Las piernas frescas y el corazón caliente
El Basilea no juega desde el 28 de febrero y espera al Sevilla para mostrar su mejor cara al campeón.
No tiene el nombre del Liverpool, el Dortmund ni el United, pero sí tiene calidad, energía, frescura y doble motivación extra. El Basilea espera al Sevilla con las ansias de medirse al campeón y con el gusanillo de que la final del torneo se disputa en su estadio el 18 de mayo. En el St. Jakob Park esperan con muchísima ilusión a un Sevilla que viaja hoy a la fría Suiza, con temperaturas mínimas que rozan el cero, con la lección aprendida de lo desagradable que puede ponerse un partido si hay helada tras la experiencia en Noruega. Y también con la cautela de saber que el rival tiene las piernas frescas y el corazón caliente.
El Basilea afrontará esta ida de octavos de final con la frescura que le faltará al Sevilla, dado que el último partido que jugó fue el 28 de febrero, en casa del Thun (1-1), ya que el correspondiente a la pasada jornada en Lugano fue aplazado, sine díe, por una gran nevada. Y con esa doble motivación de recibir al campeón y de que se juegue la final del torneo en su feudo. "La final es en casa y nos motiva un poquito más", reconoció ayer el capitán argentino del equipo suizo, Matías Delgado. "El partido lo vamos a vivir como lo que es, una final adelantada con el último campeón. Es un equipo muy intenso técnica y tácticamente, es una final. Con la calidad que tiene en medio, hay que estar muy atentos a todas sus líneas", analizó en SFC Radio.
Eliminado de la Copa el pasado mes de diciembre, al caer en el feudo del Sion por penaltis tras igualar 2-2 el partido, el equipo suizo tuvo parón invernal en la Super League, entre diciembre y febrero. Además, lidera con bastante holgura el campeonato de su país, al sacarle ya 14 puntos al Gasshopper, uno de los dos equipos que en todo el curso ha logrado ganar en St. Jakob Park: 2-3 el pasado 8 de noviembre. El otro fue el Belenenses, en el grupo de clasificación de la UEL, por 1-2, el 22 de octubre. En total, el equipo que dirige Uri Fischer acumula 38 partidos entre las tres competiciones con el bagaje de 27 victorias, 6 empates y sólo 5 derrotas. Las otras tres veces que cayó fue en los feudos del St. Gallen y el Young Boys, en la liga suiza, y en la ida de los diecisesavos de final de la UEL en casa del Saint-Etienne (3-2).
Es importante ese margen de descanso que ha tenido el Basilea, pues Uri Fischer no rota demasiado, y mantiene un once base. Su último partido coincidió con la derrota en el Camp Nou de un Sevilla que tuvo que jugar ante el Eibar el miércoles y en Getafe el sábado. Y además, a diferencia de Fischer, Unai Emery sí tiene una auténtica final el domingo, por lo que tendrá que repartir los esfuerzos entre el encuentro con el Basilea y la crucial cita del Villarreal. Sin Krychowiak aún para este encuentro, el regreso del polaco en la Liga se antoja necesario para meter energía a una línea, la medular, que está empezando a mostrar síntomas de fatiga.
El Sevilla, amén de que tiene una plantilla muy superior al Basilea, cuenta con una pequeña ventaja para el partido de mañana. Fischer tendrá la baja importante de su principal referencia ofensiva, Embolo, que fue expulsado por doble amarilla en el tramo final del partido ante el St. Etienne, resuelto con muchísima emoción en los estertores del partido. Moustapha Sall igualó el gol de falta que había marcado Zuffi en la primera parte en el minuto 89. Fue un mazazo que clasificaba momentáneamente al equipo francés... hasta que el propio mediocampista suizo hizo el decisivo 2-1 en el minuto 92. Estalló el St. Jakob Park, que vestirá sus mejores galas para recibir al tetracampeón. "Embolo es muy bueno, lo tuvimos que atar en diciembre porque lo querían todos los equipos de Europa -explica el capitán del Basilea-. Es muy joven, físicamente es muy fuerte y era un punto a nuestro a favor. Es un chico que empuja mucho, nos apoyamos mucho en él, a pesar de lo joven que es. Vamos a sentir un poco su ausencia".
Ante un rival descansado y con ansias, el Sevilla debe revertir la pésima imagen de Getafe. El Basilea tiene en el buen trato al balón su fuerte, con Zuffi y Matías Delgado como adalides del juego, aunque quizá sea esto una ventaja para los de Emery. Precisamente frente a equipos con buen gusto futbolístico se crece este grupo que, diez años después de la primera UEFA del Sevilla, tiene más motivación que nadie por reverdecer sus más recientes laureles.
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