Del llano a la montaña
El Sevilla visita al Molde con la intención de no tener ningún sobresalto en un camino con Basilea como última estación. Respeto al rival y seguridad máxima en la expedición blanca.
Estación número uno del Sevilla en su defensa del título de la Liga Europa y más de medio billete sacado para estar en el sorteo de la ronda de octavos de final. Jugando con los maravillosos paisajes que se observan desde el hotel Scandic Seilet de Molde, los blancos parten desde lo más llano, que es donde se encuentra la ciudad noruega, en una entrada del mar hacia los famosos fiordos, con la idea de trepar de nuevo esa montaña que conduciría a la tercera final consecutiva de la competición. Es una escalada con tres etapas más en octavos, cuartos y semifinales, pero de momento lo que sí parece es que los dieciseisavos no deben generar mayores problemas tras el tres a cero que se registró en la ida en el Ramón Sánchez-Pizjuán hace justo una semana.
Los dos goles de Fernando Llorente, unido al disparo de Gameiro no más entrar, son una garantía más que suficiente como para que el Sevilla se montara en el avión que partió de San Pablo a las nueve y veinte de la mañana con una confianza máxima. Claro que existe un respeto máximo hacia el Molde y que ninguna de las declaraciones públicas de los protagonistas fue en sentido contrario, pero ni el más pesimista de los expedicionarios pensaba en una hecatombe. El presidente sevillista, por ejemplo, hablaba de pensar en que se arranca "con un cero a cero", pero a él mismo le costaba trabajo creerse sus propios argumentos cuando trataba de exponer las razones para ello.
Es normal que así sea y a partir de ahí existen dos referencias que anidaban en las cabezas de todos los sevillistas. Una es el sufrimiento de hace dos semanas en Vigo contra el Celta y sobre esa base ha trabajado Unai Emery a la hora de mentalizar a los suyos con lo que se pueden encontrar en el Aker Stadion. Pero la segunda de ellas surge una semana después y tiene mucho más que ver con los dos protagonistas directos de esta cita. El Molde no tiene, ni de lejos, el nivel futbolístico del Celta y sería mucho más sorprendente que pudiera tutear siquiera al Sevilla. Además, los noruegos evidenciaron en la ida que están muy lejos de tener el nivel físico adecuado, por lo que sufrieron en exceso cuando cada periodo de tiempo sobrepasaba su ecuador. No había más que ver los rostros de sus futbolistas con una fatiga extrema. Tanto fue así que pareció que el Sevilla no quiso hacer demasiada sangre en los estertores del partido y por ello levantó el pie del acelerador.
El tres a cero, sin embargo, es una ventaja casi sideral, una distancia imposible de salvar en la mayoría de las ocasiones y que lo es aún más cuando los argumentos futbolísticos de los contendientes están también en las antípodas. Así también lo entienden por aquí y los seguidores del Molde estiman como una quimera cualquier posibilidad de superar la eliminatoria. Sí quieren los hombres de Ole Gunnar Solskjaer pelear con dignidad e intentar, al menos, despedirse de la Liga Europa con un triunfo en la vuelta.
Obvio, pues, que casi ninguna conversación girara en torno al potencial deportivo de los noruegos, que en la privacidad los futbolistas sevillistas incluso bromearan con que lo mejor hubiera sido quedarse fuera de esa lista de 21 convocados en esta ocasión para librarse de un viaje tan largo y del frío. Incluso casi todas las charlas, hasta de esos mismos profesionales, viraban desde el recuerdo de la decepción del empate contra el Rayo hacia el reto de tratar de plantarle cara a un Barcelona que no deja de impresionarlos hasta a ellos mismos con la superioridad mostrada contra el Arsenal.
Pero antes está ese compromiso con el Molde y una cuestión es la elección de los elementos por parte de Emery. El técnico vasco tiene muy claro que el partido contra el Barcelona también debe ser una prioridad y no piensa en absoluto en tirar esa visita al Camp Nou, al contrario de lo que hacen la mayoría de entrenadores de Primera División. Después de aprobar en la primera vuelta la asignatura de derrotar a los azulgrana por primera vez durante su carrera como entrenador el vasco mira de reojo a ese desafío del próximo domingo. Claro que no se lo dirá ni al más cercano de sus allegados, tal vez ni a los miembros del cuerpo técnico, pero ésa será una de las variables importantes con vistas a las elecciones para que salten a la pista de césped artificial esta noche.
De momento, Vitolo y Tremoulinas se quedaban ayer en casa. Con una lista de 21 convocados que se hizo pública el martes, la ausencia del francés entra dentro de las rotaciones normales de Emery, que suele cambiar de laterales cuando hay compromisos intersemanales, es decir, siempre. Y la de Vitolo era igualmente normal debido a los problemas musculares que padeció contra el Rayo. Si el canario se recupera, ya hay dos futbolistas para el litigio contra el Barcelona. Allí no estará Banega, lo que convierte al argentino, en teoría, en uno de los fijos para este choque en tierras noruegas, lo que disminuiría hasta cuatro ya el número de encuentros necesarios para que la renovación automática del organizador nervionense fuera un hecho. A partir de ahí el galimatías es total, pero como por especular no ocurre nada, pues cabe pensar en una serie de variables con cierta lógica.
Para empezar, la meta volverá a ser defendida por David Soria, ya lo hizo en la ida y no hay ni una sola razón para pensar que esta vez no será así. Después llega el puesto de lateral derecho y ahí no sería extraño que volviera a repetir Coke para que fuera Mariano quien saliera contra el Barcelona. Existe una tercera alternativa con Figueiras, pero parece que Emery lo ha catalogado para esta etapa como extremo derecho. Por la izquierda sólo quedaría la opción de Escudero sin Tremoulinas. ¿Centrales? Lo normal sería que Fazio volviera a tener minutos de juego para que vaya adquiriendo ritmo de competición y se acople tácticamente al equipo. Rami debe ser quien descanse y que entre Carriço o Kolodziejczak dependerá del equipo que quiera plantear Emery para Barcelona.
Siempre pensando que el once de gala será el del próximo domingo, en el medio centro no sería extraña una pareja compuesta por Iborra y Cristóforo para darle descanso a N'Zonzi mientras que en la línea de mediapuntas una opción podría ser Figueiras, aunque lo más lógico sería Reyes en la derecha, con Banega, por su sanción liguera y Konoplyanka en la izquierda. ¿Delantero? Fernando Llorente jugó en la ida y marcó dos goles, lo que en principio le otorgaría la opción a los continuidad, pero tampoco sería descartable Juan Muñoz. Son combinaciones de elementos, pura especulación tratando de entrar en la mente de Unai Emery, pero eso es tan complicado que ni los propios futbolistas lo saben a ciencia cierta hasta que el vasco da la charla unas horas antes del encuentro. Jugarán 11 al final y el reto es ganar fuera de casa para acostumbrarse a ello, siempre con un ojo en el Barcelona y el otro, a más largo plazo, en Basilea, pero para eso aún quedan tres estaciones... y Molde, claro.
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