Un partido de 18 minutos
Atlético-sevilla
La táctica de frenar al Atlético con el físico se hace inútil tras el primer gol.
Hay entrenadores que se regodean de llevar su ideario de fútbol hasta las últimas consecuencias. Otros, no obstante, prefieren acomodar sus esquemas a los jugadores de los que dispone y a los rivales a los que se enfrenta. Éste último fue el caso ayer de Unai Emery. Pese al estupendo arranque liguero firmado por el equipo, el técnico optó por modificar a sus peones y variar de sistema ante un Atlético que cuenta el vigor entre sus mayores virtudes. El Sevilla, de inicio, pretendió disputarle los puntos a los capitalinos con sus mismas armas, renunciando así al repertorio de jugadores de corte creativo como Denis Suárez o Banega. A raíz del 1-0, sin embargo, en el minuto 18 el conjunto sevillista se vio repentinamente con el marcador en contra y, además, anulado de sus señas de identidad que tan óptimo resultado le habían procurado hasta ayer. La táctica de Emery duró esos 18 minutos...
DEFENSA
La generosa asistencia de Carriço y M'Bia, más de una vez incrustrados en el centro de la defensa, ayudó a acumular jugadores que hicieron imposible la entrada limpia de los adversarios. El equipo reculaba ante el empuje rojiblanco, pero no se percibía un peligro claro. Excepto si éste procedía del balón parado... Aunque el equipo sevillista logró no incurrir en faltas en las inmediaciones del área defendida por Beto, nadie ignoraba que la estrategia de Simeone alcanza las largas distancias de un misil de alta tecnología. Que los tres goles en juego -exceptuando el tanto encajado de penalti- llegaran de jugadas a balón parado es suficientemente elocuente para concluir que al Sevilla le faltó concentración y vigor para defenderlos. La clave del partido estuvo ahí sin duda.
En el apartado individual, un particular más sujeto a detalles del azar y la fortuna, es de reseñar la escasa aportación de hombres como Diogo o Kolodziejczak. El primero sencillamente no tuvo su día y el segundo soportó la carga de una cartulina amarilla desde demasiado pronto. El equipo los echó en falta.
ATAQUE
El corte físico del centro del campo colocado por Emery no auguraba un partido de filigranas precisamente. En la primera parte, los jugadores abusaron del juego directo: desplazamientos en largo en busca Aleix Vidal, Bacca y Vitolo. Y ni Diogo ni Tremoulinas hicieron el uso de la cal que probablemente tenían encomendado desde la caseta. Con la entrada de Denis Suárez y Banega, tras la reanudación, el Sevilla se pareció más al Sevilla de las jornadas precedentes, pero la posesión de la pelota y el cierto control no se tradujeron en jugadas francas de peligro.
VIRTUDES
En un día tan infructuoso como el de ayer, pueden salvarse las ganas de un M'Bia que apareció por todo el terreno de juego.
TALÓN DE AQUILES
Las jugadas de estrategia del rival fueron una pesadilla. Faltó atención, tensión, concentración...
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