El pasado como sutil experiencia

En el fútbol las experiencias pasadas, si bien no han de ser determinantes, sí pueden influir en un momento dado. Digamos que predispone el inconsciente a una determinada dirección de conducta. Que sea beneficiosa o no ya se verá, pues confluyen luego muchos factores. En el Sevilla no queda ningún superviviente de los integrantes de aquel equipo que eliminó al Zenit en idéntica ronda -cuartos de final- de la Copa de la UEFA de 2006, la que el equipo de Juande Ramos conquistó en Eindhoven. Apenas Nico Pareja, y por supuesto Emery, guardan experiencias por su paso por la Liga rusa de enfrentamientos ante el equipo de San Petersburgo.

En cambio, varios son los futbolistas del Zenit que han competido ante el Sevilla, aunque sea vistiendo la camiseta de otros clubes. El meta Malafeev es el único que permanece en el club desde aquel doble duelo en el que el Sevilla, con un cómputo global de 5-2 (1-1 en Rusia y 4-1 en Nervión) eliminó al rival que ahora vuelve a tener enfrente en el camino hacia la final. Arshavin y Kerzhakov, delanteros de moda en aquel once y en el fútbol ruso en general, vuelven a vivir un Sevilla-Zenit, pero después de haber pasado por otras experiencias futbolísticas. El primero, con su paso por la Premier League y el Arsenal, donde no se adaptó del todo, y el segundo, autor de un gol en la vuelta, tras pasar precisamente una temporada y media en el vestuario nervionense.

No son los únicos que guardan malos recuerdos de sus choques con el Sevilla. Fresco lo debe tener el argentino Ezequiel Garay, titular en el centro de la defensa del Benfica que se enfrentó al Sevilla en Turín en la última final de la UEFA Europa League disputada el pasado mes de mayo en Turín, donde el cuadro de Emery se alzó con el tercer título europeo de su historia tras un vibrante empate en la tanda de penaltis.

Más suerte han corrido con sus equipos anteriores futbolistas como Hulk o Witsel. El brasileño, aunque no puede jugar el jueves por sanción, vivió en el Oporto una eliminatoria en la que el Sevilla quedó eliminado con Gregorio Manzano como técnico blanco. Hulk jugó los dos partidos de aquella ronda de dieciseisavos de final de la edición de la temporada 10-11 en la que curiosamente André Villas-Boas, hoy en el Zenit, dirigía al Oporto.

El belga Axel Witsel, aunque después pasó por el Benfica, se cruzó con el Sevilla de Jiménez en un Standard de Lieja de gran calidad que venció a los blancos en la fase de grupos. El centrocampista es uno de los mejores jugadores del actual Zenit y junto al español y también ex benfiquista Javi García (el Zenit lo reclutó del Manchester City por 16 millones de euros el pasado verano) forma el eje de dirección del equipo que viste de albiceleste.

Por último, el delantero venezolano Salomón Rondón es un viejo conocido de la Liga española, pues militó dos temporadas en el Málaga, club del que salió por 10 millones rumbo a Rusia coincidiendo con la crisis económica que, entre otras cosas, impidió al club de La Rosaleda participar en la Europa League que acabaría ganando el Sevilla en Turín. Un dato que no debe dejar un buen recuerdo sobre el equipo de Emery en el potente jugador venezolano.

Como pasadas que son, estas experiencias no tienen ningún valor con lo que se va a disputar el jueves, pero de alguna manera, condicionan.