Maribel Pérez liderará el relevo 4x100 en París: "Nadie daba un duro por cuatro blanquitas de metro y medio"

Sevillanos en los Juegos

Una lesión en el isquio impidió a la atleta sevillana confirmar su plaza en los 100 metros

Su segunda presencia en unos Juegos Olímpicos llegará en el relevo corto, junto a una generación de velocistas dispuesta a superarse a sí misma

Juegos Olímpicos de París 2024: calendario, sedes y todo lo que debes saber

Maribel Pérez tras realizar la última posta de España en el pasado Europeo en Roma. / RFEA

Sevilla/María Isabel Pérez Rodríguez (1 de marzo 1993, Sevilla) está señalada como la mujer más rápida de España. Ahí es nada. Aunque ella prefiere no echarse flores, lo cierto es que hablando de atletismo el cronómetro es el que preside con carácter mandatorio.

Pertenece a una generación de velocistas tocada por una varita que ha subido el nivel de manera considerable en nuestro país. Es plusmarquista nacional en el 60 metros lisos bajo techo –su especialidad– y fue galardonada como la mejor deportista sevillana de 2022. Aunque también es fisioterapeuta. Queda apuntado porque es un dato de peso a lo largo de estas líneas.

Pero por encima de todas esas distinciones destaca su actitud, bañada más en oro todavía si cabe. Desde el primer minuto entra a la entrevista para este periódico vestida con una sonrisa. Aunque hace no menos de un mes y medio su tercio era distinto...

Una lesión en el isquiotibial izquierdo durante un mitin en Guadalajara le impidió participar en el Campeonato de España de Atletismo, prueba indispensable para lograr los puntos necesarios en la exigente y cruda realidad que supone el acceso a los Juegos Olímpicos por la vía del ránking, donde cada atleta debe escarbar puntos como un perro trufero.

Su ausencia en la cita le provocó un enorme “desasosiego”. Definir su plaza olímpica en la prueba magna, los 100 metros lisos, por segunda vez consecutiva se había convertido en una utopía inalcanzable. “Una vez más al fango” recordaba la atleta hispalense por aquellos días a través de sus redes sociales.

Sin embargo, Maribel Pérez confiaba en estar presente en los Juegos, y sus anhelos se confirmaron a través de su otra bala en la recámara:el relevo 4x100. “Confiaba en el relevo, sabía que acabaríamos clasificándonos. Las últimas semanas estaba un pelín más tranquila porque los países que tenían que estar por delante ya estaban y no había muchas competiciones para que nos superaran”, espeta la velocista, que reconoce haber tirado de oficio para hacer cuentas sobre el alcance en el tiempo de su lesión.

“Cuando me pasó quedaban ocho semanas, soy fisio, contaba con los plazos y sabía que llegaba”, dispara segura, sin dudas. Tampoco existían para la Real Federación Española de Atletismo (RFEA). Desde el primer momento el seleccionador, José Peiró, le proporcionó tranquilidad: “Maribel, relájate y recupérate, quedan dos meses, es muchísimo tiempo. Confiamos en ti”, cuenta la velocista rememorando el mensaje de alivio, compartido por su entrenador en el día a día, su tío y también velocista internacional Luis Rodríguez.

Maribel Pérez durante la última final continental en el Estadio Olímpico de Roma. / RFEA

España y Bélgica –China era la otra que pugnaba por las plazas– han sido las dos naciones que se han sumado a través del ránking a las catorce clasificadas previamente, de las que destacan por encima del resto los combinados de Estados Unidos, Jamaica y Reino Unido, por este orden según la atleta andaluza de 31 años. “Luego creo que se pueden colar Costa de Marfil y Francia. De nosotras destaco, toco madera (acompañando el gesto), es que no fallamos. El testigo siempre llega. En estos países grandes el 50% de las veces llega y el 50% no”. 

El relevo es una prueba puñetera, pueden darse muchas circunstancias para que se complique la entrega del testigo. “En el Mundial de Oregón (Estados Unidos) 2022, nadie daba un duro por cuatro blanquitas de metro cincuenta y conseguimos hacer récord de España y quintas del mundo. Eso no ha pasado nunca en la historia”, presume orgullosa de la labor de sus compañeras.

La velocidad española y el relevo concretamente han aumentado el nivel de manera latente en los últimos años. A la veteranía y poso a la hora de definir en la recta final de la atleta de 31 años –la de mayor edad en el equipo–, hay que añadir la aparición de savia nueva que ha irrumpido con pujanza. “Hemos dado un salto cualitativo muy grande y hemos conectado muy bien. Somos una familia que no éramos en el camino hacia Tokio”, reconoce recordando las prestaciones del equipo hispano durante los penúltimos Juegos.

El relevo español en Roma por este orden en la foto: Paula Sevilla, Maribel Pérez, Jaël Bestué y Sonia Molina-Prados. / RFEA

Esa sintonia y complicidad entre el grupo español que en París estará formado por Sonia Molina-Prados, Jaël Bestué, Paula Sevilla, Esther Navero, Paula García y nuestra protagonista, hacen que el testigo no se detenga y vuele sobre el tartán. “A la hora de competir sabes que ellas van a dar la cara por ti, que si algo sale mal no va a haber reproches ni recriminaciones. Ellas son las primeras que se van a poner en tu lugar, entonces no sales a correr por ti, sales a correr por tus hermanas. Así salen los resultados”.

En una selección de medio nivel olímpico como la española, alejada de las monstruos devoradores de esta prueba –aquellos cuyas atletas corren alrededor de los 10,70 ó 10,80–, lo más importante es la confianza de una en la otra. “Por mucho que se corra a nivel individual, centésima arriba, centésima abajo, la diferencia está en los cambios rápidos y para que sean rápidos y buenos tiene que haber mucha confianza en el equipo. La que entrega el testigo tiene que confiar en que la que recibe ha reajustado bien y la que recibe tiene que confiar en que la entrega va a llegar”, explica.

La velocista sevillana enfocada instantes antes de recibir el testigo. / RFEA

El orden del relevo, un tema nada aleatorio en esta disciplina, todavía no está definido. “Nos lo suelen decir el día o la noche de antes, aunque nosotras hacemos nuestras cábalas”. Para lograr meterse en la final olímpica, objetivo del grupo más talentoso de la historia de la velocidad femenina española, Maribel Pérez tiene claro que sea cual sea el orden tienen que “hacer el récord de España”, fijado en los 42.58 segundos de la final de Eugene (Oregón). Ese día España formó con Sonia Molina-Prados desde la salida de tacos, Jaël Bestué en la contrarrecta, Paula Sevilla para la curva y la hispalense, la más veterana en el equipo nacional desde su entrada en 2012, fue la encargada de finalizar en la recta colocando al combinado patrio en un histórico quinto puesto mundial.

Detrás de esos números hay una cantidad ingente de trabajo físico y mental durante la prueba. “Intento aislarme en el momento de la presentación, no veo a mis compañeras correr, nunca miro la prueba, cuando siento que el testigo va entrando es cuando miro y me coloco”. El resto de la historia la marcará el cronómetro, como siempre. Toda una vida para que salir o no en la foto dependa de unas escasas centésimas. 

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