Un lustro del día más trágico en la historia del Sevilla

Un lustro ya y aún se hace difícil recordar el trágico trance. Tal día como hoy, martes 28 de agosto, falleció en el Virgen del Rocío Antonio Puerta, después de estar ingresado en la UCI tres días. El sábado anterior a aquella trágica jornada había caído desfallecido durante la disputa del primer partido de Liga, Sevilla-Getafe. Las sucesivas paradas cardiorrespiratorias que sufrió le provocaron un cuadro de fallo multiorgánico del que ya no pudo salir. Tenía 22 años y ya era un héroe desde aquel gol inolvidable al Schalke 04. Tras la de Pedro Berruezo en 1973, fue la segunda muerte de un futbolista del Sevilla con las botas puestas, aunque su trascendencia, en plena época de éxitos y títulos, fue mayor.

Aquel 28 de agosto estaba previsto que el Sevilla disputase la vuelta de la ronda previa de la Liga de Campeones con el AEK, por lo que el equipo se encontraba concentrado en Atenas cuando recibió la fatal noticia. Lógicamente, el partido se aplazó y la expedición sevillista regresó de Grecia para llegar directamente al Ramón Sánchez-Pizjuán, donde fue instalada la capilla ardiente con el cuerpo del compañero caído. Hileras de personas hicieron colas durante la noche y la madrugada para rendir el último tributo a Puerta. El entierro del futbolista en el cementerio de San Fernando al día siguiente fue una multitudinaria manifestación de dolor y homenaje al jugador de Nervión, que unió a las aficiones de Sevilla y Betis. Todo el fútbol sevillano, andaluz y mundial se unió al dolor que sufrió la familia sevillista en aquellas dramáticas horas. Inolvidable, por emotiva y tremenda, fue la salida del féretro bajo el mosaico del Sánchez-Pizjuán portado por sus compañeros, algunos de ellos absolutamente rotos.

Apenas dos días después de despedir al amigo y compañero, el viernes 31 de agosto, y pese a no haber podido siquiera entrenar entre tanto dolor, el Sevilla disputó la final de la Supercopa de Europea frente al Milan, en Mónaco, tras haber ganado la segunda Copa de la UEFA. Perdió 3-1, después de que Renato abriese el marcador de cabeza en el primer gol dedicado a Puerta desde su muerte.