Tan lejos, tan cerca...

El Sevilla inicia hoy una preparación específica para el momento cúlmen de la temporada, dos finales, con un partido trámite antes de la primera. Comienza la verdadera cuenta atrás.

Emery, pensativo con el preparador físico, Sergio Domínguez, al frente del grupo al fondo.
Emery, pensativo con el preparador físico, Sergio Domínguez, al frente del grupo al fondo.
Jesús Alba, Sevilla

11 de mayo 2016 - 05:02

Son ocho días y ya... El sevillismo prepara nervioso otra movilización histórica. Ilusiones, cuentas para que el presupuesto dé para estar presente en una o en las dos finales, gestiones para encontrar entrada, la forma de viajar... Mientras ésas son las preocupaciones de media Sevilla, los profesionales tienen activada su hoja de ruta.

El cuerpo técnico que dirige Unai Emery, junto a su grupo de jugadores, inicia hoy mismo la verdadera cuenta atrás, la que de verdad importa, la que puede dar o quitar la gloria en noventa minutos de fútbol y algo más si hay prórroga y penaltis. El Sevilla, tras dos días de relax en los que los técnicos pidieron a los futbolistas que desconectaran con un descanso activo, regresa hoy a los entrenamientos con la vista puesta en el momento culmen de la temporada, esas dos grandes citas con Liverpool y Barcelona como últimos adversarios de un ejercicio agotador e interminable, pero que llega cargado de emociones fuertes en un tramo final que nadie, absolutamente nadie, quiere perderse.

Y por eso, porque el año ha sido duro y porque por el camino han ido cayendo bastantes jugadores con lesiones (sobre todo en el último mes), la preparación tiene que ser cuidada al milímetro, máxime cuando entre una final y otra, encuentros que siempre exigen un redoble de esfuerzos que a menudo no se miden por lo que está en juego, sólo hay cuatro días.

Ésa es la diferencia, por ejemplo, entre el Sevilla y sus dos rivales. Es cierto que en la Liga se están jugando objetivos, el título los azulgrana y entrar en Liga Europa los reds, pero mientras Jurgen Kloop y Luis Enrique prepararán luego a sus equipos para una final, Emery debe hacerlo para dos. Hay el doble de ilusión, pero también el doble de esfuerzo en un ambiente en el que es difícil pedir compensación al músculo.

Para más inri, el Sevilla tiene en estos ocho días otro partido más, el de la última jornada de Liga, una visita a San Mamés que, si bien su resultado no tendrá ninguna trascendencia clasificatoria, sí requiere una comparecencia que aunque esté plagada de jugadores suplentes y canteranos, el número de efectivos obligará a que alguno tenga que partipar algunos minutos. Entre que no pueden alinearse más de cuatro futbolistas con ficha del filial y que las lesiones de titulares fijos dan otro rol a jugadores a priori suplentes, no todo es tan sencillo como parece.

Así, aunque desde que finalice el encuentro de Bilbao hasta Basilea el Sevilla tendrá tres días, la preparación de la final ante el Liverpool comienza hoy con una planificación física, táctica, mental y videográfica minuciosa y estructurada. Y es que, por ilustrar este espartano planning desarrollado por los técnicos, desde antes de terminar la vuelta ante el Shakhtar ya estraba decidido el regreso desde Basilea la misma noche del partido. En una final no es posible la mínima concesión, y al Barça de Messi, Luis Suárez y Neymar, menos.

Son ocho días y empiezan a sonar aquellos acordes de la mítica canción que en los ochenta inmortalizó Europe, The final countdown. Empieza la cuenta atrás.

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