Un nuevo Maradona asoma en Sudáfrica

Grupo B · Argentina

El seleccionador argentino ha sabido ganarse con su carisma a la prensa y a los aficionados locales.

Cecilia Caminos (Dpa), Pretoria

14 de junio 2010 - 21:04

Si hay algo que Diego Maradona sabe hacer es renacer de las cenizas, reinventarse y volver a conquistar al mundo. Y lo está haciendo otra vez en el Mundial de Sudáfrica, donde se ganó a la prensa internacional y a los fans locales a fuerza de carisma, inteligencia y una puesta en escena que excede lo futbolístico.

Cada entrenamiento de la selección argentina o rueda de prensa de Maradona es un show en sí mismo.

Y aunque no revele ni una señal sobre la formación titular para el próximo partido, siempre da la nota ya sea con un penalti multitudinario contra once porteros, un jueguecito con la zurda o un abrazo paternal a su heredero, Lionel Messi.

El Maradona 'político'

Maradona no duda además en involucrarse en lo político. Fuma tras los entrenamientos los habanos que le envía su amigo Fidel Castro, el ex presidente y revolucionario cubano, y recibirá mañana a la presidenta de la organización Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en una conferencia de prensa en el Centro de Alto Rendimiento de la Universidad de Pretoria.

Desde el primer día, la carpa de prensa en el cuartel general albiceleste luce en su frente una enorme bandera que reza "Apoyamos a las Abuelas de Plaza de Mayo para el Premio Nobel de la Paz", y promueve la página abuelasdelapaz.com

Entre el cielo y el infierno

El Diez, a sus 49 años, conoce el cielo y el infierno, estuvo al borde de la muerte y pudo reinventarse para volver a ser hoy protagonista de un Mundial, 16 años después de su último partido como jugador en EEUU 94, hundido por un doping positivo con pseudoefedrina.

Asumió la dirección técnica de la selección argentina en noviembre de 2008, puesto que según sus detractores consiguió gracias a una "conspiración", y guió al plantel por unas eliminatorias con fuertes altibajos, incluida la histórica goleada por 6-1 que sufrió a manos de Bolivia en la altura de La Paz.

La agónica clasificación llegó a último momento con una victoria sobre Uruguay y el polémico desahogo "que la chupen, que la sigan mamando", que le valió una suspensión por parte de la FIFA. El mismo Maradona que ahora promete dar la vuelta desnudo al tradicional Obelisco de Buenos Aires si Argentina gana el Mundial de Sudáfrica 2010.

Borrón y cuenta nueva

En Pretoria, hizo borrón y cuenta nueva. Aunque la llegada a Sudáfrica con barras bravas en el mismo avión desató una polémica y Maradona optó por cambiar su plan: dar una imprevista rueda de prensa y desvincularse de los violentos.

Luego se encerró con sus jugadores en el bunker de Pretoria y por lo que se vio en su victorioso debut ante Nigeria, con un 1-0, obtuvo un primer resultado prometedor: lograr que Messi pudiera sentirse cómodo y desplegar su mejor fútbol, aquel que hasta ahora sólo tenía reservado para el Barcelona.

"Lío, Lío, vení", llamó el Diez al nuevo 10 albiceleste en una práctica abierta que había sido antecedida por múltiples versiones sobre el estado físico de La Pulga.

Lo puso solito a tirar córners, cuando sus compañeros ya todos descansaban, para que demostrara que estaba en óptimas condiciones pese a la intensa temporada en Europa. Y logró su objetivo. Y le pidió además que sea "el mejor de todos los tiempos", aun bajo el riesgo de que opaque su propio mito.

Tampoco temió a las fotos y se caló un grueso gorro de lana celeste hasta las orejas para pelotear junto a sus dirigidos en la fría noche sudafricana.

Grita, alienta, gesticula y se involucra a pleno en cada ejercicio, a sabiendas de que es observado cada vez por más de 300 periodistas de todo el mundo.

Y en las ruedas de prensa se muestra medido, rápido, carismático, agradece una camiseta sudafricana firmada por hinchas locales sacándose su propia sudadera oficial para retribuirlos, y no duda en recordar su experiencia como jugador.

"Es un motivador nato", lo definió Gonzalo Higuaín. "Es uno más del grupo, está constantemente encima nuestro", completó Messi.

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