. Reyes y Jesús Navas no lo aprovecharon a la primera, pero Coke firmaría el doblete con un verdadero golazo. Desde ahí todo fue coser y cantar para un Sevilla que incluso se gustaba a la hora de darle una salida rápida al balón. Once contra diez y con Jesús Navas y Reyes disfrutando de los espacios con la colaboración de sus compañeros. Ora te doy el gol yo a ti, ora me los das tú a mí y así hasta poner cuatro tantos en el marcador. Cierto que pudieron ser más incluso, pero para qué abusar en este día de polo positivo. La cuestión es repetir el mismo polo ante el Levante como forastero. Ahí está la clave.

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