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Y llegó el partido de nuestra vida

Final · Holanda- España

España quiere imponer su estilo para derrotar a Holanda y lograr el gran título que falta en las colmadas vitrinas del deporte nacional, el Mundial de fútbol.

Sebastián Fest / Johannesburgo

11 de julio 2010 - 17:18

Llegó el día. Décadas de espera pueden verse correspondidas si los actuales campeones de Europa vuelven a abrir su manual, derrotan a los holandeses y Casillas alza al cielo de Johannesburgo el gran trofeo de oro puro. Quizá el único gran trofeo que falta en las lujosísimas vitrinas del deporte español. "Es el partido de nuestras vidas", aseguró Sergio Ramos. Y sus palabras no suenan hiperbólicas. Es así. Será el partido de él y de 46 millones de españoles, incluidos dos de los grandes referentes del deporte mundial, Rafa Nadal y Pau Gasol, que tratarán de insuflar su espíritu de campeones a La Roja desde la grada. Holanda y España, dos naciones enloquecidas por la pelota, se enfrentarán en una final del Mundial con ribetes tan históricos como emotivos.

Si gana España, el país abandonaría definitivamente décadas de frustraciones y victimismo para dejar huella no sólo con su primer título, sino con un fútbol que, paradójicamente, es heredero indirecto de aquel de Cruyff y sus compañeros.

La maldición de los cuartos de final ya es recuerdo, tanto como el cuarto puesto de Brasil 50. Ahora, de lo que se trata, es de ser grande de verdad y de una vez por todas.

"A disfrutar de la final y a ganarla", pidió Xavi, el hombre que desde el mediocampo explica muchas de las virtudes de la selección de Vicente del Bosque.

Tan admirada es España, actual campeona de Europa, que el propio entrenador rival, Bert van Marwijk, la toma como modelo. "La selección española es el ejemplo de cómo me gustaría que jugásemos nosotros la final", dijo.

Gane quien gane, los Mundiales de fútbol habrán sumado a su octavo campeón, un nuevo eslabón en la cadena que une a Uruguay, Italia, Alemania, Brasil, Inglaterra, Argentina y Francia.

¿Qué se verá a partir de las ocho y media de la tarde, cuando el partido sobre el césped de un emblemático Soweto paralice a sus 85.000 espectadores y al mundo?

Si España no retrocede hasta aquella que empezó con dudas el torneo, e incluso perdió con Suiza, sus posibilidades serán muchas y su identidad, clara: posesión de la pelota, protagonismo y compromiso con el fútbol ofensivo. En la formación, la duda está entre Fernando Torres o el joven Pedro en la delantera, aunque parece más probable que sea el delantero canario quien salte a la hierba de salida. Se lo ganó con su notable partido ante los alemanes.

Si sobre el césped del Soccer City gana Holanda, habrá justicia a la generación de los Cruyff, Neeskens, Rep o Krol, emblemas de una naranja mecánica que en la década de los 70 maravilló sin poder evitar caer en dos finales consecutivas, las de Alemania 74 y Argentina 78, en ambas ocasiones ante los locales.

Holanda, que con jugadores como Arjen Robben y Wesley Sneijder tiene un formidable potencial creativo y ofensivo, se dio un baño de pragmatismo para Sudáfrica 2010 y se plegó a una tendencia en boga: los equipos exitosos, antes que nada, saben defender.

"Holanda ha seguido fiel a su estilo, a jugadores técnicos, a un fútbol que siempre ha gustado", afirmó Del Bosque, que relativiza lo del "pragmatismo".

Van Bommel, yerno de Van Marwijk, es clave en esa Holanda con rincones oscuros dentro de su brillante naranja, porque se conoce todas las mañas de su puesto de mediocampista defensivo. Es el límite entre el lirismo y la realidad. Si funciona, le hará las cosas más difíciles a España.

Holanda lo necesita, porque no quiere convertirse en la primera selección en perder tres finales sin haber ganado ni un título. Hasta ahora comparte con Checoslovaquia y Hungría el logro de jugar dos finales y perder ambas.

España, por su parte, necesita coronar su gran momento, dos años en los que le devolvió la sonrisa al fútbol haciendo aparentemente fácil lo más difícil: buscar el arco jugando bien.

Que Europa ya se garantizó el primer título mundial fuera de sus fronteras y tomó ventaja de nueve contra ocho sobre el bloque sudamericano es ya un hecho.

La incógnita que falta despejar es quién será la figura de un Mundial sin estrellas fulgurantes.

¿Será Wesley Sneijder, autor de cinco goles y clave para que Holanda aspire al título? ¿O será el cerebro Xavi, sin el cual es difícil entender a España? ¿Quizás David Villa, cinco veces anotador y decisivo para que España llegara lejos?

Puede haber 30 minutos de tiempo extra, podrá, incluso, llegar la definición por penaltis. Pero inevitablemente, en el final de la noche, el fútbol sabrá quién saldó su deuda y saludará a su nuevo rey. Los aspirantes son dos amantes del buen fútbol, pero hoy, quien mejor trata a la pelota suele ser España. Si vuelve a hacerlo esta noche, la corona será suya y con ello todo un país crujirá, literalmente, de gozo.

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