Gavi, el niño de los cordones desabrochados
Fútbol | Selección Española
El jovencísimo jugador de Los Palacios fue elegido en la gala del Balón de Oro como el mejor jugador joven del mundo, adjudicándose el premio Kopa
Desde La Liara Balompié, con 6 años estaba en el Betis, con 10 en el Barça y con 17 en la selección absoluta
Juan Larios, del Tomares a debutar en La Premier League con 18 años
Dos de los entrenadores que menos respeto infunden entre el aficionado medio, Ronald Koeman y Luis Enrique Martínez, le han regalado al fútbol nacional, y mundial, un talento que va camino de ser un jugador de época.
Gavi, un talento de Los Palacios, era uno de los protagonistas de la gala del Balón de Oro al adjudicarse el premio Kopa, el que designa al mejor futbolista joven del mundo, honor que recae en un chiquillo de Los Palacios y Villafranca que no era nadie un mes antes de que le dieran los galones para medirse con la selección española a Italia y Francia con apenas 17 años. Recién cumplidos, para ser más exactos.
Pablo Páez Gavira nació junto a las marismas del Bajo Guadalquivir el 5 de agosto de 2004. El 21 de agosto de 2021 Koeman lo ponía en el Camp Nou en un partido oficial. A los pocos días repetía en un Barça-Bayern Múnich de Champions. Al mes siguiente a Luis Enrique lo tachaban de loco por ponerlo a jugar con España, esa selección que siempre fue un coto privado para las vacas sagradas y donde les costaba casi el puesto a los seleccionadores que osaban quitarle ciertos privilegios a los de siempre: antes Raúl, Hierro, Zubizarreta...más recientemente Sergio Ramos, Piqué... Junto a Nico Williams y Yeremy Pino, dio otra gran paso recientemente cuando salió en la segunda parte para revolucionar el ataque de España y sorprender a Portugal cuando los lusos ya se veían en la Final de la Liga de Naciones.
Pero Gavi es la demostración de la nueva dimensión que toma el fútbol de élite, una práctica extendidísima y totalmente normal y asumida en Argentina, donde los buenos futbolistas, los potreros, ya se comen la hierba de los campos de Primera con 16 años.
“Era un niño muy tímido y callado. Siempre con el balón, pero si no había partido, casi siempre apartado de los otros niños”, decía uno de sus profesores en uno de los documentales sobre sus orígenes que en Barcelona proliferaron cuando explotó para la élite. Con 6 años en uno de los clubes de su pueblo, La Liara Balompié, llamaba la atención por jugar siempre con los cordones desabrochados. “Quería jugar tan rápido que no se le daba tiempo a atárselos. Llegaba y salía a jugar. Y hoy aún sigue así. Lo ves jugar con los cordones desatados en Primera División y con la selección”, dice uno de sus primeros entrenadores. “Lo empezamos a llamar Gavi porque teníamos dos Pablos y nos liábamos”, desvela.
Rápidamente ese talento a la vista de todos fue reclutado por el Real Betis, llevado junto a un amigo por el padre de éste. En el Betis, en aquellos partidos de prebenjamines de fútbol 7 era un no parar de marcar goles. En una temporada hizo 96. Manolo Alba, coordinador entonces de la cantera del Betis, se lo llevó aprovechando las buenas relaciones que había con La Liara. “La Liara era muy bética y teníamos buenas relaciones con Batalla”, dice Alba en un documental elaborado por Cristóbal Cucurella. Batalla es el apodo de Manuel Vasco, su primer entrenador. “No tuvimos que hacer gran cosa para descubrirlo, A Gavi lo veía cualquiera, lo veía un tuerto”, apostilla Alba.
A su padre, que llegó a tener un bar en Los Palacios, el Bloan, le ofrecieron trabajo en la lavandería del Betis y así empezó una historia que tuvo un punto de inflexión en 2014, con diez años. José Antonio Valdiviseo, ojeador del Barcelona en Andalucía, dio el aviso. Ya por entonces la familia había entrado en contacto con Iván de la Peña, quien a través de una agencia aconsejaba a chavales. Y al Barça le costó, porque el Atlético y el Real Madrid se pusieron pesados, pero al chico le gustó aquella idea cuando conoció La Masía junto a sus padres.
Isco, un ídolo en secreto
En el Barça fue creciendo y quemando etapas a la vez que le daba rienda suelta a sus sueños. Entre ellos, ser como Isco, a quien idolatraba pese a ser del Real Madrid por la posición en la que jugaba, parecida a la suya, por dentro, aunque también se adaptó a jugar de extremo. Uno de sus primeros entrenadores e relata en algún reportaje que no quería jugar por fuera. “Antes de un partido se lo dije: 'Me voy a ir y en diez minutos vuelvo. Te lo piensas'. O por fuera o banquillo”. Por supuesto que en aquel partido se salió.
Ahora, con 18 años y recién renovado por el Barça (hace apenas 15 días), la batalla de Braga es una muesca más en una trayectoria que promete ser de las de época. Gavi, el chico tímido de los cordones desabrochados, es un eslabón más de ese tipo de futbolista que fabrica el Barça como churros, pero de los que salen irrepetibles uno cada diez años: Guardiola, Xavi, Iniesta... y Gavi.
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