Una patata caliente que nadie cogió
sevilla - athletic · marcaje al hombre
Emery ubicó en la posición de diez, la natural de Rakitic, a Vitolo, con la duda de si Reyes debió presentarse voluntario. El suizo-croata, añorado en plena negociación para renovar.
Con una renovación pendiente, el único que salió reforzado del empate entre el Sevilla y el Athletic fue Rakitic. El hueco que dejó por sanción el líder natural del equipo fue más que evidente y su puesto se convirtió en una patata caliente que nadie tuvo la entereza de coger. Unai Emery decidió ubicar en ese puesto clave a Vitolo, que perdió multitud de balones y jamás supo conectar las líneas en la mediapunta. El técnico vasco ya dijo en los albores del curso, cuando el Sevilla hubo de rectificar sobre la marcha por la salida forzada de Kondogbia, que le preocupaba especialmente cubrir con garantías el vacío que pudiese dejar Rakitic en algún partido. Y este domingo el suizo-croata vio refrendada su importancia siendo testigo desde la grada del vacío que deja su ausencia, una razón de mucho peso a la hora de negociar una renovación de contrato.
¿Fue decisión de Emery ubicar ahí a Vitolo, un futbolista que salía de una lesión, o hay que achacar a Reyes que no diera un paso al frente como voluntario? En teoría, el utrerano es el futbolista de más calidad de la plantilla junto a Rakitic para ver el fútbol y desequilibrar con su visión de juego y sus pases entre líneas. Pero Reyes ya le había dicho el curso pasado a Míchel que él prefería jugar en la derecha, en el puesto sagrado de Jesús Navas. Este domingo Ernesto Valverde ordenó vigilar especialmente al utrerano para que no lanzara a su equipo desde estribor y lo consiguió: sólo a balón parado fue incisivo Reyes.
En el peor de los casos, dado que no hay un sustituto claro de Rakitic y Reyes no levantó el brazo para postularse como líder del equipo, Emery pensaría que entre unos y otros podrían cubrir su puesto, pero no fue así y la patata caliente recayó en un futbolista que destaca por su fuerza para romper por las alas, ya sea en la derecha o en la izquierda, pero no para dirigir un equipo. Vitolo se perdió entre la coordinada presión del Athletic y la incapacidad para que los medios centro, M'Bia y Carriço, conectaran con una línea de tres cuartos en la que el único que rompió y percutió fue Alberto Moreno. De Vitolo sólo se puede destacar que perdió multitud de balones en una zona en la que la precisión para controlar y soltarla rápido es fundamental, más aún ante el ordenado entramado de este trabajador y disciplinado Athletic.
Otra opción para paliar ese tremendo desajuste que condicionó todo el juego podría haber sido la movilidad de las piezas, pero Reyes, ahogado en la derecha, y Vitolo, perdido en el centro, jamás intercambiaron sus posiciones.
Emery intentó reconducir aquello con Perotti, que relevó a Reyes y desplazó a Vitolo a la derecha. Mejoró la circulación, también porque el Athletic ya estaba menos fresco para la presión, pero, ¿no habría sido oportuno intentar ese baile de posiciones antes? Quedará la duda sobre si la decisión de Emery de ubicar a Vitolo como diez fue propia o estuvo condicionada por la falta de diligencia de Reyes. Lo único cierto es que el Sevilla empató y sólo ganóRakitic, añorado en medio de una negociación para renovar.
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