A lomos de la inercia ideal

villarreal - sevilla · la previa

El Sevilla se encomienda a su estado de forma y a su ventaja psicológica para buscar el pleno de victorias ante el Villarreal. Gameiro causa baja al sufrir un esguince en su tobillo izquierdo.

Rubén Castro, muy serio tras beber agua en un entrenamiento, viajará casi con toda seguridad hoy para disputar el partido frente al Celta.
Rubén Castro, muy serio tras beber agua en un entrenamiento, viajará casi con toda seguridad hoy para disputar el partido frente al Celta.
Juan Antonio Solís, Sevilla

22 de marzo 2015 - 05:02

Eufórico por su brillante clasificación para los cuartos de final de la Liga Europa, el Sevilla retorna a El Madrigal para cerrar su serie de partidos con su última víctima continental, el Villarreal. Llegan los de Unai Emery con mucho plomo en las piernas por esos dos partidos librados los dos últimos jueves. Pero esta vez el hándicap no lo es tanto porque el rival también estuvo sobre el terreno de juego en esas intensísimas batallas.

Las victorias, los éxitos, son el mejor reconstituyente posible para un futbolista cansado. Y los sevillistas saltarán hoy con el fabuloso subidón de haber entrado, una temporada más, en las eliminatorias decisivas para revalidar la corona continental que ostentan.

Jugará el Sevilla a lomos de una inercia ideal. Las dinámicas positivas hacen que la pelota rebote en el palo y entre, que los delanteros tengan una efectividad rematadora envidiable, que los pequeños detalles que hilan el tejido de un partido de fútbol sonrían a tu causa. Hace justo un año, el Sevilla acababa de librar su eliminatoria continental con el Betis. Dos partidos de altísimo voltaje, adobados con una agotadora prórroga y la tensión extra de una tanda de penaltis. Tras la victoria final de las huestes de Unai, aguardaba en Pamplona sólo tres días después, y a mediodía -así cuida la LFP a los representantes del fútbol español en Europa- un Osasuna fresquito, que había preparado el partido durante toda la semana. Unai rotó, entró por ejemplo Jairo, que cuajó un partidazo, y los blancos ganaron con solvencia en una plaza históricamente esquiva. ¿Juegan o no juegan las dinámicas positivas? Claro que lo hacen.

Emery, como en aquella fría mañana navarra, tendrá que refrescar al equipo esta tarde, que no todo es la cabeza. Es posible que Vitolo, tras sus esfuerzos seguidos, coronados por su trabajo para superar el esguince y reaparecer el pasado jueves en Nervión, empiece el partido de hoy en el banquillo. De paso, reduciría el riesgo de un inoportuno percance que lo saque de su primera convocatoria para la selección absoluta cara a los partidos ante Ucrania y Holanda.

Jugadores como Denis Suárez o Reyes se postulan como recambios ideales en los tres cuartos de campo. También Banega, ausente en la vuelta de los octavos de Liga Europa, vuelve a la convocatoria y es posible que entre para alternar, como ya es habitual esta temporada, su posición con Iborra, según tenga la pelota el rival (más retrasado el valenciano) o inicie la jugada el Sevilla, en cuyo caso suele ser el argentino quien se repliega.

Arriba, la ausencia de Gameiro por un esguince en su tobillo izquierdo debe confirmar la titularidad de Bacca, el que suele serlo en la Liga, con todos los visos de que por fin Iago Aspas disfrute de minutos para reivindicarse.

La lógica dicta que el Sevilla va a seguir siendo fiel al guión que tan rotundo éxito le ha dado ante el Villarreal. Juego práctico, buscando en largo a Iborra, con sus acompañantes en ataque muy atentos a sus peinadas o dejadas para provocar el fuego en la defensa amarilla. Y a seguir intimidando a balón parado. Y a jugar con el deseo de venganza del enemigo, que la sangre demasiado caliente nunca fue beneficiosa.

Vistos los resultados de ayer, el Sevilla lo tiene claro: conseguir un póquer de victorias ante el Villarreal hará que los de Nervión, con la clasificación para la próxima Liga Europa prácticamente visada -el séptimo, el Málaga, quedaría ya a 11 puntos-, no pierdan de vista el señuelo de la Liga de Campeones. El cuarto, que es el Atlético, seguiría a cuatro puntos más el del average con 30 aún por disputar. Una derrota, en cambio, no sólo dejaría muy lejos a los colchoneros y al Valencia, sino que le pondría al Villarreal a su misma altura, con 52 puntos.

Pero nadie en el Sevilla piensa hoy en la derrota. Es lo que tiene viajar a lomos de la anhelada inercia positiva.

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