Una plantilla de once

Queda mucho camino por recorrer en cuanto a las incorporaciones para la próxima campaña. Todo está cerca, dicen, pero nada amarrado. Lo único que se puede garantizar desde el club es que Joan Plaza no dispondrá de una docena de jugadores en su plantilla, a pesar de competir en la Eurocup, sino que serán once los integrantes del primer plantel.

Triguero, Cabanas, Txemi Urtasun, Satoransky y Sastre son quienes tienen contrato para la campaña venidera, mientras que las negociaciones se centran en retener a Calloway y a Kirksay, en fichar a Katelynas y a Kaloyan Ivanov, y firmar a Paul Davis y a un escolta estadounidense, si se queda Calloway o viene un base americano con pasaporte europeo, o mantener a Ellis si el director de juego termina siendo yanqui puro.

El técnico barcelonés, quien debe dar el visto bueno al plan de trabajo de la pretemporada, ya perfilado desde el club y a expensas únicamente de la confirmación, está al tanto, por Leo Chaves, director general del club, y Juan Llaneza, director deportivo, de que la plantilla tendrá que ser de 11 integrantes como mucho. En la entidad hispalense entienden, en primer lugar, que Satoransky puede jugar muchos más minutos de lo que hizo el curso anterior y, sobre todo, que Joan Sastre debe convertirse en el alero suplente para darle descanso a Kirksay, en el caso de que francés confirmara su continuidad.

Por otro lado, la prioridad de Plaza de mantener a toda costa al galo y, si se puede, renovar como europeo a Calloway tiene un alto costo para el club sevillano, que debe recortar en otras posiciones, como es evidente con los dos chavales, Cabanas e incluso Urtasun, pues el navarro gana bastante menos dinero que Miso.

No parece asustarle a Plaza el reto de disponer de un plantel corto para mantener altas las expectativas con vistas a la Copa del Rey, al play off y, por qué no, hacer algo importante en la Eurocup. Ahora bien, el entrenador que conducirá la nave cajista hasta dentro de dos veranos quiere garantizarse que los demás jugadores que recalen en San Pablo sean de primer nivel. En ésas anda Llaneza, litigando con los agentes de los jugadores para que no sigan subiendo sus exigencias y se decidan a sellar el acuerdo para militar en el Cajasol.