A un paso de lo inesperado

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La mano de Valverde empuja a un Valencia irregular hacia el objetivo de la Champions tras un mal inicio Los goles de Soldado, vitales en la reacción

Ernesto Valverde da indicaciones a sus jugadores desde el banquillo.
Ernesto Valverde da indicaciones a sus jugadores desde el banquillo.
Daniel Lagos Sevilla

01 de junio 2013 - 05:02

El Valencia pelea en esta última cita de la temporada por cumplir con un objetivo que parecía lejano cuando Mauricio Pellegrino salió del banquillo tras una irregularidad que dejaba Europa demasiado lejos de las miras. Ernesto Valverde arregló de alguna manera el desaguisado para tener en sus manos el pasaporte a la Liga de Campeones tras una campaña llena de irregularidad y demasiados altibajos tanto en la Liga como en Champions.

La plantilla de este Valencia siguió perdiendo efectivos de calidad este año, pero las armas parecían suficientes para luchar por el objetivo impuesto. Desde la llegada de Valverde, los puntos en Mestalla supusieron un salto de calidad y el equipo creyó en que la remontada podía acercar el logro final.

SIN BALÓN

Ganó solidez este Valencia con la llegada de Valverde. Lo hizo en la medida en que no tenía en su poder herramientas eficaces para cerrar barreras, pero encontró alternativas que supusieron éxitos puntuales. En el último duelo, el propio Mathieu actuó como central al tiempo que Rami y Víctor Ruiz están alejados en su nivel.

Joao Pereira fue un fijo por la derecha durante todo el curso gracias a su valentía y agresividad, mientras que Guardado siguió la estela de Jordi Alba como extremo reconvertido a lateral, con sus virtudes y sus defectos.

Las alternativas en la portería, con Guaita y Diego Alves como estandartes, también dieron competitividad en esa parcela.

CON BALÓN

Valverde confió en Parejo para que, protegido por Albelda, pudiera construir a su antojo. El ex del Getafe se alía con Banega en misiones de creación, aunque el Valencia se acostumbró a ser muy vertical y esquivar escalones en la transición. Ni Bernat ni Jonathan Viera daban profundidad como extremos, por lo que el juego interior tomó relevancia y hombres como Canales y Tino Costa también suponen cierto aire a la hora de buscar espacios.

Los propios laterales permiten que Valverde prescinda de bandas cuando el juego toma un rol más directo. Los lanzadores de la medular son idóneos para encontrar espacios por delante. Ahí entra en juego la figura de Soldado, tan eficaz en el remate como móvil en la ayuda con sus apariciones en las bandas.

La clave del juego valencianista pasa por las botas imprevisibles de Banega, aunque la aparición de Parejo haya liberado de obligaciones al argentino.

La titularidad de Albelda da más libertad a los demás en tareas de destrucción, mientras que la competencia en ataque fomenta el buen nivel mostrado por delanteros como Jonas o el propio Nelson Valdez, que convierte en goles los escasos minutos que logra obtener.

LO MEJOR

Muchas armas ofensivas y un imprevisible ataque lleno de creación y opciones de disparo.

LO PEOR

La fragilidad defensiva cuando existen demasiados espacios.

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