...Y aquí no ha pasado nada
celta - sevilla · la previa
El Sevilla acude a Balaídos con el espíritu dolido pero el orgullo intacto tras todo lo ocurrido desde que Medel y Cesc juntaron sus cabezas. El chileno viajó ante la certeza del club de que podrá ser alineado.
Si a Mateu Lahoz todavía le pitan los oídos al estar en boca de mucha gente en Sevilla, a un debutante en Primera División de 27 años que debe hoy pitar a un equipo claramente perjudicado en su último partido ante el Barcelona le tiene que estar pasando de todo por la cabeza. Gil Manzano, el colegiado más joven de la Liga BBVA y probablemente también de las dos primeras categorías del fútbol español, imparte justicia hoy -o tratará de hacerlo- en Balaídos, donde acude el Sevilla con el espíritu intacto pero dolido, y encorajinado por cuanto pasa y sucede en el fútbol español.
Los de Míchel llegan con su orgullo al alza, porque a fútbol ha demostrado que no le gana nadie en esta Liga si no es con ayuda externa. Cayó el Real Madrid de Cristiano Ronaldo en el Ramón Sánchez-Pizjuán y no hizo lo propio el Barcelona de Messi por dos decisiones de Mateu Lahoz que ya, a estas alturas, conoce todo el mundo.
Pero esto es así. Es el fútbol español y lleva años, lustros, décadas... y va camino de un siglo sin que nada cambie. El poderoso tiene el poder y con eso, nada más que con eso, está todo dicho.
Y como ya pasó el escándalo y los tres puntos que los blancos acariciaban a tres minutos del final el pasado sábado ya no van a volver, se supone que Míchel habrá hecho su tabajo durante la semana para limpiar las mentes de sus futbolistas, eliminar las impurezas que puedan quedar producto de sentimientos como la impotencia y la resignación, y poner otra vez la maquinaria a punto.
El Sevilla, igual que hace dos semanas, justo entre dar el do de pecho ante los dos grandes, visita el campo de un recién ascendido, gallego también como el Deportivo. La pradera de Balaídos es el lugar indicado para que los futbolistas del Sevilla desfoguen esa tensión que generó, y sigue generando, el arbitraje de Mateu Lahoz ante el Barcelona.
Y la sigue generando porque -ésa es otra- a las de los árbitros tienen por costumbre seguirle las decisiones que adoptan los comités sancionadores de la Federación y el recorrido final de ese cabezazo de Medel a Cesc que Mateu vio en su imaginación aún no ha descrito toda su trayectoria, ni muchísimo menos. Las incongruencias de los que sancionan, junto con lo estrambótico de los horarios de los ideólogos de la LFP, provocan para hoy una situación kafkiana con un futbolista del Sevilla que a horas del inicio del partido no sabrá si podrá jugar. El club espera para hoy la decisión del Comité de Apelación, que estudiará el recurso presentado a la sanción de dos partidos de suspensión en que castigó la acción de Medel, que, curiosamente, aclaró en su resolución que "no puede ser considerada violenta como tal". Pero se da el caso de que si Apelación rechaza las alegaciones, el Sevilla estará en su derecho de pedir una medida cautelar, que debe dar un Comité Español de Disciplina Deportiva que no tiene tiempo de reunirse. Así, lo más lógico -se piensa en el Sevilla- es que el chileno pueda jugar hoy, ya sea con una suspensión cautelar o con todas las de la ley si Apelación resuelve a favor del Sevilla.
Para Míchel sería ver el cielo abierto. Con las bajas seguras de Trochowski y Rakitic, que el chileno se salvara de su castigo serviría para dar algo de continuidad a todo lo bueno apuntado por un esquema con el que parece haber dado en la tecla precisa. Maduro estará, pero los que acompañen al holandés figuran en un rosario de especulaciones que va desde Kondogbia a Reyes en la banda sin olvidar al siempre deseado y esperado Campaña. Sólo Míchel sabe la solución. O mejor dicho, no la sabe todavía y la valorará cuando tenga la certeza de que puede alinear a Medel o no puede hacerlo.
La cita también tiene otro atractivo con la presencia de Javi Varas en las filas del Celta y el morbo que ha alimentado con su mala relación -aireada por él mismo- con su ex compañero y capitán del Sevilla Andrés Palop, que ocupará, además, la otra portería. En este asunto, que no debe pasar la frontera de la anécdota, ya está casi todo dicho.
Donde no lo está es en el camino que finalmente tomarán los puntos. El Sevilla, moralmente invicto aunque en la clasificación figura una derrota, la del Barcelona, no está dispuesto a consentir que el disgusto del pasado sábado frene su excelente arranque liguero y el Celta, con jugadores a vigilar que fueron pretendidos por Monchi como Iago Aspas, se aferra a su fortaleza en casa. Y todo esto, con la peculiaridad de ser el primer partido de la historia en la Liga en viernes sólo por criterios televisivos. Como ya alguno dijo, el fútbol es así.
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