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Esquí Alpino: Matthias Mayer entra en la historia de los JJOO

JJOO de Invierno Pekín 2022

El austríaco se convierte en el primer hombre de la historia en conseguir tres oros en tres Juegos distintos de forma consecutiva.

Esquí Alpino: Matthias Mayer entra en la historia de los JJOO / Efe
Adrián R. Huber (Efe)

08 de febrero 2022 - 09:54

El austriaco Matthias Mayer hizo historia este martes al revalidar en los Juegos de Pekín 2022 el título de supergigante de esquí alpino logrado hace cuatro años en PyeongChang (Corea del Sur) y convertirse en el segundo hombre de la historia de este deporte que captura tres oros en tres Juegos distintos, emulando al noruego Kjetil Andre Aamodt; a diferencia de éste, de forma consecutiva.

Mayer, de 31 años, asimismo campeón olímpico de descenso en Sochi'14 (Rusia) y bronce en esa modalidad en la prueba del lunes, se convirtió en el tercero en la historia del esquí alpino en ganar tres oros en tres Juegos distintos, emulando a Aamodt -el más laureado del olimpismo-, que se impuso en los supergigantes de Albertville'92 (Francia), Salt Lake City 2002 (EEUU, donde también ganó la combinada) y Turín'06 (Italia); y a la italiana Deborah Compagoni, victoriosa en el 'súper' de Albertville y que en Nagano'98 (Japón) defendió el título de gigante que había festejado cuatro años antes en Lillehammer (Noruega).

Nacido en Afritz am See (Carintia), el campeón austriaco forjó su victoria en la parte baja del recorrido de la vistosa y técnica pista de Yanqing, de 2.267 metros -con salida a 1.930 metros de altitud y un desnivel de 645-, que cubrió en un minuto, 19 segundos y 94 centésimas, cuatro menos que el estadounidense Ryan Cochran-Siegle, sorprendente medallista de plata. El noruego Aleksander Aamodt Kilde, líder de la Copa del Mundo de la disciplina y que el lunes había sido quinto en el descenso, se quedó a 42 centésimas y capturó bronce, la primera medalla olímpica de su carrera.

Austria, donde el esquí alpino es el deporte rey, festejó este martes a un nuevo héroe. Mayer mejoró las estadísticas de toda una leyenda, su compatriota Toni Sailer, y se convirtió en el más laureado esquiador alpino de su país. Sailer había sido la gran estrella de los Juegos de 1956, en Cortina d'Ampezzo (Italia), donde ganó los tres oros en liza, cuando sólo se competía en eslalon, gigante y descenso.

Pero el 'rayo de Kitz' ('Der Blitz aus Kitz', en alemán: en alusión a Kitzbühel, la localidad natal de Sailer), que tras sus triunfos dio el salto al cine, se quedó en esos tres oros; que supera Mayer con el bronce del descenso que abrió el lunes la competición de Pekín 2022. Tras su espectacular triunfo de este martes, en toda la historia del esquí alpino sólo mejoran el palmarés olímpico de Mayer el citado Aamodt -plusmarquista en Juegos, con cuatro oros, dos platas y dos bronces- y otro mito, el italiano Alberto Tomba, que ganó tres oros y dos platas.

Al igual que el descenso, la prueba resultó francamente interesante. El suizo Stefan Rogentin fue el primero en saltar a una completa y variada pista en la que la primera referencia a tener en cuenta (1:21.36) parecía la del francés Alexis Pinturault, ganador de la general de la Copa del Mundo la pasada temporada. Kilde, que lo precede en el historial de esa competición -en la que lidera la clasificación de la disciplina- mejoró exactamente en un segundo el crono del galo; y otro noruego, Adrian Smiseth Sejersted, se colocó segundo, a 42 centésimas de su capitán.

Marco Odermatt, que apunta al gran Globo de Cristal a los 24 años, está llamado a darle muchas alegrías más a la afición suiza. Pero tras acabar séptimo el descenso, este martes se salió de recorrido en el 'súper', al igual que su compatriota Beat Feuz, oro en la prueba reina.

El austriaco Vincent Kriechmayr, quinto al final, no puso en peligro lo que empezaba a vislumbrarse como un posible 'doblete' noruego. Pero en el portillón de salida aún quedaba Mayer; que, al igual que lo hiciese un día antes Feuz, ganó oro olímpico con el dorsal 13, burlándose de todo tipo de supersticiones.

Inmediatamente después del austriaco bajó Cochran-Siegle, que se quedó a cuatro centésimas y reclamó para sí la plata. El estadounidense festejó con el segundo puesto la medalla más importante de su carrera. Al igual que Mayer -cuyo padre, Helmut, ganó plata en el 'súper' de Calgary'88 (Canadá)-, Ryan lleva el olimpismo en la sangre: su madre, Barbara, se proclamó campeona olímpica de eslalon en los Juegos de Sapporo (Japón), en 1972. En los que Francisco Fernandez Ochoa -el inmortal 'Paquito'- ganó la prueba masculina de esa disciplina, capturando el único oro de España hasta la fecha en unos Juegos de invierno.

En su decimotercera temporada en activo, Mayer "apenas" cuenta once victorias en Copa del Mundo, en la que siempre está en los puestos de honor -es tercero en la general y en las dos disciplinas de velocidad-, pero en la que aún no ha festejado título alguno. No deja de despuntar, empero, en las citas olímpicas. Como dejó bien claro en las exigentes pistas de Yanqing; donde el español Adur Etxezarreta, decimoséptimo en el descenso, no acabó este martes el supergigante, al salirse en la parte alta del recorrido.

Tras la salida de pista de Feuz, había que esperar aún al noruego Kjetil Jansrud, que, tras saltarse a última hora -por unas molestias en la rodilla- el descenso del lunes, debutó este martes, con 36 años, en sus quintos Juegos Olímpicos.

Con el dorsal 24, Jansrud, campeón olímpico de la disciplina en Sochi hace ocho años, no pasó del vigésimo tercer puesto esta vez. Y Mayer entró en la historia, asimismo, con el final más apretado de todos los tiempos en un supergigante olímpico: las cuatro centésimas con las que relegó al segundo puesto a Cochran-Siegle mejoraron las ocho con las que había superado el alemán Markus Wasmeier al estadounidense Tommy Moe en la noruega Kvitfjell, en los Juegos de Lillehammer, en 1994.

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