El mejor postre para la afición
El derbi sevillano · el otro partido
El Sevilla culmina una gran semana. Cánticos de puntilla para el Betis.
El Sevilla culminó su Semana de la Afición de la mejor manera posible en la bombonera de Nervión, engalanada como la ocasión requería y con una pancarta en el Gol Norte que coronaba el mosaico rojo y blanco en que el estadio se convirtió cuando el equipo saltó al césped y casi cuarenta mil almas cantaron a capela el himno del Arrebato. "Nacidos para dominar Sevilla". Mensaje prepotente, pero a la vista del resultado del partido y del 5-1 de la pasada temporada...
Los derbis, desde hace dos o tres décadas, se han convertido en el partido de la ciudad para el equipo local. Los visitantes, poco más del millar, quedan recluidos en una jaula. Ni en Preferencia se ven ya pequeños grupos de béticos en Nervión. Al menos, hace diez años que apenas hay incidentes dentro de los estadios. El famoso derbi de las muletas fue el último, y hace ya once años, que se llevó las páginas que nadie quiere escribir.
Fue en los estertores de la presidencia de Roberto Alés. Desde la entrada de Del Nido, el ambiente se ha apaciguado. El nuevo consejo bético también tiene mucha responsabilidad en esa convivencia sana que se traslada incluso a los más radicales.
Nervión ayer fue una fiesta. Isabelo, Catalán, Santos Bedoya, Manolo Cardo, Eloy Matute, Rodri, Lora y Gallego, quien el pasado jueves recibió el sexto Dorsal de leyenda del club, amenizaron la previa. Futbolistas que lo dieron todo por el Sevilla, el entrenador con más partidos en el club... Del Nido estos asuntos los borda y sólo había que ver las caras de algunos de los que fueron en los sesenta y los setenta al hacerse la foto oficial del partido con los que hoy son. El Sevilla de ayer, el de hoy.
Las previas dan para mucho, no sólo para beber cerveza en los alrededores del estadio. Buen ambiente ayer, mucha gente Cruzcampo en mano, pocos incidentes. Mucha policía a caballo. Máxima seguridad.
También hay tiempo para la solidaridad, como el sentido minuto de silencio por la tragedia que asuela Filipinas o para ese Tercer Tiempo que se inventó Eduardo Herrera y que tan poco sentido tiene en días como ayer y en partidos como éste. El colofón estaba cantado. "A Segunda, oé..." o "Que bote Pepe Mel", al que jamás olvidarán los sevillistas la peineta. Fue el gran día del sevillismo, pero dicen que la vida siempre te ofrece una revancha. Los béticos la esperan ya en Heliópolis. Eso será en Semana Santa, ésta era la Semana del Sevilla.
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