El miedo a ganar como un elemento más en contra

Excesiva juventud de los componentes de un equipo, presión externa e interna por obtener unos resultados inmediatos, ansiedad, no saber transmitir serenidad tanto a los adversarios como a los propios compañeros... son algunos de los factores que inciden en el llamado miedo a ganar. Enemigo particularmente de los profesionales de deportes individuales, como el tenis, es una sensación que -en contraste con la ilusión del rival a poco que tenga una respuesta positiva- impide culminar un buen desarrollo con las acciones correctas para terminar de hacer el trabajo y ganar el partido.

El Sevilla de Unai Emery ha sufrido ya en varias ocasiones las consecuencias de no saber controlar esta situación, con un ejemplo muy fresco y claro en los minutos finales de su encuentro en Valladolid, donde vencía con claridad por 0-2 tras una magnífica ejecución de lo planteado y acabó cediendo dos goles y dos puntos en el breve espacio de tiempo de dos minutos, del 83 al 85.

Pero es una situación que no es nueva para el grupo de Emery, sino que se ha repetido en varias ocasiones, no sólo en esta temporada. En la mente de los aficionados también está cómo el Sevilla perdió un punto en el Camp Nou pasado el tiempo de prolongación tras empatar por medio de Coke en el minuto 88 un 2-0 en contra.

Pero en la pasada campaña el técnico vasco también tuvo que lamentar situaciones así. Sin ir más lejos, en la penúltima jornada, cuando perdió en el Reyno de Navarra tras adelantarse con un gol de Negredo y recibir dos tantos en la recta final del partido, uno de Puñal (62') y otro de Cejudo (79') de similar forma a la del domingo en Valladolid, con una falta directa. Ni que decir tiene que la gestión del último derbi en Heliópolis fue nefasta tras irse al descanso con un 0-3 que tiró por tierra Medel y otras circunstancias. Igiebor empató de cabeza antes del pitido final ante la amargura sevillista.

Todavía con Míchel, en la jornada 6 el Sevilla (con la ayuda también de Medel y Mateu Lahoz) dilapidó un 2-0 en el minuto 48 que aún era 2-1 en el 84 ante el Barça, que remontó con mucha polémica y dos goles de Cesc y David Villa.