Memorable carrera contra sí misma de Beatrice Chebet en Itálica

Sevilla/No hay objetivo que se le escape a la carrera a la keniana Beatrice Chebet, agente de policía y una de las mejores atletas del momento. En Itálica, donde serpentea el circuito de cross más bello del calendario internacional, la campeona olímpica de los 5.000 y de los 10.000 metros brindó una memorable actuación, que quedará grabada en la mente de los muchos aficionados a esta épica especialidad que se dieron cita en Santiponce un año más. Y van 42. Chebet metió la directa, sólo redujo para negociar las curvas cerradas y las tortuosas cuestas y ya cumplió la primera vuelta al trazado con seis segundos sobre su inmediata perseguidora. Poco después, Thierry Ndikumwenayo, atleta de origen burundés, dio el triunfo a España en la prueba masculina en una carrera mucho más táctica y comedida, muy distinta a la femenina.

Chebet corrió contra sí misma. Y venció una vez más a su destino adjudicándose uno de los cross con más solera del mundo. Cubrió los 7.542 metros del circuito en 23 minutos y 32 segundos, una marca excepcional. Y lo hizo con la boca cerrada, sin el mínimo gesto de fatiga. Al momento se giró para abrazarse a la segunda clasificada, la kazaja de origen keniano Daisy Jepkemei, que cruzó el arco a 27 segundos de la doble campeona en París 2024. La mañana fue suave, con los mercuros moderados, sin barro en la pista. Completó el podio la ugandesa Charity Cherop, que acabó a 1:03 de Chebet.

Marta García Alonso se llevó el Campeonato de España por delante de la sevillana Carolina Robles. La atleta leonesa de 26 años cubrió la distancia en 24:50, seis segundos menos que la corredora local.

Poco después del aroma a atletismo del mejor que dejó Chebet, salieron en estampida los hombres. Y la prueba tardó en romper. Los favoritos optaron por vigilarse en las dos primeras vueltas, en las que marcó la pauta el marroquí Younes Kniya Touil. Cumplió la primera vuelta en 7:13, con Adil Mechaal dejándose ver a tres segundos. Subió el grupo por segunda vez la pronunciada cuesta que bordea el anfiteatro y nadie quiso canbiar de macha, Hasta que lo hizo el italianoYemaneberhan Crippa. El etíope Berihu Aregawi, el principal favorito, captó que era el momento de ponerse serios y fue a la estela del transalpino. Y tras él, Ndikumwenayo y Rodrigue Kwizera.

El cuartero fracturó la carrera por pura inercia. El motor del cuarteto era ya otro. Y en la tercera y última subida junto al anfiteatro, a los 18 minutos de carrera, Aregawi quiso dejar atrás a sus tres compañeros. No tuvo éxito en su acometida. Todo lo contrario. Ndikumwenayo aceptó el órdago, sacó una marcha más, rebañó sus reservas de energía en las zancazas de la recta a meta y agarró la victoria con decisión. Su compañero Kwizera entraba tras él con gesto de alegría. Y tres segundos después del dúo triunfal, lo hacía un decepcionado Aregawi. Adel Mechaal cruzaba la meta sexto a 18 segundos del vencedor.